Mi Delegado [Cdm Nathaniel]

2.- Diferencias familiares.

Sucrette caminó todo el recorrido hacia la casa en silencio. Pero feliz. ¡Habia sido un primer día tan bueno!

Alexy y Rosa eran muy amigables. Armin y Kentin eran muy divertidos y Castiel y Nathaniel... Bueno, de ellos solo sabía que le habían causado una muy linda sensación al hablar con ellos.

Llegó al edificio de departamentos y subió los tortuosos 5 pisos en las escaleras hasta que llegó a su nuevo hogar. Abrió y vio a su tía cocinando.

-¡Querida! Bienvenida.

-Gracias tía.

-¿Cómo te fue hoy?

-De maravilla. Conocí a muchas personas, todos son amables.

-¡Perfecto! Hice toda tu comida favorita, hasta el postre. Cenaremos y me contarás todo. Después podríamos ver una peli.

Sucrette asintió feliz mientras dejaba su mochila. La verdad quería mucho a su tía. Era como su mejor amiga.

* * * * * * *

Por otro lado. Nuestro Delegado estaba apenas saliendo del instituto. Le dejaban la llave de la puerta principal para cerrar.

Suspiró. Eran las 7:30 pm... Aún había posibilidad de ver a su padre... Al menos no cenarían juntos.

Caminó a paso lento. Sin preocuparse de nada. Había sido un buen día a pesar de haber tenido que rechazar a Melody por segunda vez en el mes.

Flashback

La castaña entró con una rosa blanca a la sala de delegados. El pobre de Nathaniel no se dio cuenta de lo que le esperaba debido a la montaña de papeles que estaba ordenando alfabéticamente .

Melody se aclaró la garganta.

El delegado volteó de reojo sin notar la rosa.

-Ah... Melody. Buenos días. ¿Podrías llevar un expediente nuevo a la directora para revisión?

-Buenos días... Si, claro... Pero antes quiero decirte algo.

-Claro.

-Pero me tienes que ver.

Nathaniel suspiró.

-Melody, estoy ocup...-El rubio observó la flor- ¿Qué afortunado te la regaló?-Sonrió.

-De hecho... Es para regalar.

Oh No... Pensó el rubio mientras se levantaba a paso inseguro.

-Bueno... Me tengo que ir.

-Nathaniel... Espera...

-Melody...

-Por favor... Solo escucha.

El delegado tragó saliva y se armó de valor.

-Está bien.

-Nath... Eres un chico muy atento, Amable y organizado, cumplido y... Tan guapo.

Nathaniel no podía creer que Melody iba volver a hacerlo.

-Eres todo lo que cualquier chica quisiera... Lo que yo quiero. Acepta esta rosa y con ella mi amor.

Al rubio se le rompía el corazón por segunda vez. Y es que no sentía amor por Melody, pero eso no significaba que no la tuviera por amiga y le dolía ser el que la lastimara.

-Melody... No. Lo siento.

-¿Solo dirás eso?

¿¡Que demonios quería la chica!?

-Mel... Sabes que lo que menos me importa ahora es una relación... No pienso en eso y lo siento... Pero no me atraes así... Sólo amigos y...

Melody abrazó al delegado por el cuello.

-Dime que no sientes algo ahora.-susurró la castaña muy cerca del cuello de Nathaniel.

Claro que esto no le era indiferente al chico. Pero no por que la quisiera, sino por que estaba muy cerca de su cuello y le incomodaba.

-Melody... Yo.

En ese momento entró Sucrette y lo salvó.

Fin del flashback.

De ahí el resto del día había sido muy bueno. El rubio no recordaba cuando fue la ultima vez que había comido en el almuerzo y la compañía de Sucrette había sido muy amena.

Nathaniel observó la gran casa frente a él.

Respiró profundo y entró.

Las luces estaban apagadas. Caminó hacia la escalera y subió hacia su recamara. Cuando estaba a punto de abrirla, una mano en su hombro lo detuvo.

-¿Donde estabas Nathaniel?

-Padre... En la escuela... Haciendo deberes extra de delegado...-Tragó saliva mientras volteaba a ver al señor.

-Más te vale hacer buen trabajo como delegado principal niñito.

-S-Si... Me esfuerzo mucho.

-Siempre se tiene que hacer más que mucho.

Lo había enojado.

-S-Si... C-Cada día me esfuerzo más...-La voz de Nathaniel se apagaba a cada palabra.

-No tolero la mediocridad y menos en mi casa. Lo sabes bien.

-S-Si.

-¡Deja de actuar como una niña asustada!

En auto reflejo, Nathaniel se cubrió con los brazos.

Oh no... Estaba perdido.

-¿Que acabas de hacer?

-N-Nada... Perdón.

-¿TE CREES IGUAL QUE YO PARA DEFENDERTE?

-N-No... Me equivoqué... Perdón.-Nathaniel quería llorar de tanto miedo. Y es que ese hombre le aterraba.

-¡INÚTIL!

Lo siguiente que se escuchó en la casa fueron algunos golpes y quejidos. Al final Nathaniel terminó en el suelo y su padre, tras finalizar con una patada, subió a su recamara con su esposa.

-Lo jodí- Nathaniel esperó los 5 minutos que Amber tardaba en asegurarse de que su padre no regresara. La rubia salió de su habitación con un botiquín. Ayudó a su hermano al levantarse y lo llevó hasta la cama de este.
-G-Gracias.-La rubia le ponía crema para golpes es todo su abdomen.

-No me agradezcas nada.-Amber no soportaba ver que su hermano en serio estaba agradecido con ella solo por curarlo ¡Debería de detener todo esto! Pero el miedo no la dejaba...
Si, era la bruja del instituto, pero era su hermano... Lo quería, era su familia más cercana.

Terminó de revisarle los golpes.

-Solo te hizo un corte... Ya lo desinfecte y tapé... Ahora duerme.

Sin esperar más. La rubia salio y en cuanto estaba en su habitación hecha a su perfecto antojo por su padre, se soltó a llorar.