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21 El viejo escondite

Llegue a casa solo para recoger una chaqueta cambiarme, las zapatillas por botines y la llaves de mi auto, cuando iba saliendo Cameron y Sabrina entraron a la casa.
-Lo Lamentó tanto Nina.
-No importa, voy retrasada adiós.
-¿Adonde vas?
-A un viejo escondite.
-¿Vestida así te vas a esconder?
- Es más bien jugar a las escondidas y el juega bien.
-Nina - dijo Cameron.
-¿Si?
-Necesitamos hablar si - dijo
-Claro que si amor nos vemos -lo bese en el mejilla y camine hasta mi auto.

El viejo escondite era una cabaña de los padres de Thomas, era muy acogedora la única en la sola y sus padres nunca la usaban, solo nosotros. Era un poco alejada pero valía la pena m, cuando llegue el auto de Thomas ya estaba allí, baje del auto, toque la puerta aunque no necesitaba invitación ya había estado allí muchas veces como para ser invitada. Thomas se abrió un poco al puerta solo para verme, sonrío y me miró de pies a cabeza.
-Siempre tan hermosa.
-Gracias lo sé, me vas a dejar entrar.
-¿Porque debería?
-Porque tengo calor aquí afuera, me quiero quitar esta blusa pero no puedo si estoy aquí afuera mejor dentro de su cabaña buen hombre de buenas intenciones.
-Entra pero primero paga la entrada.
Me acerqué a el empuje la puerta y lo tome de la camiseta lo bese, profunda y rápidamente, mordí su labio y y luego lo toque con mi debo.
-¿Suficiente?
-Siempre es un gusto verte.

La cabaña tal como al recordaba la fogata los sillones y ambiente frío era todos igual.
Me acosté en su sillón, sentí como el calor del fuego entraba en mi cuerpo.
-¿A que se debe esta hermosa visita? -dijo tendiéndome una copa de vino.
-¿Enserio? Crees que necesito estar borracha para acostarme contigo.
-Vaya que has cambiado desde la última vez que nos vimos.
-Acércate para contarte un secreto- Thomas dejo al botella de vino sobre la mesa, abrí mis piernas y este se acosté en cima mío luego puse mis pierna en su cadenas, lo atraje a mi hasta que nuestras miradas estaba tan cerca que podía ver que tan verdes eran sus ojos.
-La antigua yo está muerta, todo los que sabias de ella ahora es polvo así que no me vuelvas a comparar.  ¿Me entendiste?
-Quedo claro,nena pero sigo sin entender qué haces aquí. ¿No tenías novio?
-Tenía,no quiero que me lo recuerdes.
-¿Porque?
-Porque ya no lo quiero en mi vida.
-Bien para mí.

Nos empezamos a besar rápidamente su lengua se abría paso por mi boca,empecé a subir sus camisa con mis manos hasta tirarla al suelo,Thomas se acercó a mi cuello su respiración agitada pegaba debajo de la oreja,agarre la parte de arriba del sillón con todas mis fuerzas,podía sentir su corazón latiendo más rápido que nunca,Thomas se levanto y se sentó en el sillón yo hice lo mismo y me empecé a quitar la blusa,el me se acercó más a mi con una de sus manos deslizó, la tira de mi brazier hasta soltarla, cuando ya no lo tenía me sentí un poco vulnerable pero,me volví a tranquilizar cuando puso su mano en mi cara, me susurró: ven aquí nena.
Solo éramos nosotros dos en un viejo escondiste lleno de recuerdos,tendiendo sexo en el sillón de sus padres, podía sentir como una gota de sudor bajaba por mi frente.
Alguien que a través de la experiencia podían hacerte sentir en el cielo o en el infierno era Thomas,tenía un toque especial con las mujeres lo cual te excitaba aún más.

-Ohhh...como lo extrañaba -dijo recobrando el aliento,mientras me acomodaba el cabello.
-Solo...tú puedes hacer...eso...es tu toque.
-No te...quites el crédito.
-Buenas noches Thomas.