~Y ENTONCES TU AMOR LLEGÓ ~

Capítulo 46

Él me correspondió, me abrazó fuertemente y me dijo al oído
-Todo estará bien, ya verás-.
Luego de estar un momento así suena mi celular, era Caroline, por supuesto no atendí pero él si.

*Llamada*
-¿Que haces con el celular de Isabelle?-.
-Ella está conmigo, no quiere hablar, se siente bastante culpable-.
-Bien, solo dile que camila está mejor, ahora ella reacciona y no tiene ganas de herirnos-.
-Okey, le diré, ¿algo mas?-.
-Si, le gusta hacerlo en las escaleras y sobre la mesa- se escucharon risitas-.
-Ja ja ja muy graciosa-.
-Bueno, eso era, Adiós. Y dile que vuelva aquí cuando terminen, Cam quiere disculparse y supongo que Bel igual-.
-Okey, le diré-.

*Fin de la llamada* me da él celular y se dirige a su habitación.

-Dijo que ya puedes ir, Cam reaccionó y está calmada, sin ganas de herir a nadie-.
-No quiero ir-.
-¿Como no?, es tu casa Bel-.
-No iré, me quedare en casa de Lionel o Gabriel-.
-No puedes-.
-¿Por qué?-.
-Porque ellos no están y eso sería irrumpir, o tomar una casa-.
-Pues yo estoy invitada, no haré eso que acabas de mencionar-.
-Bien, luego veremos si vas o no-.

Al rato él ya no salía

-Okey, ¿Que haces?, estas tardando mucho- pregunto levantándome-.

Voy hasta su cuarto y la puerta estaba casi entornada, observé  de lejos y lo vi a él, estaba poniéndose sus pantalones, luego la camiseta... Supongo que él otro era su pijama.... Hablando de eso yo seguía con la misma ropa de la fiesta.

-¿Precisas algo?- dijo él sonriendo con maldad, saliendo del cuarto y cerrando la puerta mientras se dirigía a la cocina-.
-¿Q-Que?- pregunté nerviosa-.
-Nada Bel, ven aquí-.
-¿P-Para que?-.
-Para tener sexo sobre el refrigerador - dijo bromeando pero igualmente me puse colorada- Oye, que color que tienes en las mejillas- dijo burlándose- Ven, voy a mostrarte como cocinar, supongo que no has almorzado-.
-No, no he almorzado y deja de burlarte de mi de una vez-.
-Esta bien, esta bien-.

El me mostró su gran receta de lasagna y luego nos pusimos a comer.

-No es por alardear, pero yo cocino mejor-.
-Estas alardeando ¿sabes?-.
-Si, lo se- dije y sonrió-.
-Si quieres en la cena me lo demuestras, amo la lasagna y veré si la haces perfecta-.
-¿Es una cita Jayden Wilson?- dije bromeando-.
-Nunca estarías de acuerdo Isabelle Bones, y para no crear ilusiones en ti diré que solo cenaremos como amigos-.
-Bien, me parece perfecto aunque sabes que no me ilusionaria nunca contigo mi nuevo buen amigo-.
-No lo se, hace un rato podría jurar que se te caía la baba por mi-.
Ese comentario hizo que me sintiera incomoda y me sonrojé un poco.
Luego de eso no volvimos a hablar, terminamos de comer y después de levantar la mesa yo lavé y el secó.
-Deberíamos salir un rato ¿no crees?- pregunté yo-.
-Si, claro- dijo y luego de un rato agregó- Podríamos ir a un parque, hace mucho no voy a uno-.
-Claro, pero antes debo ponerme otra ropa...-.
-Si, iré a ver si tengo algo-.

¿Tenía ropa de mujer? Esto es un tanto extraño...
Él fue hacia el sótano, volvió donde estaba yo y traía una caja repleta de ropa.

-La lavo todos los días, fíjate si hay algo que te guste, puedes cambiarte en mi habitación si quieres-.
-Gracias... Y ¿De donde la has sacado?-.
-Es de mi hermana, se la olvidó cuando se mudó y nunca volvió a buscarla-.
-Aaah- exclamé y me dirigí al cuarto para cambiarme-.

Fuimos al parque y nos quedamos casi toda la tarde allí, hasta que se hizo de noche. Volvimos a su casa y terminé convenciéndolo de que me deje dormir en él sofá. El tenía una reunión, así que se fue y me quedé sola en su casa.
Cuando al fin pude concebir el sueño la puerta se abre de golpe, él entra con una chica, los dos se besaban y se sostenían él uno al otro hasta llegar a la habitación.
No pude dormir nada con los ruidos y gritos de esa chica.

*Mañana siguiente*

Escucho a alguien en la cocina pero no le doy importancia, intenté evitar el ruido y seguir durmiendo pero no lo conseguí, él sueño se había esfumado.
Veo a la chica yéndose y él saludándola con la mano, luego va a su cuarto y se queda ahí.
No lo dudé, me puse la ropa que llevaba puesta la noche de la fiesta, por supuesto ya limpia, y me puse en marcha a casa, a esta hora las chicas no estaban así que tenía mi casa para mi sola.
Llego a casa, subo rápidamente a mi habitación y me meto en la ducha, uno de los mejores placeres que pueden existir en el mundo. Luego de salir del baño me meto en mi cama y al segundo me quedo dormida.