~Y ENTONCES TU AMOR LLEGÓ ~

Capítulo 39"¿Volverá todo a la normalidad o esa palabra ya no existe en mi 🌏?"

Desperté en un hospital, pero no era él mismo, no sé donde me encuentro. Estoy esposada a la camilla.
-¡¡¿HAY ALGUIEN?, AYUDAAA- grité y por una cortina se asomó un policía. Éste se me hacia conocido, pero lamentablemente mis recuerdos van y vienen por el coma inducido - ¿Quien eres?, ¿Que hago aquí? ¿Por qué me esposaron?. Yo no soy peligrosa lo juro, quisiera a mi enfermera, prometió traer mi diario, por favor- dije rogándole al sujeto-.
-Tranquila Isabelle - ¿Como este tipo sabía mi nombre? - Estás a salvo, estamos en Siattle, en tu hogar. Debía esposarte ya que no sabemos qué experimentos han hecho contigo- dijo acercándose a mi lado- Me llamo Jayden pero me dicen Jay, tu y yo nos conocimos en una fiesta, la cual claramente no Recuerdas- y luego dejó mi diario en la mesita que había a un lado-.

No, no la recordaba para nada, pero el me resultaba familiar y realmente atractivo... Quizá porque es él primer joven que veo que no haya conocido en un manicomio.

-¿Experimentar conmigo?, ¿A que te refieres?-.
-Te llevaron a un lugar en él que experimentan con personas, se adueñan de su libertad, salud mental e incluso física para probar sus productos, los cuales utilizan para torturar a quién sabe qué personas, casi siempre les compran sustancias los prisioneros para vengarse de sus compañeros de cárcel o si no, mafiosos, casi todo por venganza o porque les gusta torturar.
Te habían reportado como desaparecida hace 1 año y medio, y hace unos dos meses apareció un testigo diciendo que te había visto por Vancouver. Investigamos y como estabas en este hospital cuando desapareciste, de casualidad junto a una doctora que atendía aquí y vivía en Vancouver, unimos todos los cabos sueltos y finalmente con mucho esfuerzo te encontramos -.
-Lo ubico que puedo decir es que la pasé realmente mal, y tienen razones por las cuales esposarme, lo entiendo-.
-Los médicos revisaran que estés bien, cuando nos den los análisis y demuestre que no tienes ningún problema volverás a casa, pero deberás seguir un tratamiento ya que eso deja secuelas-.
-Esta bien- dije y él asintió, luego dió la vuelta y antes de que salga de la habitación agregué- Muchas gracias por haberme rescatado de ese infierno, lamentablemente no te recuerdo, pero tengo la suerte de que al menos te esforzaras en buscarme cuando,  estoy segura de que, no habían muchas esperanzas de encontrarme. Siempre estaré agradecida contigo Jayden-.
-No hay de qué, es mi trabajo, y no estés tan segura de que nadie buscó, muchos se unieron a nosotros para saber qué había pasado contigo, no solo tus amigos, si no que Jeremy también-.
-¿Qué?- dije aterrada, salí de un infierno y vuelvo a otro, esto no puede estar pasando- ¿El está aquí?- me faltaba él aire y mi corazón se aceleraba de tan solo pensar que él sabe que estoy viva y regresé-.
-Si, está junto a todos en la sala de espera- dijo él confundido- ¿Por qué?-.
-En primer lugar, llegué a este hospital por él, él me golpeaba y ahora que sabe que estoy aquí todo empeorará, debes sacarme de aquí, te lo ruego- dije desesperada-.
-Bel, fueron alucinaciones... ¿Estas segura de que eso sucedió en verdad?-.
-Estoy muy segura, el diagnostico decía que me atropelló un auto y que fue pura suerte que yo siga viva, lo cual fue mentira. Él había empezado a beber todos los días, se volvió agresivo, demasiado posesivo y controlador. Me quería en la sumisión pero yo estaba cansada. Me enfrenté a él y por eso terminé aquí ese día.
Luego fue cuando la doctora prometió sacarme de aquí porque sabia lo que estaba pasando e ideó un plan para salir de la ciudad. Y así es como terminó todo. Ya conoces la parte siguiente del cuento.
Ahora sacame de aquí por favor- dije con lágrimas en los ojos-.
-Esta bien, pero deben revisarte físicamente, corroborar que estas bien psicológicamente. Todo lleva un proceso y además, tienen que observarte las 24hs del dia para ver tu comportamiento quién sabe hasta cuando.  Haré todo lo que pueda. Intentaré dejar en claro a los de seguridad, que pondran en tu puerta por protección, y a los doctores que no se permitiran visitas, pero no puedo hacer mas que eso, ¿Okey?-.
-Gracias. Gracias por todo, de verdad- dije llorando, ya no sabía en quien confiar, pero él parecía agradable y puse mi fe en que haría lo que estuviera en sus manos para protegerme, ya que el era un policía y yo una ciudadana en busca de ayuda, lo cual era su deber, ayudar. -.
-No agradezcas, como ya dije, es mi trabajo- dijo y luego se retiró con un gesto amable en su cara como diciendo "Lo siento"... -.