~Y ENTONCES TU AMOR LLEGÓ ~

Capítulo 11

5to día en él psiquiatra por haber golpeado a personas que no tienen la culpa de que me hayan lastimado.
-Entiendes que ellos solo quieren vivir su amor ¿verdad Bel?-.
-Claro que sí- Dije girando los ojos, me tiene harta este hombre-.
-Bien, quiero que vuelvas a casa y tomes una pastilla antidepresiva y otra con morfina-.
-¿Y la morfina por qué?-.
-Para calmarte-.
-No la necesito, no necesito nada de esto, prometo no volver a hacerlo-.
-Sabes que mientes, como siempre-.
-Okey- Me levanté y me dirigí a la puerta-.
-No hemos terminado Isabelle- Dijo intentando intimidarme con la mirada-.
-Observándome así parece mas un pervertido que una persona queriendo dar miedo, Doctor, su esposa murió y sus hijos lo odian, usted necesita esto para sentirse mejor, no yo-.
Vi su rostro transformarse y supe que debía irme antes de que explote, se que fue hiriente, pero nadie me trata de mentirosa, me retiré del consultorio con una sornrisa de oreja a oreja, al llegar a mi casa tiré las pastillas a la mierda, ¿quien las necesita?, ¿quien necesita un psiquiatra?, es mas fácil resolver esto a mi manera, como siempre.

Hoy es lunes, llevo un mes sin saber de nadie porque mi madre me tiene encerrada, ella si le cree al psiquiatra y supongo que es la venganza de lo que le dije al muy fracasado.
-¡¡¡MAMAAAA, YA TERMINÉ DE LAVAR LA ROPAAAA!!!- grité pero no escuchaba nada ¿me quedé sola?- ¡¡MAMAA!!- grité otra vez para asegurarme y no escuche nada, me cambie rápidamente y salí corriendo.
Al fin fuera de ese manicomioooo.
Corrí lo mas rápido que pude hasta la casa de Car y Cam pero su auto no estaba, fui a casa de Lion, Gabriel, Thomas, Julieta y nadie estaba, eran las siete de la tarde. Seguramente están en él club, corrí con lo poco de aliento que me quedaba y si, cuando pasé la puerta todos giraron a verme, las chicas corrieron a abrazarme y me sentí tan libre, tan viva, esto era lo que mas necesitaba.

-¿Bel?-.
-¿Jer?-.
Me quedé en shock pero no me resistí, tenia que abrazarlo, lo extrañé a él también, me estrechó en sus brazos tan fuerte que sentí como si todas mis partes rotas se unieran.