❥ Aquellas personas ❥

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Coloqué la mochila sobre el escritorio, el maestro de literatura nos tenía una sorpresa en el día de hoy. Eso era lo que había dicho la clase pasada mientras se apresuraba a guardar sus libros en el maletín que llevaba siempre.

Aquel hombre "solía entenderme" se había creado una manera de evaluarme oralmente sin que tuviera que hacer contacto visual con él o mantenerme tan cerca de él; se vendaba los ojos mientras se mantenía sentado en el escritorio haciéndome las preguntas del examen. Su técnica había funcionado y yo logré subir mi promedio durante este último periodo.

Como siempre, me mantenía en la parte trasera del aula. Podía visualizar a todos los alumnos que ingresaban al salón, algunos con una sonrisa y otros con el mismo rostro que mantenía yo todos los días de mi vida.

-¿Cómo amaneces? - Preguntó Jennie mientras intentaba esconder sus ojos hinchados.

-Bien, estoy viva - Intenté sonreír, mi intención era reconfortar de alguna manera a mi amiga quien seguramente había sido víctima de su padre nuevamente.

-Vale, creo que yo también estoy viva - Ella se acomodó a mi lado sacando unos lentes oscuros de su bolso.

-¿Qué te hizo esta vez? - Me aventuré a preguntar.

-¿Eh? - Jennie levantó la mirada enfocándose en mis ojos, tragó saliva intentando aguantar las ganas de llorar así que comenzó a negar con la cabeza volviendo a rebuscar en su bolso - Lo mismo de siempre -

Su padre era un maldito bastardo al igual que el mío, la madre de Jennie había sido recluida en un departamento psiquiátrico apenas hace unas semanas por el abuso de drogas; mientras que su padre seguía golpeándola cada vez que llegaba a casa apestando a alcohol y exigiendo encontrar un plato de comida sobre la mesa.

-Necesitas denunciarlo - Añadí.

-No puedo, ya sabes eso -

Jennie se rehusaba a denunciar a su padre ya que no quería que la separaran de su pequeña hermana Iseul, por lo que prefería aguantar las golpizas que recibía de su padre casi todos los días.

-Quisiera tener los huevos para cortarme como lo haces tú - Jennie sorbió por la nariz - ¿De verdad funciona? -

-¡Shhh! - Tapé su boca obligándola a callarse - ¿Quieres que me llamen la chica que se corta, ahora? -

-¿A quién le importa lo que aquellas personas piensen? - Jennie rodó los ojos mientras secaba las pocas lagrimas que se habían escapado de sus ojos - Ellos no tienen idea de lo asquerosa que puede llegar a ser la vida, solo se limitan a juzgar y a criticar y sobre todo a decir que entienden como nos sentimos cuando en realidad no tienen ni puta idea de lo que sucede -

-Como sea, cálmate. El mundo no tiene la culpa - Le ofrecí otro pañuelo.

-Sí, debo calmarme - Jennie me ofreció una sonrisa.


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Muy pronto actualizaré más rápido, ya que estoy a punto de terminar mi otra historia por lo que tendré más tiempo para "La belleza de una Sonrisa"

No se olviden de votar y de compartir conmigo que tal les ha parecido la historia.

-Stefy Lara ♥

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