❥ La Belleza De Una Sonrisa ❥

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Rosé…

-¡Tú puedes! ¡Vamos! ¡Uno más, uno más! – Gritaba entusiasmada mi amiga Jennie.

-¡No grites, me pones nerviosa! –

-¡Lo siento, es que estoy emocionada! – Secaba algunas lágrimas de felicidad que bajaban por su rostro - ¡Tú mamá también está gritando! ¡¿Por qué solo me regañas a mí?! –

-Por qué tú estás gritando más fuerte – Añadí con media sonrisa.

-¡Vaya, lo siento entonces! –

También estaba emocionada, en los últimos meses había logrado colocarme de pie y ahora empezaba a ser capaz de dar algunos pasos. Pero no quería llorar, al contrario; quería sonreír y demostrarle al mundo que por fin comenzaba a ser capaz de volver a caminar aunque no del todo, pero para dentro de unos meses me veía corriendo detrás de Jennie peleando en una guerra de cosquillas; podía verme bailando una canción lenta junto a Hoseok.

-¡Jhope morirá de la felicidad cuando lo sepa! – Añadió Jennie.

-No le digas nada, quiero que sea una sorpresa –

-¿Una sorpresa? –

-Sí, quiero que mientras estemos solos yo pueda colocarme de pie frente a él y pueda ser capaz de dar algunos pasos –

-Me parece buena idea -  Añadió con una gran sonrisa en su rostro.

Me alegraba verle sonreír, últimamente se veía muy feliz. Había pasado casi un año desde que intentó suicidarse, pensé que nunca volvería a ser la misma después de aquello. Pero fue Nam Joon quien llenó de colores su vida, aunque no eran novios aún ellos pasaban la mayoría del tiempo juntos; él la llevaba a ver el atardecer todos los fines de semana, le invitaba a muchos lugares y hasta le había escrito miles de canciones que él mismo le cantaba al oído cuando miraban las estrellas recostados sobre el césped del patio de la casa.

A él también se le veía muy feliz, pospuso su entrada a la universidad por algunos meses más para esperar a Jennie. Ella le prometió ir con él cuando yo pudiera volver a caminar, ella decía que sería muy difícil ir a la universidad sin su mejor amiga por esa razón me esperaría hasta que empezara a caminar.

Y ya que nos encontramos hablando de los imperfectos, escuché que YoonGi y Jimin habían decidido comprar un departamento para vivir juntos. ¿Cuál era la razón? Simple, cuando sus familias se enteraron de su preferencia sexual ellos fueron rechazados por sus propios padres, hermanos y abuelos; les admiraba demasiado, después de eso cada uno tuvo que quedarse a dormir en casa de sus amigos hasta que por fin gracias al dinero que ganaban en los trabajos que lograron conseguir juntaron el dinero para comprar un departamento.

Esperaba que sus familias lograran aceptarlos algún día, sabía que aunque eso les había lastimado demasiado ellos fueron valientes para seguir adelante. Lucharon por el amor que sentían y ahora se preparaban para ir a la universidad juntos.

Luego teníamos a Jisoo y a Seok Jin; los dos chicos eran inseparables. Nunca les había conocido una pelea entre ellos, siempre estaban apoyándose entre sí, siempre se les veía sonrientes; iban juntos a la universidad y preparaban las maletas para viajar a Japón por el protagónico que tendría el apuesto chico en una de las películas más esperadas por el público asiático. Si, resultó que Seok Jin fue descubierto por un caza talentos que se enamoró de la notable belleza y talento del adorable novio de Jisoo.

Una de las historias que más me gustaba era la de Lalisa y Taehyung, ellos salían por las noches a vivir el grandioso video juego de la vida. Se habían revelado delante de la sociedad pintando grafitis defendiendo los diferentes ideales de los que no tenían voz; peleaban inspirados por la historia de sus grandes amigos Park Jimin y YoonGi. Eran muy parecidos, peleaban algunas veces por las cajetillas de cigarros que Taehyung encontraba algunas veces escondidas en los cajones de la habitación de su novia. También iban a la misma universidad, casi todo el tiempo se celaban el uno al otro; pero nunca iba tan lejos ya que en menos de dos minutos se reconciliaban pareciendo la pareja más feliz del mundo.

Una de las anécdotas que les encantaba contar durante las reuniones que teníamos, era la de aquella noche en la que fueron arrestados juntos mientras pintaban un grafiti que decía “La homosexualidad es tan extraña e incomprendida como la heterosexualidad”  durante las veinticuatro horas en las que estuvieron tras las rejas fueron testigos de que nos todos los delincuentes eran los que residían tras las rejas, incluso juraban que habían tantos inocentes como ellos en ese lugar.

Jung Kook por su lado, empezó a salir con la nieta de la maestra de historia. Según lo que contaban los chicos, apenas se estaban conociendo ya que fue de las reglas que estipuló la maestra; la madre de Kook también se le veía muy contenta al ver a su hijo tan enamorado, hasta parloteaba algunas veces sobre la esperanza de tener nietos en un futuro. Algo en lo que tanto Jung Kook como Iu negaban completamente, decían que tenían muchísimos planes antes de eso.

Y por último me encontraba yo, no podía negar que aun derramaba lágrimas cuando me encontraba a solas conmigo misma. Pero todo se debía a que estaba sanando y a que había empezado a ver el mundo de una manera diferente gracias a mi chico esperanza; él besaba las cicatrices que llevaba plasmadas en mis brazos, decía que hacían parte de mi historia y que no debía avergonzarme de ellas ni mucho menos intentar esconderlas.

En una de las paredes de mi habitación reposaba colgada una de mis fotografías favoritas; aquella que nos tomamos el día de la graduación. Vestíamos togas y birretes, pero lo que más me encantaba de aquella imagen era poder ser testigo de la belleza de una sonrisa.

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