❥ Intentando escapar ❥

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Mis ojos vagaban desesperadamente en busca de una salida, no podía irme y dejar a Jennie aquí. Yo tenía que llevármela conmigo. Escuchaba los gritos del padre de mi mejor amiga, maldecía y juraba asesinar a las dos chicas que se encontraban abajo intentando detenerlo; justo cuando me daría por vencida una idea vino a mi mente.

Tomé mi teléfono celular y me escondí debajo de la cama mientras marcaba al número de emergencias, le rogaba a Dios que pudieran llegar rápido. Primero contestó una operadora, luego una chica pasó al teléfono pronunciando la frase “Buenos días, dígame cuál es su emergencia” le expliqué de la manera más calmada a la muchacha que si no venían pronto, encontrarían tres cadáveres.

No sabía que estaba sucediendo abajo, lo único que escuchaba eran los gritos de frustración de aquel hombre. Ya no escuchaba a Lisa ni a Jisoo gritar, por lo que mi cuerpo entraba en pánico con más rapidez, si ellas no estaban inconscientes entonces habían huido sin mí y sin Jennie.

-Jennie, despierta – Mi voz se volvía temblorosa, tenía un nudo inmenso en la garganta y solo quería salir de aquí junto a mi mejor amiga.

Escuché el sonido de las sirenas de policía, me emocioné un poco antes de volver a entrar en pánico cuando visualice los pies de aquel hombre asomarse por la entrada de la habitación.

-A ver niña, levántate – Por un momento pensé que me había descubierto, pero resultó ser que Yang estaba hablándole a Jennie - ¡JENNIE! – Gritó caminando hacia la cama.

-¿Eh? – La respuesta débil de mi mejor amiga resonó en mis oídos y luego un nuevo par de pies aparecieron en la entrada; era Lisa.

-¿Por qué huyes de mí? – Ella se escuchaba muy segura de sí misma, me preguntaba cuál era la razón. Me arrastré un poco debajo de la cama para alcanzar a ver la escena,  aquella chica sostenía firmemente un arma en sus manos mientras que Yang parecía algo temeroso de su vida.

-No quieres asesinarme, si lo haces irás a la cárcel –

-¿Quién dijo que no quiero ir a la cárcel? – Aquella chica sonreía con orgullo.

-¡Li – sa! – Jennie intentó levantarse de la cama pero fue un inútil intento.

-No te preocupes cariño, hoy se acaba tu infierno – Lalisa apretó el gatillo sin previo aviso, Yang había amagado con lanzarse hacia ella lo ocasionó una notable respuesta de parte de Lisa. 

-¡Oh por Dios! – Dejé salir mientras cubría mis ojos, pero los destapé al escuchar el estallido del vidrio de la ventana de la habitación.

-Escapó, al menos esta es nuestra oportunidad para largarnos – Lisa caminó hacia Jennie cargándola con esfuerzo para llevarla con ella – Rosé, me vendría bien tu ayuda – Salí rápidamente de mi escondite y ayudé a Lisa.

-¿Lo mataste? – Preguntó Jisoo con sus ojos abiertos como platos mientras bajábamos por las escaleras, pensé que ella estaría gravemente golpeada, pero la chica solo tenía uno de sus labios algo ensangrentado.

-No, quise hacerlo pero no tengo buena puntería – Iseul iba agarrada de la mano de Jisoo, la pequeña se sorprendió con la respuesta de aquella chica que sostenía a su hermana.

-Llamé a la policía – Dije al fin.

-Pues nunca son de mucha ayuda, no han llegado aún – Salimos de la casa, un taxi esperaba afuera.

-¡¿Están bien?! – Un hombre como de cincuenta años esperaba abriendo de manera apresurada las puertas del auto.

-¿Disculpe señor, pero acaso no nos está viendo? – Lisa rodó los ojos subiendo al auto con Jennie en sus brazos – Llévenos al hospital más cercano por favor –

-¡Si, si! – El hombre corrió a tomar su asiento mientras todas nos subíamos al taxi. Por suerte, aquel tipo sabía lo que significaba la palabra “emergencia” a diferencia de los carros de policía que apenas se podían ver a lo lejos cuando aparcaban afuera de aquella casa del terror.

Yo iba en la parte trasera junto a Iseul, Lisa y Jennie, en el asiento del copiloto iba Jisoo quien acariciaba la herida que tenía en su labio inferior.

-¿Te duele mucho? – Preguntó Lisa a su mejor amiga quien negó con la cabeza.

-Solo que mi abuela se preocupará mucho cuando me vea esto –

-Como sea no es tan grave – Exclamó Iseul mientras acariciaba el cabello empegostado de sangre de su hermana.

-Eso es cierto – Añadí tratando de calmar a Jisoo, quien me miraba desde el espejo retrovisor indicándome que mirara hacia Lalisa.

Dirigí la mirada hacia aquella chica que repasaba sus ojos detenidamente por el rostro de Jennie, una expresión de dolor se podía apreciar claramente en su rostro. Volví a mirar a Jisoo pidiendo una explicación, pero ella solo sonrió haciendo la señal de un corazón con una de sus manos. Miles de interpretaciones llegaron a mi mente, pero solamente una era la que tenía sentido.

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