La Belleza De Una Sonrisa

❥ Dos Semanas en Seúl ❥

Jisoo…

-¿Podrías quitar esa cara? – Exclamé estando impaciente por la notable tristeza que reflejaba el rostro de Jennie.

-¿Qué cara quieres que ponga? ¡Es la única que tengo!  -

-¡Ash! – Rodé los ojos – No entiendo por qué te sientes así, tu misma dijiste que solo tuvieron sexo; no veo cual es el problema –

-Yo tampoco sé cuál es el maldito problema – Sus ojos se volvieron vidriosos.

-¿Te sientes culpable, no? – Intentaba hacerle sentir mejor, pero no sabía cómo hacerlo.

-Eso creo – Jennie tomó su café y bebió un sorbo – Cada noche aparece en mis sueños, le veo con esa mirada que ha llevado desde que regresamos de Hawái –

-Nam Joon también ha dejado de ser el mismo – Intenté susurrar por lo bajo para que nadie más escuchara - ¿Supiste que no pasó la prueba final de matemáticas? –

-Sí, todos hablan de eso –

-Ustedes dos deberían hablar, solo falta una semana para la graduación y quién sabe si podrán verse después de eso –

-Yo no estoy enamorada de él –

-¿Quién dijo que si? – Sonreí indicándole que era ella quien lo decía.

-¡Como sea, siento que voy a volverme loca! –

Decidí no decir nada, tomé un poco de mi café mientras observaba las noticias que pasaban por la televisión de la cafetería de la escuela. Nunca me había gustado ver las noticias, casi siempre eran más las noticias malas que las buenas; suponía que nuestro mundo producía mayor cantidad de malas noticas en comparación con las buenas.

“¡Noticia de última hora, la policía se vio envuelta en un tiroteo que inicio un hombre que intentó golpear a una mujer después de haberle robado sus pertenencias; el hombre murió en medio del tiroteo, la policía ha reportado que el hombre identificado con el nombre de Yang, estaba bajo los efectos de sustancias psicoactivas!”

No podía creer lo que veían mis ojos, aquel hombre era el padrastro de Jennie. Lo reconocía de la vez en la que fuimos a su casa cuando sospechábamos de que algo malo le pasaba. Miré hacia Jennie, ella cubría su rostro; había empezado a sollozar como una niña pequeña, me levanté de mi asiento y corrí hasta ella logrando envolverla entre mis brazos.

Podía sentir cuanto le dolía aquella noticia, no tenía idea de cuál era la razón; solo ella podría saberlo. Suponía que ella mantenía la esperanza de poder recuperar a su familia algún día, al ver aquella noticia todas aquellas esperanzas se terminaban por completo. Me sentía mal por ella, me dolía todo lo que le había tocado vivir, lo peor era que cada vez que ella intentaba superar el pasado; había algo que volvía arrastrarla hasta el mismo comienzo, quería ayudarle, pero solo era ella quien podía hacerlo.

-¡Está muerto, Yang está muerto! – Sollozaba ella - ¿Cómo le diré a mi hermanita que su padre está muerto? –

-Jennie, tu hermanita es consciente de que esto pudo haber pasado en cualquier momento –

-¡No, no! ¡Ella me hizo prometerle que lograríamos recuperar nuestra familia! –

-Tienes que hablarle con la verdad, Jennie. No podemos vivir en un cuento de hadas imaginando que los problemas desaparecerán con el deseo que le pidamos a nuestra hada madrina; esta es la vida real, Iseul debe entender que solo te tiene a ti –

-Tu no entiendes – Absorbió por la nariz.

-Si entiendo ¿crees que no me sentía de la misma manera cuando murieron mis padres? Yo quise irme con ellos, pero al final entendí que la vida sigue; que no podemos atarnos a las personas por qué esta vida es temporal, y que aunque mis padres no puedan estar físicamente conmigo siempre habrá un lugar en donde podré encontrarlos; ese lugar es mi corazón –

-Tus padres, no fueron los míos, Jisoo – Sentencio ella levantándose de la silla y abandonando la cafetería mientras se abría camino entre los estudiantes.