Epilogo

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Estábamos a punto de terminar la temporada. Solo nos faltaban dos partidos más, nuestro último partido de liga contra el Espanyol, el cual si ganábamos, ganaríamos el título de liga, y la tan esperada final de la Champions, la cual la jugábamos contra el Manchester United.

El club me había comunicado unos meses atrás que querían que formara parte de su cuerpo técnico por mi profesionalidad y por mi esfuerzo. Acabé la beca y me incorporé como fisioterapeuta oficial del Atlético de Madrid.

Los demás, todos estaban genial, Amil y Fer tendrían un chico dentro de unos cuatro mesecitos al que llamarían Helios. Noa y Yan estaban comprometidos para el verano. Sara y Saúl estaban igual que siempre, al igual que María y Koke, los cuales querían esperar un poco más para casarse. Lucia y Lucas también se casarían en verano, y Luna y Gabi seguían siendo felices. Luna estaba embarazada y se lo diría a Gabi esta tarde, después del partido.Tenía pensado que si se lo decía después del partido y lo ganaban, le haría lo más feliz del mundo, y si no se llevaban el título, la noticia del bebé le haría olvidar el mal trago.

Yo con Antoine estaba en mi mejor momento, habíamos elegido casarnos también en verano. Le dije a Antoine de celebrarlo en Macôn, pero él insistió que eligiese un sitio que de verdad quería y después de debatir entre Málaga y Zamora, escogimos el primero. Málaga significa mucho para mí, no soy de allí, pero he ido toda mi vida cada uno de los veranos, y se acabó convirtiendo en un lugar especial, las playas, el mar, la gente...
Zamora también era especial, allí se encontraba Mi Pueblo, el lugar en el que crecí libremente y con gente que valía la pena, sin embargo no quería tanta gente allí, sabía que la prensa vendría y no quería armar jaleo allí, y eso Antoine lo comprendió perfectamente.

(...)

— ¡Dale Yan! ¡Corre! ¡A Saúl a Saúl!

— Me vas a reventar el tímpano si sigues así.

— Perdona, eh. Que quejica eres Koke—. Le dije al que estaba en el banquillo. — Que te hayas lesionado a final de temporada no es mi culpa.

— Si que lo es.

— No, no lo es. Yo lo trato, no lo jodo. Tú eres el que hace el bruto y pasa lo que pasa.

— Claro, claro.

Volví a poner la mirada en el campo y pude ver a Antoine con el balón y corriendo a toda mecha, se va de dos y se queda solo frente al portero. Dispara con la zurda. Un zurdazo.

— ¡Gooool! — Gritamos todos.

Con el gol que acababa de meter Antoine eran ya 3 a favor y 1 en contra. Todo el metropolitano saltaba, al ver que faltaban 8 minutos y el Espanyol tenía que meter tres goles para ganar. Cada vez se veía más cerca el título de Campeones de Liga.

Antoine hizo su normal celebración y luego me señaló a mi. Pude notar cómo se me subían los colores.

Ocho minutos después, el árbitro pitó el final y nos declaramos campeones de liga de la temporada 2017/2018. Fuimos todos al campo a felicitar a los futbolistas.

  (...)

Íbamos perdiendo de uno, y quedaban diez minutos para que el árbitro pitara el final del partido.

Dos goles del Manchester, uno del Atlético, esto no lo iban a permitir, no iban a permitir quedarse otra vez a milímetros de poder levantar esa ansiada copa. Esta vez no, ya era suficiente.

Secrets || Antoine Griezmann||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora