Capitulo 1

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Último partido de liga en el Vicente Calderón, último partido oficial, y había conseguido entradas como llevaba meses esperando, había estado muchas veces en el estadio, pero esta era especial.

Cogí el metro hasta Principe Pio , y de ahí, me bajé al Manzanares y lo recorrí hasta llegar al Calderón, me sabía muy bien ese camino. Una vez allí, entré, eso sí, miraba a todos lados, sabiendo que esta sería la última vez.

Había mucha gente y aún faltaban 45 minutos. Fui a mi asiento habitual, cerca del fondo sur. Me coloqué la bufanda, y dejé a mis ojos y recuerdos tomar el control.
Aquel estadio era tan... mágico...

Al cabo de unos minutos, salieron los jugadores al campo, y empezaron  a calentar. Pude ver a Simeone diciéndole algo al profe Ortega, este hombre me transmitía algo especial.

A la hora del tifo, no pude evitar llorar. Minutos después, empezó el partido, el estadio cantaba, no nos jugábamos mucho, pero queríamos, necesitábamos ganar.

En el minuto siete, 'el niño' se encargó de abrir el marcador, y tres minutos más tarde, repitió. Toda la grada lo celebraba con ilusión. Sin duda era él quién lo tenía que hacer.

El partido acabó a favor con los goles de Fer y uno de Correa y los leones metieron uno. Después del partido, llegó el homenaje que disfrute muchísimo y en el cual no puede evitar llorar al escuchar el himno a Capela por última vez.

Estaba bajando las escaleras para irme, cuando vi a una niña pequeña sola, la cogí y me fijé en en si había alguien alrededor pero no veía a nadie que lo estuviese buscando. Decidí quedarme ahí unos minutos a ver si alguien aparecía.
— ¡Perdona!— Escuché a lo lejos la voz de una mujer, me giré y vi cómo una mujer no muy mayor, rubia y con ojos azules se acercaba.
— ¿Está renacuaja es suya?— Pregunté mientras le hacía carantoñas a La Niña.
— Sí, perdona. Francesca está aprendiendo a andar, y...
— No pasa nada de verdad.— Dije dandole a La Niña.
— ¿Con quién hablas Carla?— La mujer miró detrás de mí, y yo me giré, no me creía lo que estaba viendo.
— Con esta chica, Francesca ha salido corriendo, y he tenido la suerte de que ella la encontrase. ¿Cómo te llamas?— Me preguntó.
— Carla.— Respondí sonriendo. El hombre me miraba un poco extraño.
— ¿te llamas Carla?— Preguntó el argentino y asentí.
— No me puedo creer que esté hablando con Diego Pablo Simeone.— Dije y él rió, pero su mirada cambió de extrañado a atónito.
— Bueno, soy un hombre normal. Oye ¿cuantos años tenés?
— 24 recién cumplidos, los cumplí el...
— 17 de mayo.— completó él, y quedé asombrada, había acertado.
— ¿Cómo...?
— Te importaría venir a mi casa y hablar? Tengo cosas que contarte.
— Te llevamos nosotros.— Dijo su mujer.
No rechace, acababa de pasar. Les seguí por todo el campo, mientras Diego hacía sus cosas, yo entablé conversación con Carla, la verdad es que era muy maja. Una vez llegamos al coche, Diego me preguntó sobre el partido, y yo le dí mis opiniones. Había cogido mucha confianza con él, era muy majo y gracioso, pero no me gustaría verle enfadado.

Llegamos a su casa, y pasamos. Me ofrecieron un café que acepté sin rodeos.

— Voy a acuñar a France, creo que esto es personal.— comentó Carla.

Cuando ella se fue, noté a Simeone más nervioso.

— Verás, se que es difícil de asumir, pero antes de casarme con Carla, tuve otra mujer con la cual tuve cuatro hijos; Giovani, Gianluca, Giuliani y tú.— SHOCK.

— ¿Yo? No puede ser, no soy Argentina, soy española.

— Verás, recuerdo perfectamente el día en que naciste, aunque solo te viese unos minutos, jamás olvidaría esos ojos.

— ¿Qué pasó?

— Los médicos te llevaron a la incubadora y no saben cómo te perdieron, fue muy duro para tu madre y para mi, nuestra primera hija— Sonrió— Nunca dejamos de buscarte, pero hoy, cuando te vi, cuando vi esos ojos y escuché tu nombre.., estoy seguro de que eres tú.

— Simeone...

— Llámame Diego por favor.

— Diego, me viene muy grande todo esto.

— Te entiendo, y entiendo que no quieras saber nada.— Dijo apenado.

— No, no. Nunca he tenido unos padres, salí del orfanato hace seis años y ahora estoy acabando fisioterapia, solo me faltan las prácticas.

— Menuda hija más luchadora me ha salido.— rió.— ¿Es un poco pronto?

— No.— Reí.— Simplemente se me hace raro estar hablando contigo, siempre me has parecido alguien grande, y que ahora me digas que soy tu hija, choca.— Volví a reír.— Entonces...¿tengo hermanos?

— Hermanos de sangre tienes tres; Giovanni, Gianluca, Giuliano, y luego Francesca es tu hermanastra. Escúchame Carla, quiero conocerte más, mañana tengo una charla con los futbolistas y el cuerpo técnico. Se que te haría ilusión, porque has salido a tu padre, y eres hincha del atleti, así que te pasó a buscar a tu casa, y nos vamos juntos, ya después te invito a comer, ¿Aceptas?

— Acepto.— Sonreí.

— Es tarde, ¿te llevo a casa?

— Si no te importa...

— Claro que no.

Diego me dejó en la puerta de mi casa, hice mi rutina de noche, y me acosté, no sin antes mandarle un mensaje a mis amigas para que mañana vinieran a mi casa a cenar.

Todo esto me había venido de sopetón, era un poco raro ser la hija del 'Cholo', pero tenía claro que quería estar con él, siempre había pensado en mis padres, y en porqué crecí en un orfanato , ahora que tengo la oportunidad de formar una familia, no la voy a rechazar.

Secrets || Antoine Griezmann||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora