Secrets || Antoine Griezmann||

Capitulo 2

Me levanté pronto, tenía bastantes cosas que hacer antes de que viniese Diego. Me preparé unas cosas para mañana, ya que tendría que ir a la universidad para ver donde hacía las prácticas.

La mañana se me pasó volando, y cuando me quise dar cuenta, Diego ya estaba en la puerta.

— Buenos días.— Dijo sonriente, me gustaba su sonrisa.

— Buenos días.— Respondí entrando al coche.— ¿A donde vamos ?

— Al cerro, luego te venís a comer con Carla y conmigo, ¿te parece?

— Perfecto.

— Durante el camino, estuvimos conociéndonos un poco más, me dijo de ir con él a Argentina en unos días para conocer a mis hermanos. Le dije que lo tenía que pensar.

Llegamos al cerro y  vi como a los futbolistas y me prometí no morirme de un infarto cuando tuviese de cerca a mis jugadores favoritos.

Seguí a mi padre hasta una sala, él llamó a la puerta y a continuación la fue abriendo lentamente.

— Seguíme, y no te pongas nerviosa.— me susurró antes de entrar.

Entré a la sala la cual estaba lleno de futbolistas, cuerpo técnico y más personal.

— Buenos días muchachos.— Comentó 'el cholo' sentándose.

— Buenos días.— Dijeron todos.

Noté mirada de algunos jugadores como Griezmann, Josema, Yannick Y me puse nerviosa.

— Para aclarar dudas, ella es mi hija Carla. Ahora pongámonos manos a la obra. Carla sentate por ahí.— Señaló un asiento libre al lado de Torres y Griezmann. Carla respira. Me senté donde me dijo bajo la atenta mirada de todos los presentes en la sala.

— ¿Un poco nerviosa?— Me preguntó 'El niño'.

— ¿Tanto se nota?— Pregunté riendo y él asintió.

— Entiendo que estés así, tenerme al lado...

— ¿Sabes Griezmann? No te veía tan chulo.

— Solo lo soy con las chicas guapas.— Me guiñó un ojo y bufé. No lo veía así, tenía pinta de ser dulce, pero no, es un don Juan que solo busca polvos.

— Pues búscate a otra a la que tirarle la caña.

— Uh, eres difícil. Nunca me había tocado una difícil.

— ¿Tocado una? No soy un objeto.— le dije y me giré para el lado de Fernando.— ¿Es así siempre?

— Solo con las chicas. Tranquila, se le pasará rápido, cuando se canse.

— ¿Como le aguantáis?— Pregunté susurrando.

— No lo hacemos.— Río él, y yo reí también, lo que causó la mirada de todos, incluida la asesina de mi padre. Torres y yo nos pusimos serios por unos segundos y después continuamos hablando.

— No sabía que el mister tuviese una hija.

— Yo tampoco sabía que era mi padre hasta ayer.— El me miró extraño.— Nos conocimos ayer en el partido, digamos
que cuando yo nací, hubo un problema, y no volví con ellos. Él me reconoció en cuanto me vio, y pues fuimos a su casa y me lo contó.

— ¿Y le has creído?

— Sí, todo cuadra, y me he dado cuenta de que tenemos un pequeño parecido, aunque esto me viene un poco grande.

— Bueno, pues bienvenida a la familia Atlética.

— Muchísimas gracias, Fer.

Al acabar la charla, Diego invitó a alguno de los chicos que pudieron venir a comer, al final comeríamos en su casa.