Habían pasado ya tres meses, Antoine volvió al campo de fútbol hace dos jornadas, no ha jugado muchos minutos, Diego no quiere jugársela con su salud, prefiere sacarle diez minutos y que ayude al equipo, metió dos goles en el último partido. Pero no creo que gane titularidad hasta dentro de unas tres semanas más.
Mi trabajo como becaria había acabado, justo en el comienzo de las vacaciones de Navidad. Ahora tendría que ver si puedo trabajar allí con un sueldo de trabajadora, me haría mucha ilusión, al fin y al cabo son mis colores y es mi club.
— Entonces... ¿esta corbata?
— Si, cariño. Para que tu corbata pegue con mi vestido. ¿Te gusta?— Le pregunté a Antoine mientras le ataba la corbata.
— Me encanta, pero más tu vestido.
— Si todavía no lo has visto, tonto—. Reí y le di en el pecho.
— Lo sé, pero seguro que me encanta.
— Mira que eres rubio.
— Hombre— Se señaló el pelo.— Y tanto.
— Anda, vamos a la caja.
Compramos la corbata, la camisa y la americana y nos fuimos a casa. Antoine ya tenía los pantalones. Bueno el no sabía exactamente cuál de todos, yo tenía pensado el look de ambos, si fuera por él, unos pitillos negros rotos y sudadera.
— Ponte cómoda, hoy cocino yo.
— No sé si fiarme ehh, a ver si me quemas La Cocina—. Le dije y se hizo el ofendido.
— Tienes razón, no sé cocinar. Me apuntaré a una clase de cocina de Meetic, a ver si alguien me quiere.
— Yo te quiero, lo que no quiero es que cocines.
— Pues, si no quieres que cocine... Podemos pedir algo... y mientras...
— ¿Mientras qué?— Pregunté mordiéndome el labio.
— Mientras...— Me besó. — Tenemos una guardada, la de Los Angeles de San Rafael...
— ¡Pero si eso me dijiste la última vez! — Reí y me coloqué a horcajadas de él.
— ¡Que va!
— Bueno, me gusta la idea. Llama a un chino—. Me besó el cuello y le tendí el teléfono.
Cenamos tranquilamente. Después de cenar, me hizo cosquillas y me subió cual saco de patatas a la habitación. Para después hacer que la ropa volase y pasar una noche mágica. Todas las noches eran mágicas a su lado, pero estás en concreto, estas, te llevaban al cielo.
(...)
— Luna, ya es... La hora. ¡Wow! Estas preciosa. Gabi se va a quedar con la mandíbula en el suelo. — La chica rió.
— Muchísimas gracias, Carla. ¿Las demás?
— Nada. Ya están sentadas esperando, me han hecho venir a mi—. Hice una mueca.— Pero a merecido la pena. Estas guapísima.
— ¿Si? Creo que la horquilla esta...— Empezó a tocarse el pelo y la paré.
— No seas tonta. Créeme, estás absolutamente bonita. Gabi supo elegir bien, y tú también. Hacéis una pareja espectacular.Ya era hora de la boda. Por suerte la madrina está aquí para llevarte al altar.
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Secrets || Antoine Griezmann||
FanficImagínate tener un padre y no saberlo, haber pasado toda tu infancia y adolescencia en un orfanato sin saber nada de tus padres, y un día por que sí te lo encuentras por la calle, pero no solo a él, al amor de tu vida también, pero... ¿Que pasa si l...