Capitulo 15

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— Hola.

— Antoine. ¿Qué haces aquí?

— Tengo molestias en las isquiotibiales, y el Profe Ortega me dijo que viniese que había una nueva fisioterapeuta muy guapa y buena en su trabajo.

— Lo de guapa te lo has inventado ¿no?

— Bueno, inventado inventado, no. Más bien lo he añadido—. Rei y le miré fijamente, iba a ser muy difícil olvidarme de él.

— Anda, túmbate. ¿isquiotibiales, no? — Él asintió contento, y yo empecé a masajear la zona cerca de la entrepierna. ¿Estás seguro de que son las isquiotibiales? No me fío yo de ti.

— Oh, venga Carla... — Ambos reímos, yo baje la cabeza aún sonriendo. Notaba su pesada mirada sobre mí y me ponía nerviosa. — Esto... Tengo que contarte algo sobre Dennise.

— Antoine, me da igual que cuente lo de mi padre, no es nada malo, él ya lo comparte y habla de mí como lo que soy, su hija. Pero lo del Orfanato... ¿Cómo puede saber ella...

— No me lo ha dicho. He hablado con ella, he intentado convencerla, la he ofrecido dinero, pero nada. Carla, quiero que sepas que yo solo quiero estar contigo, pero no quiero que sufras tú...

— Me da igual lo que haga, pero tengo miedo de que si es capaz de hacer eso, puede hacerte daño a ti.

Eché más aceite en mis manos bajo su mirada.

— Carla, no es capaz de...

— No me quiero arriesgar, Antoine. Te quiero y a veces hay que hacer este tipo de cosas.

Él no dijo nada más y terminamos el masaje en silencio. Cuando lo acabé el se levantó y se puso los pantalones.

— No era nada, simplemente que el músculo ha empequeñecido en este tramo que no has estado en el campo y por eso te molesta, a lo largo de los entrenamientos irá cogiendo flexibilidad, te recomiendo—. Me vi interrumpida por sus labios, los cuales se habían lanzado a probar los míos, le seguí el beso, me encantaban sus labios. Su mano pasó a mi cintura y su otra mano a mi mejilla, en cambio yo pasé las mías por su cuello.

— Te quiero. Acabaremos juntos. Lo prometo—. Me dio un beso más corto y después se fue, dejándome ahí en shock.

Agité mi cabeza, sonreí y me puse a empezar un nuevo informe, esta vez con un nombre distinto; Antoine Griezmann.

El resto del entreno no vinieron más futbolistas, por lo tanto no tuve que hacer mucho, simplemente arreglar papeles, cuando vi que todos bajaban a las duchas, decidí subir y darle los informes a mi padre o a Germán.

— Diego.

— ¿Qué querés?

— Los informes de Josema y Antoine—. Le tendí el brazo con los papeles y él los cogió. —

— Gracias. ¿Qué tal tu primer  día?

— Bien, y con mucho papeleo. ¿ Por qué no me dijiste que el fisioterapeuta no estaba?

— Se me olvidó.

— Ya. Ya—. Vi a Dennise en las gradas y decidí ir a hablar con ella.— Escucha, luego voy a comer a tu casa ¿vale? Como habíamos quedado.

— Perfecto.

— Buento te dejo, tengo que hablar con una amiga.

— Chauu.

Me alejé y fui a hablar con Dennise, hoy no estaban las chicas, tenían planes.

— Eh perdona. ¿Dennise?

— La misma.

— Escucha, soy Carla—. Su cara cambio por completo. — Te vengo a decir, que me da igual lo que digas de mi. Pero deja a Antoine en paz, no le haces feliz, y ya tienes que ser mala, para joderle la vida a alguien. ¿No tienes una tu?

Hizo una risa falsa.

— Si Antoine Está conmigo es porque me quiere guapa. Y tu mejor no te acerques a él. No vayas a salir malparada.

— ¿Me estás amenazando?No me importa lo que digas. Deja a Antoine en paz.

— No, me refería a salir malparada en ese tipo, eso me da igual. Mejor que salga él malparado...

No le pude contestar porque vi que se acercaba Antoine.

— ¿Dennise? ¿Qué haces aquí?

— Te he venido a buscar, amor—. Acto seguido le agarró bruscamente y le comió la boca, si, si, comió, eso no era ni beso.

Anto se separó y después me miró.

— He estado hablando con Carla y le he dejado claro unas cosas. ¿Verdad?— Asentí pensando en lo que había dicho.

— Recuerda lo que te dije en la sala, Antoine, procura no forzar el músculo, cualquier dolor nuevo, me llamas.

— Recuerda tú también lo que te dije en la sala—. Sé a lo que se refería y le sonreí. Después me alejé.

Conduje hasta mi casa, me duché y me preparé, tenía tiempo de sobra así que me puse a pensar en lo que dijo. Si no me alejaba iba a hacer daño a Antoine... No me importaba que me hiciera daño a mi, yo me lo buscaba, pero el... Lo mejor era olvidarlo...

                           (...)

— ¿Qué tal el día, atléticos?

— Largo—. Comentamos a la vez mi padre y yo.

— Me encanta el club, y trabajar para él, pero el papeleo me mata... y solo he estado con Josema y Griezmann...

— Pues yo... puff al sol toda la mañana.

— No te quejes, que cuando he subido te estabas partiendo el culo con el Mono burgos—. Encendí la tele de La Cocina y salieron los deportes de la cuatro, con tanta casualidad que salía la parte del atleti, en la que el cholo se lo pasaba genial entrenando.

— ¿Día duro no?

— Él riéndose y yo abajo con papeles. Más quisiera yo ser la entrenadora.

— Hoy porque es el primer día...

— Ya, ya... — Comentamos Carla y yo a la vez mirándonos cómplices.

Secrets || Antoine Griezmann||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora