Cuando el desayuno por fin terminó, me levanté y me ofrecí a lavar la loza. Estaba demasiado afectada por lo que había dicho la tía María. ¿Cómo se suponía que iba a seguir con esto si Marcelo tenía mujer? Simplemente no podía, por más que quisiera hacerlo, por más que quisiera recuperar al Chelo. No podía, mi moral no me lo permitía.
La tía se retiró al living y prendió la tele, dejándome a solas con el Marcelo. Él se acercó a mi y acarició mi cintura.
—Cuando chicos me encantaba hacer esto —susurró. Me alejé un poco de él, no podía pensar con claridad si él me acariciaba así—. Oye Ro, lo que dijo mi mamá...
—¿Sobre tú y tu esposa? —solté, intentando sonar despreocupada. Él se tensó.
—La Karen no es mi esposa, Ro —me aclaró—, es mi pareja nada más.
Me giré a verlo, incrédula.
—Ah, mira tú, qué bueno. Eso me relaja, ahora podemos seguir con esto tranquilo porque, ya sabes, no tiene un anillo. ¡¿Tú estás loco Marcelo?! —exclamé bajito—. De igual forma estás con alguien, ¿Cómo mierda esperas que finja estar contigo nuevamente si estás con alguien? No puedo hacerlo, Chelo. Va en contra de mí y de lo que pienso.
—Ro, porfa no me hagas esto. —suplicó.
—Me preguntó qué opinará tu pareja al respecto, la tal... ¿Cómo fue que la llamó la tía? ¡Ah, sí! Karencita. —lo miré enojada.
No tenía cara para pedirme que fingiera si él estaba con alguien. Me parecía demasiado bajo de su parte. Él frunció el ceño y me miró, reprimiendo una sonrisa.
—¿Estás celosa?—preguntó.
Sentí unas ganas tremendas de golpearlo ante la estupidez de pregunta que hizo.
—¿Estás huebiando?—pregunté—. Marcelo, esto es serio.
—¿Qué es serio?—entró la tía María a la cocina y nos miró. No quería decir que era una vieja metiche pero, vieja metiche.
Miré al Marcleo, sin saber que decir.
—Le pedí a la Ro que se fuera conmigo a Vigo. —mintió.
—Sí...yo, le dije que quizá era muy apresurado, que esto es serio. Es un paso importante y no sé... No sé cómo se lo tome mi mamá.—le seguí la mentira.
Me sentía horrible al mentirle a la tía de esta forma, pero ya no podía salir de esta.
Ella suspiró y miró al Chelo.
—¿No crees que es algo apresurado, hijo?—él asintió.
—Sí... tienes razón.
—No vayas tan acelerado, mi bebé. Tienen todo el tiempo del mundo.—sonrió.
Cerré los ojos con fuerza. Me sentía mal. ¿Quién no se sentiría mal mientras le miente a una persona a la que ha querido tanto? Dejé las cosas ahí y me giré a verlos.
—Yo... acabo de acordarme que dejé mi celular arriba.—me excusé y subí rápido las escaleras. Al llegar arriba, me encerré y solté un suspiro cansado.
Tenía más que claro que esto de mentir me iba a pasar la cuenta algún día, y me iba a hacer sentir muy mal al respecto. Sin embargo, seguía queriendo a Marcelo, y, incluso si fuera una relación fingida, me hacía sentir como en los viejos tiempos, cundo estábamos juntos.
Tomé mi celular y encendí la pantalla para ver la hora. Tenía 5 llamadas perdidas del Lucho. Al segundo después apareció su nombre en mi pantalla nuevamente. Contesté.

ESTÁS LEYENDO
STAY
Fanfiction"necesito que te quedes" Portada hecha por la bella @marycarrizo -psttrr©. Jul 3, 2017.