A la mañana siguiente me levanté temprano y salí a trotar. Había guardado el pasaje en el velador, rogando que nadie más lo encontrara. Necesitaba pensar bien las cosas. ¿Por qué el Lucho me habría comprado un pasaje a Rusia?, o peor aún ¿De dónde sacó la plata? Sabía que él no tenía suficiente como para costearse dos pasajes a Rusia, sobre todo a estas alturas del año.
Así que... ¿Qué estaba pasando? Obviamente no podía descartar la opción, quizá se había hasta endeudado para comprarlos, pero también estaba la otra opción, aunque estaba completamente segura de que era muy improbable.
Para cuando volví a mi casa ya había tomado una decisión. No iba a decirle nada a Luis. Iba a dejar el boleto de avión donde lo había guardado, esperando que caducara. Después de todo, si el Lucho era quién me lo había dado, era obvio que sacaría a relucir el tema.
Y así logré mantenerme alejada de los pensamientos al respecto durante una semana y media.
Luis no había tocado el tema en ningún momento, al contrario, me había hablado de sus planes de irse a la playa el fin de semana que venía. Evité pensar en alguna otra persona que me lo hubiera mandado porque era obvio, y no quería llegar a ese nombre. Decidí que lo mejor que podía hacer era olvidarme de la existencia de ese pedazo de papel.
Bajé al comedor para hacerme el desayuno y me encontré con mi papá sentado en su sillón, mirando la tele con atención.
—Buenos días —murmuré mientras pasaba de largo a la cocina para prepararme un té. Salí con mi té y una tostada y me senté en el sillón contiguo al de mi papá, que mantenía la vista fija en la tele—. ¿Qué hay de bueno hoy?
Él volteó su rostro a mí y sonrió.
—Los seleccionados están legando a Chile.
Asentí, sin interés.
—Dentro de poco parten a Rusia. ¿No es emocionante eso? —preguntó. Lo miré extrañada—. Van a ir a representarnos en la Copa Confederaciones, ¿No crees que es emocionante el viajar a Rusia? —fruncí el ceño. Había olvidado completamente lo de la Copa Confederaciones... más bien, había hecho todo lo posible por ignorarlo.
Estuve a punto de ir a mi pieza y regalarle el boleto para que él fuera. Notaba la ilusión en sus ojos.
—Qué genial sería ir a apoyar a tu selección a otro país —murmuró, con la vista fija en mí. Evité rodar los ojos. Él sabía perfectamente que no era lo mío—. Pero en fin, esos son lujos que no todos podemos darnos.
Se encogió de hombros y se levantó, con dirección al baño. Seguí con la vista fija en la tele, escuchando lo que estaban hablando los comentaristas. La mitad de los seleccionados ya estaban en Chile, solo faltaban unos pocos y luego se iban. Minutos después mi papá pasó con dirección a la puerta.
—¿A dónde vas? —le pregunté.
—Tengo hora al doctor en veinte minutos más. Deséame suerte, espero que esta sea la última revisión post ataque al corazón.
Me levanté y lo abracé.
—Te va a ir bien.
Besé su mejilla y él se fue, dejándome con la casa sola.
—...por lo que sabemos, Marcelo Díaz habría llegado a Chile hace ya unas cinco horas, y Arturo Vidal estará llegando dentro de...—bajé el volumen de la tele, sintiendo el disgusto recorrerme.
Me levanté a dejar la taza y el plato a la cocina y a la vuelta me di cuenta de que mi papá había dejado las llaves encima de la mesa. Negué con la cabeza y las tomé, esperando que volviera. Minutos después la puerta sonó y yo sonreí. Tan cabeza de pollo que era. Tomé las llaves y abrí la puerta, encontrándome con mi papá.

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STAY
Fanfiction"necesito que te quedes" Portada hecha por la bella @marycarrizo -psttrr©. Jul 3, 2017.