Despertar. No pienso más que en ello.
Lo primero que siento al empezar a volver a estar consciente es el calor. Estoy tapada. Lo siguiente un olor a humedad y por último un fuerte dolor en mi abdomen. Por fin recaigo en mi situación. Estoy secuestrada por ese imbécil que me ha dado semejantes patadas en esta zona, sin tan siquiera tener un motivo.
Cuando abro los ojos veo al gato, mi compañero de celda. Éste maúlla y luego se me acerca ronroneando.
No tengo ni fuerzas para acariciar a un gato. En verdad, soy patética.
Me he dado una ducha. Estoy fresca y un poco más despejada que antes. Veo un papel encima de mi mesa, que se encuentra de espaldas a la puerta de la celda y un montón de ropa al lado.
Me seco el pelo mientras me dirijo cara el banco con la nota en mis manos. Al sentarme veo que mi albornoz es más grande que yo. Me visto un pantalón gris holgado junto con una camiseta de un simple estampado de amapolas. Quito la toalla enroscada en mi largo pelo marrón rizado y tras estirarlo y peinarlo me hago una coleta.
''Gracias por devolvernos lo perdido''
Simplemente pone eso.
Supongo que me la escribieron los aldeanos. Víctor no tiene pinta de ser muy de notas.
Cada vez que paso la mano por mi vientre me supone un sufrimiento excesivo. Se ha pasado. Mientras el calor de las calurosas mantas me recompone, veo lo que hace el gato. Por fin me he dado cuenta. El gato es un robot con una cámara en el ojo izquierdo.
Además de sorprenderme por la astucia y la habilidad de Doom para ocultar tan bien a un robot, me sonrojo y me avergüenzo de mí misma por no haberme dado cuenta de su plan.
Y lo aprovechó, claro.
Me intentó, me quiso...
Te intentó violar Flora y tú has estado a punto de caer en su trampa- me digo. Que estúpida soy. Ahora voy entendiendo porque quieren atrapar a un sujeto tan retorcido y peligroso.
-Veo que te has dado cuenta-dice el gato.
Yo bajo la cabeza y me acurruco en mi almohada con los ojos llorosos. Cabrón.
-¿Sabes? Me arrepiento a la vez que he disfrutado del dolor que te he causado, y que te causo-aclara-. Te di un masaje en la zona afectada y he disfrutado mucho con tu cuerpo.
Se está riendo.
Me levanto. Su risa cesa.
Cojo al gato y lo acurruco en mi vientre.
-Con este cuerpo, señor Doom-digo deslizando mi mano por mis pechos, seductoramente-no se juega.
Mi pelo se convierte en unas ramas afiladas que acaban con el gato en cuestión de segundos.
Se escucha el irregular intervalo del micrófono del robot.
Y unos fuertes pasos que se dirigen a mi celda.
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Víctor von Doom
Teen Fiction¿Qué pasaría si en medio de una misión especial en la que debes capturar al mayor villano del mundo, Dictador de un país, tu plan se va al garete y este te hace prisionero?¿Qué maneras habrá de huir de un país con una estricta dictadura, que cuen...