Naelí no dejaba de esperar. ¿Cuándo llegaría? Ya tardaba mucho y estaba empezando a preocuparse. Sí, preocuparse. Sería una extranjera que conocía muy poco, más no era mala persona. Pudo ver en sus acciones inocencia y bondad.
Había visto salir cara el castillo una nave de Doom. ¿Se la habían llevado? ¿Qué había pasado? o peor aún: ¿La dejó tirado?. Esta última pregunta cada vez iba agrándandose más en su mente, al igual que el odio cara Flora. Miró al topo en sus manos. Topín, como lo había llamado ella. Lo acarició desde que ella se fue, y él animal estuvo más que tranquilo entre sus manos.
''No, no creo que me haya dejado tirada''. ''Seguro que volverá''. Nada más pensar esto vio al caballo y a la joven desmontar justo al lado del puente en el que se encontraba ella.
-Siento la tardanza Naelí-dijo ella exhausta-he capturado a unos furtivos- cogió aire- y el señor Doom vino a buscarlos...
-Espera-la interrumpió-¿furtivos?
-Sí, dos para ser exactos.
-¿Qué estaban haciendo esos indeseables?
-Construyeron una presa con troncos, y capturaban a todos los peces.
Ella asintió.
-¿Puede saberse por qué has tardado tanto?
Flora percibió la clara sequedad de la pregunta.
- Verás, no fui por el agua de nuevo porque ya está anocheciendo y esos minutos eternos sumergida me han dejado helada-se abrigó con sus brazos-. Tuve que esperar a Astro para volver y mientras estuve con el señor Doom...
Naelí miro a la joven. Seguro que decía la verdad. Quería confiar en ella.
-¿De dónde has sacado ese nombre?-dijo ella entregándole al topo.
Flora lo cogió y lo subió al hombro.
-Siempre me ha gustado mucho la noche. El caballo es casi negro, y me recordó a ésta. Si fuese hembra lo hubiese llamado Luna, pero como es un macho, Astro.
-Dime ¿cómo es que siendo controladora de plantas también controlas animales?
-Todo está relacionado. Los animales depende de muchas cosas para vivir, incluidas las plantas, y viceversa. De ahí, que me reconozcan.
Flora siguió a Naeli, conduciendo a su caballo. Cogió la esfera de su pecho y comprobó que eran las ocho.
-Buff, que frio...-suspiró ella.
-No te preocupes, iremos a mi casa. Entrarás en calor. Se nota que no conoces el tiempo de aquí, ven más abrigada la próxima vez. ¿A qué hora tienes que estar en el castillo?
-A las diez tengo que estar allí. Me iré un poco antes.
Al llegar a su casa, Naelí encendió las luces. Era una casa pequeña, de madera. Parecía haber más habitaciones al fondo de un pasillo en frente a la entrada. La cocina estaba al lado derecho y el salón al izquierdo.No había nadie. Encendió el fuego de la chimenea y le dejó a Flora una manta.
-¿Estás seca, no?
-Sí, ya cuando volví contigo ya me había secado.
Naelí hechó un vistazo rápido a su pelo.
-Tienes el pelo hecho un desastre-dijo con una risilla.
-Siempre se me pone así tras un baño, ¿parece lana verdad?-preguntó con una sonrisa.
Ambas se rieron. Naelí se sorprendió, era la primera vez que reía en meses. Se sentó en el sofá. Ya se había puesto un pijama y había puesto a calentar un poco de té.
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Víctor von Doom
Teen Fiction¿Qué pasaría si en medio de una misión especial en la que debes capturar al mayor villano del mundo, Dictador de un país, tu plan se va al garete y este te hace prisionero?¿Qué maneras habrá de huir de un país con una estricta dictadura, que cuen...