Víctor von Doom

Parte 14

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Aquella negación dejó a Nick Furia desolado y confuso. No lo entendía...Solo habían pasado cinco días. ¿Tanto había cambiado su pequeña brave?

-Flora-dijo con pausa-. ¿Por qué no quieres volver?

-Papá...

Las lágrimas de Flora no pasaron inadvertidas por el director general de S.H.I.E.L.D.

Furia vio como el dictador veía a su hija, con una mirada entre astucia y diversión. Aquella desoladora escena le divertía.

La rabia fue la que habló antes que él, y este hombre que no se dejaba llevar por sentimientos precipitados gritó:

-¿¡Qué le has hecho!? ¡Sé que le has hecho algo! ¡Hijo de la gran...!

Un nuevo grito de dolor de su hija le hizo volver al silencio. Doom la amarró del pelo y apoyó el cuerpo en el suyo.

-No es mi culpa que presente el Síndrome de Estocolmo. ¿Dependes de mí totalmente verdad, querida Flora?

Ella tardó en responder.  

-Sí, mi señor Doom. Deseo estar con vos.

La risa del dictador latveriano y los sollozos de la joven no hicieron más que desconcertar a Furia.

-Ya la hemos oído. No. Una negación clara-dijo entrelazando sus dedos- y evidente. Será mi esclava. Claro  que la trataré bien. Créeme, la próxima vez que os veáis, que probablemente no será nunca, estará muy cambiada...

-¡Basta! Estoy dispuesto a negociar contigo. Sé que los labios que han respondido a tus preguntas no son los de mi hija.

Al ver como su hija levantó la cabeza con una sonrisa, con lágrimas a los lados y como otra descargar dañó a su cuerpo, fue la confirmación que deseaba Nick Furia. Él la estaba controlando.

-Yo no quiero negociar contigo. Esta-dijo volviendo a coger a Flora del pelo-es una clara respuesta a vuestras intromisiones ilegales en mi territorio. Buenas noches.

La transmisión se cortó. Nick sabía que su hija le necesitaba. Más aún cuando sus poderes estaban tan debilitados tras el traumático atentado que sufrió su pequeña. Él la salvaría. Y su mujer no haría más que recordárselo. Casi le dio un ataque de pánico al enterarse de la noticia.

Era el momento de acabar con Latveria.

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Estoy tendida en el suelo. Malditas descargas. Papá. Cuento le quiero. Estuve tan asustada. Pensé que haría caso de las palabras que Doom me ordenó decir.  ''Por algo es el director de SHIELD'' pienso yo.

Empiezo a incorporarme con gran esfuerzo.  Cuando levanto mi cabeza, me topo de nuevo con sus ojos.

-Veo-dice- que te has intentado resistir.

-¿A que se refiere?- pregunto con tono débil.

-Cuando dije: "¿A que si querida Flora?''. Que te quede claro, que ninguna resistencia funcionará frente a mi.

Bajo mi cabeza. Me están empezando a fallar las piernas. Doom se levanta, se acerca y para mi sorpresa no le ha costado nada levantarme del suelo.

Cuando llegamos a la celda me deja tendida en la cama. Yo le observo cansada.

-Mañana, irás al poblado. Tienes muchas cosas que hacer. Mi pueblo quiere conocerte.

Él se levanta del colchón viejo que había sido su apoyo, donde yo estoy tumbada.

Cuando le veo cerca de la puerta hablo:

-¿Por qué?

Se gira en mi dirección.

-Yo no le he hecho nada, no le he atacado, no he matado a nadie, la única resistencia que he puesto hasta ahora ha sido para defenderme... Usted me tortura... No quiero que me siga torturando... Quiero volver a mi hogar...

-No volverás. Latveria, es decir, yo, soy tu nuevo hogar.  Mañana tendrás todo el día para hacer lo que te venga en gana. Ya te diré las condiciones. 

Y se va. Yo hago lo mismo, solo que en sueños, volando lejos. Hasta donde está papá. Le abrazo y mamá me columpia en un columpio del parque que está cerca de casa, también canta una nana, mientras yo cierro los ojos sobre su pecho... calor... aquí hace frío...

Lo peor viene con una pesadilla. Las tres torres derrumbándose, mi ala izquierda, Charles cayendo al vacío,  la impotencia presento con la gélida muerte...