Parte 18

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Esa propuesta me pone todavía más tensa.

-Señor, en mis aposentos descansaré bien.

El dictador, coge y se tumba en su gran cama. Yo me acerco inconscientemente hasta la pecera. Siempre me han gustado los animales y por supuesto las plantas. Ambos forman parte de mí. Deslizo mi dedo por el cristal, rozándolo a penas con la uña. La pecera tiene unas pequeñas luces interiores, que me permiten ver mejor el lindo resplandor de los muchos colores que esos seres tienen.

-Bonitos, verdad? Un regalo de uno de mis mercaderes. Me lo instaló y todo. Como ves-dice girando la cabeza-todos hacen todo por mí. 

Ignoro sus palabras. Parece recalcar la incómoda situación de la tarde. Un pequeño tres colas sigue a mi dedo. Qué majestuoso...y que ojos.

-Deberías ir a descansar-dice él. Tienes el baño al lado de tu cama y un pijama encima de esta. Mañana te levantarás y estarás lista antes de las diez. Otra norma: prohibido salir de los aposentos de noche y cuando te levantes, procura hacer el menor ruido posible.

-Está bien, buenas noches-. Entro en mis aposentos y me voy al baño, cara la bañera. Tengo unas ganas de bañarme horribles. ¡Tendré que deshacerme la linda trenza de Naelí! 

Espero a que el agua este caliente, sentada en el suelo. La verdad es que para ser un baño no está nada mal. Lo único que no me gusta es que él está prácticamente al lado.

El vapor que desprende el agua me indica que está en su punto. Me quito la ropa, entró y me sumerjo en ella. He tenido que soltarme el pelo. Naelí. Que buena fue conmigo. Ojalá llegue a compenetrar así de bien con todos...

''No con él, por supuesto''

Las burbujas empiezan a llenar la bañera.  Me apoyo la cabeza en el borde de la bañera y los brazos a los lados. Los ojos se me cierran. Por supuesto, he apagado el grifo.

La espuma huele a vainilla, lindo y dulce aroma.


Siento una toque en mi hombro y un calambre en mi cuello.

Abro mis ojos. Doom está a los pies de la bañera. Casi se ha desvanecido toda la espuma y el agua está templada. ¿Cuánto tiempo llevo dormida?

Me enderezo en seguida en la bañera, roja como un tomate. Mi pelo tapa mi pudor y evita que vea su reacción.

Se sienta en la tapa del váter que la tengo al lado.

-Media hora-dice de repente.

Sé que es la respuesta que necesito.

-Lo siento, señor. Estoy cansada y no estoy en lo que tengo...

-Levántate-dice cortándome.

-¿Qué?-pregunto incrédula.

-Que te levantes, es una orden.

Siento como la cosa que tengo en mi cuello me obliga a obedecer. Me siento tan incómoda.

-Nada de llorar. Sal.

Le doy la espalda y cojo la toalla. Me la ato y salgo cara mis aposentos. Allí no está mi pijama.

Cuando me doy la vuelta para ir al baño, Doom se interpone en  mi camino.

-¿Buscas esto supongo?

La ropa está en sus manos.

-Sí, por favor, devuélvemelo.

Su mirada. Dios no. Otra vez no.

-Casi te vi desnuda hace cinco días, hoy será la primera vez. No oses oponerte. 

Quita mi toalla cara el suelo. Estoy desnuda por completo. Mis brazos tapan mis pechos, más cada vez tiemblo más.

Víctor von DoomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora