"AMOLAD no me pertenece, es propiedad The Snipster"
Vania observaba su plato de comida, era una ensalada cesar, sin nada de aderezo y con solo una pequeñísima porción de pollo, era una modelo reconocida, con un régimen estricto y una apretada agenda que se veía interrumpida por nada menos que el hombre que tenía frente a ella, Tomás imponía respeto hacia ella, era el socio de Des, pero el incidente de hace un año provoco la enemistad entre ambos.
Ahí se encontraba la modelo, siendo escrutada por Tomás, quien comía unos rabioles, mientras no despegaba los ojos azules de la joven de mirada amatista, esta tragó seco, escudándose en su insípida ensalada.
— ¿Cómo es posible Vania? Una mujer de tu belleza, de tu inteligencia sin poder conquistar a Des — comento el chico, mientras llevaba a sus labios la copa con Chapoutie cosecha del ochenta seis, la chica ignoro ese golpe a su ego, pero la sonrisa que le dio el hombre no le gusto para nada.
— Creo que es gay, no entiendo Tomás, me le he metido hasta por los ojos — se defendió, mientras tomaba un vaso de su Lauquen Artes, Natt rio ante su ocurrencia, tenía el también sospechas sobre las tendencias sexuales de su socio, pero como indagar de eso sin ofenderlo.
— Podría ser, entonces de ser así, tú no me sirves de nada querida — agrego con desdén, Vania abrió los ojos, espantada.
— No me amenaces, deberías mejor no lo sé, separar la empresa Tom, no necesitas a Des — sonrió la chica, pero se asustó al escuchar el golpeteo que realizo Tomás con su puño en la mesa donde ambos cenaban.
— Eso...jamás querida Vania, aun me queda un as bajo la manga, y si tú no puedes atraer a Des, tal vez de con la persona que si pueda.
La noche estrellada, era por completo ignorada por Spindler, quien a millas de distancia se encontraba arreglándose en su habitación, Leo se daba una mirada no estaba acostumbrado a la ropa elegante, de hecho a pesar de usar aquella camisa rojo vino, y los pantalones de vestir, aun parecía un criminal, uno bien vestido, pero un criminal al fin y acabo.
Aun recordaba la breve conversación que tuvo con el millonario en la fundación, su voz le ocasiono un ligero escalofrió, aunque lo odiara, su cuerpo reacciono ante el tono seductor que Aeva uso con él.
— Spindler, acepto el trato... un coche pasara a tu departamento a las diez de la noche, hay algunas condiciones para que seamos amantes, espero puedas entenderlas.
Y después de colgar, el rostro de Leo era de victoria total, casi era la hora acordada, ya se había puesto la horrorosa corbata, la última vez que uso una fue en el sepelio de Davi, eso ensombreció un poco su mirada, por venganza se divertiría con el millonario, dando un suspiro se puso algo de laca en el cabello, era imposible domarlo, pero tampoco quería parecer un vagabundo. ¿Qué pensarían sus amigos del Tr3s si lo vieran así? Probablemente William se mofaría de él hasta orinarse, y los hombres dirían que se veía más gay de lo usual. Por lo cual Leo tendría que partirles la cara a todos.
Su móvil comenzó a sonar de nuevo.
— Diga...
—... Leo, mi chofer está afuera — la voz de Des sonaba nerviosa, Leo sonrió, colgando el celular se apresuró a salir de su departamento, dándole una última mirada al cuadro de su abuelo.
Soltó un silbido al observar un Corvette Z06 rojo aparcado fuera de su apartamento, en su interior una joven morena, de cabellos blancos le dio una sonrisa, jamás pensó que el chofer sería una señorita.
— Señor Spindler, me presento soy Lourdes Lovelance — dijo la joven, extendiendo su mano hacia el moreno, la joven de ojos sakura pudo observar tendidamente a Leo, su jefe tenía razón, el chico era un diamante en bruto, a pesar de la ropa barata y del aquel ridículo peinado, era sumamente atractivo.
— Señorita, un placer — agrego con nerviosismo, mientras estrujaba su delicada mano, Lou se limpió el sudor de la palma del moreno en la falda de tubo, mientras sacaba un pequeño folder de su bolso Louis Vuitton, y lo extendía a Leo, quien la miro intrigada.
— ¿Qué es esto? — cuestiono, al ver el folder de cuero negro ante él.
— Es un contrato de confidencialidad, no esperaba que fuera amante del señor Des y no se le hiciera firmar nada — la voz de la morena era sarcástica, Spindler trago saliva, sintió la garganta seca de pronto.
Abriendo el folder observo efectivamente, un contrato de tres hojas, todas ellas en términos legales que no entendía del todo.
— Mi deber como asistente y defensora del señor Aeva es ver por sus intereses, aun cuando él no lo haga — señalo los documentos, mientras le tendía una pluma que se veía demasiado elegante para gusto de Spindler, quien hizo una mueca—. Fírmelos, antes de que lo lleve con él a los Hamptons.
Leo le dio un vistazo rápido a los documentos, en que lio se había metido, ahora podía sufrir una demanda si corría a los medios, al menos su plan de esparcir los rumores ante la prensa quedaban fritos.
Tomando la pluma firmo.
— Excelente, ahora sí, ¡en marcha! — dijo la chica, guardando la carpeta con la rúbrica de Leo, esperaba que el señor Aeva la perdonara por haber hecho firmar eso al moreno, pero no confiaba en todo sobre su atolondrado jefe, y sus decisiones de vida.
Leo se sentía ahora molesto, ya vería la manera de vengarse, tal vez difundir su relación no sería la opción, pero aún quedaba la manera sentimental, podía enamorar a Des, o al menos intentarlo, mientras aprovechaba lo económico.
Mientras tanto, en la hermosas playas, en su habitación de su mansión, Des se paseaba, estaba nervioso, le sudaban las manos y meditaba su actuar.
Como un niño, así se sentía el ambarino, uno que estaba esperando a abrir los regalos de navidad, pero en su caso no era un presente lo que pensaba "abrir".
Había pasado mucho desde su última relación sexual con un hombre, su negocio dependía de la privacidad de su intimidad, pero había cosas que no podían ocultarse siempre, sobre la enorme cama de satín negro, lucían un par de esposas perfectamente acomodadas sobre la almohada.
Solo esperaba que Spindler entendiera sus gustos...
N.A. Regrese entre los muerto, muajaja, bueno ya vieron que tientes dará la historia, aclaro que no dejara de ser un cliché, pero espero al menos entretenerlos.
Saludos y nos vemos pronto.
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Miradas (AMOLAD)
FanficLa vida de Des Aeva como millonario era vacía, hasta que Leo Spindler un Bad boy le cautiva el corazón, sin embargo la muerte del abuelo Davi, y las intrigas de Tomás, se interpondrán en su romance. Portada de Amapola Cosas Locas.