-tengo frío ¡Canarito ven a la cama!-Dokho se encontraba acurrucado entre las frazadas mientras que un indignado Kagaho le miraba desde la puerta.
-¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no me digas canarito?!-Kagaho le grito con un rostro que mostraba toda su furia aunque Kagaho no se sentía realmente furioso. Solo era costumbre.
-no te enfades mi canarito-Dokho le miro con falso temor y aprecio el fuerte sonrojo que cubrió el rostro del espectro quien comenzó a mirar a todos lados sintiendose avergonzado-ven a la camita, hazme compañía-
-¡Nunca le haría compañía a un hombre tan.... tan.....! ¡Pervertido y posesivo!-
Dokho hizo un gesto de indignado y con una sonrisa burlona le replico.
-no dijiste lo mismo a noche o es que acaso malinterprete tus gemidos-Dokho se sintió sastifecho al ver la ira, la verguenza y las ansias de matar en esos hermosos ojos aunque por momento pensó que debería sentir miedo. Nha! Conocía muy bien a su canarito! A pesar de toda su violencia y agresividad sería incapaz de hacerle daño.
-¡Te voy a matar!-o eso creía él.
Kagaho se abalanzo hacía Dokho quien aprovecho el momento para abrazar a su canarito ¿Por qué lo habrá hecho?
Por que desde un principio deseaba sentir el cuerpo tan hermoso y delgado de su canarito, por que deseaba estar acurrucadito junto a su canarito.
Nha!
Fue por simple sentido de supervivencia, pues en el momento en que vio a su amado canarito abalanzarse hacía él con claras ansias asesinas, una palanca de supervivecia que se encontraba en modo apagado paso a modo encendido.
Y fue por esa razón que Dokho había abrazado a Kagaho quien comenzó a removerse incomodo entre los brazos del Oriental.
-¡Wow! ¡Ya no siento frío!-dijo un sonriente Dokho quien supuso dos cosas.
A)_ El miedo que sintió en aquel momento en que vio su vida peligrar hizo que su temperatura disminuyera un 100 %
B)_ En el momento en sus brazos rodearon el cuerpo de Kagaho quien se encontraba ardiente (no en aquel sentido) su temperatura helada se volvió calida.
-¡Sueltame Dokho!-Dokho negó con la cabeza al escuchar la queja de su lindo canarito mientras que con esfuerzo y dificultad logró poner la frazada encima del cuerpo de Kagaho-¡Dokho!-
-¡Vamos Kagaho! ¡Si te vas tendre mucho frío!-Kagaho carraspeo molesto mientras se acomodaba entre los brazos de Dokho.
Dokho sonrió con alegría mientras se acurrucaba más a su canarito.
Esa noche ambos durmieron calentitos y acurrucados.