-Alba-chan ¿Por qué te pones así?-
Albafica suspiro por milesima vez, nuevamente era el pesado de Manigoldo quien parecía no querer dejar de acosarle.
-¿Cómo así?-
Albafica claramente vio la sonrisa burlona que apareció en el rostro de Manigoldo ante la respuesta contestada con pregunta.
-por que pones la carita de niño fascinado-El sonrojo cubrió las mejillas de Albafica, sonrojo que se intensifico cuando la mirada de Manigoldo se dirijió al lugar que tenía fascinado al Pisciano.
-¿Nunca provaste las famosas manzanas acaramelas que desde uno días tienen adicto a Kardia?-Albafica no supo que decir, pero al final suspiro.
-solo una vez, cuando mi maestro aún vivía-
Manigoldo de pronto mostro una sonrisa sincera cuando vio sonreír a Albafica.
-¿Deberíamos comprar? No crees?-
Albafica borro su sonrisa y negó con la cabeza.
-dejemos esas cosas para los niños y para Kardia-
-oh ¡Vamos!-
Manigoldo tomo la mano de Albafica y se lo llevo a rastras donde la tienda.
Un panico se apodero de Albafica al sentir el contacto fisico, pero inconscientememte también tomo de su mano.