CAP. #14

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Carl

Tomaron a Gabriela por la espalda y pusieron un arma en su cabeza, y así de simple nos contuvieron a todos nosotros. Dominic, Tayler y yo fuimos atados con las manos en la espalda al igual que todas ellas. Nos habían llevado al mismo lugar del que salimos, pero entramos por otro lugar, llegamos a un cuarto pequeño, era muy poco iluminado, lo que para nuestra mala suerte se acoplaba a lo macabra que era nuestra situación.

–Oye –ninguno quiso mirarlo–, ¿eres el hijo de Rick –estaba tan enojado que solo lo pude mirarlo con odio–? Tendremos una gran recompensa por encontrarte.

–Ellas serán nuestra recompensa –dijo el otro hombre mirándolas–. ¡Vamos, todos al suelo! –todos obedecieron

–Tú ya sabes las reglas. Si se enteran nos castigarán.

–Nadie sabe que estamos en este maldito cementerio –Gabriela los miró levente y luego me miró levantando una ceja–. Tardaremos un poco más en revelar nuestra ubicación. Ya perdimos nuestras esposas, divirtámonos solo hoy, las mataremos después y todo liso.

–Malditos. –susurró Dom

–Como quieras, yo iré a vigilar. –dijo uno de ellos saliendo de la habitación dejándonos con el rubio

–Hace mucho tiempo no tenía tanto de donde elegir.

–¡Que ni se te ocurra tocarlas! –Tay estaba intentando desatarse

–¡Aléjate de ellas maldito pervertido! –dijo Dominic con odio

–Demonios –dijo buscando algo, tomó la cinta en su mano y nos miró–, para hacer esto necesito silencio –dijo colocando la cinta en las bocas de los dos muchachos–. Ahora, ¿con quién me divertiré primero?

El hombre empieza a mirar a las chicas, caminando frente a ellas, en cuanto su cuerpo se detiene frente a Zoé, Dominic y Tayler comienzan a moverse y protestar para liberarse y ayudarla. Ella sólo mira al hombre completamente aterrorizada y sin saber bien que hacer. Yo no me movía, me preocupaban las tres chicas frente a mí, pero sabía que podía hacer algo solo necesitaba saber qué.

–No, por favor no. –dijo Emma muy asustada, yo por mi parte sólo intentaba desatar las cuerdas, en silencio, mientras los chicos aún gruñían enojados

–Tranquila –el hombre acariciado el rostro de Zoé, ella sólo respiraba con pesadez–, para esto debes relajarte... –los chicos seguían inquietos ya que era Gaby o Emma, yo solo estaba preocupado por la integridad física y mental de Gabriela

El hombre camina a paso apresurado hacia Emma, cuando se detiene frente a ella Gabriela habla–No, a ella no. –miro sorprendido la manera tan estúpida de sacrificarse y niego mirándola seriamente

–No. –dije para ella

–Cállate niño estúpido –el hombre aun mirando a Gabriela–. ¿Porque te preocupa tanto esta chica –su mirada cae sobre mí–? ¿Es tu novia?

–Si. –respondí con tono seguro y escuché a Dominic gruñir lo más fuerte que pudo

–Te juro que si le haces alg-

–Qué lástima –dijo interrumpiéndome, para comenzar a acercarse a Gaby–. Hola, soy Frank. No te preocupes. –dijo tomándola y colocándola de espalda a nosotros, aun de rodillas ella se mantenía firme y orgullosa

–¡NO! ¡Déjala! –dije en cuanto vi que comenzó a pasar sus manos por su cuello

–¡CÁLLATE! –dijo amenazante–No te preocupes, no pienso hacerte daño.

–¡No la toques, aléjate de ella! –grité fuerte

–Estas muerto, niño. –él saca su cuchillo y camina amenazante hacia mi

–No. –resuena en toda la habitación esa dulce y cansada voz

Gabriela

–Qué lástima –dijo el hombre acercándose–. Hola, soy Frank. No te preocupes – dijo al darme la vuelta, estaba erguida y rígida, para no lastimar mi, ya adolorida, pierna

–¡NO! ¡Déjala! –en lo que él distrae por el grito de Grimes mis manos bajan a mi bota y sacan la punta del cuchillo en esta

–¡CÁLLATE –amenazó el hombre–! No te preocupes, no pienso hacerte daño. –él sólo me mira "seductoramente", y yo muevo cuidadosamente las cuerdas sobre la punta del afilado cuchillo

–¡No la toques, aléjate de ella! –gritó Grimes fuerte haciendo que el hombre dejará de tocar mi rostro y cuello para levantarse desafiante de su lugar

–Estas muerto, niño. –el hombre de aleja de mí lo que aprovecho y termino de rasgar las cuerdas

–No –dije intentando que el hombre pensará solamente en mí, Grimes me miró y negó

–No quieres que le pase nada a tu amorcito –yo niego lenta y cuidadosamente, intento no moverme mucho para que las cuerdas, que sólo estas colocadas levemente en mis manos, no caigan–, pues para eso tendrás que ir obedeciendo todas mis reglas princesa –miro asiento–. Bien en ese caso –se acerca y se detiene frente a mí–, comenzamos.

El hombre dijo eso para luego colocar la daga, con la que amenazaba antes a Grimes, en el cuello de mi camisa y rasgar esta, jalando de ambas partes y rompiendo por completo mi camisa lanzando ambos pedazos de esta a distintos lugares de la habitación, dejando mi pecho semidesnudo, sentía asco y por mala suerte no solo hacia él.

–Eres hermosa, me voy a divertir mucho contigo.

–Aléjate de ella maldito imbécil, no le pongas una mano encima o me las vas a pagar. –el mayor lo miró, fue a un escritorio y luego hacia Grimes tomando su cara y colocando cinta en su boca

Al regresar y posicionarse frente a mi observó una vez más mi cuerpo; me sentía asqueada, utilizada y como un simple objeto, como si fuese mi ma- mi madre. Ese es el pensamiento que provoca que mi mano tome con más fuerza el cuchillo en estas. Mientras él se comenzaba a quitar el pantalón me dispuse a aprovechar mi oportunidad.

–Vete al infierno –susurré

El hombre puso en el suelo una de sus rodillas y levanto mi cara con un dedo para luego preguntar–¿Que dices lin- –lo interrumpo clavando el cuchillo en el lado derecho de su pecho, se levanta y yo con él, toma mis manos y en cuanto saca el chuchillo me suelta, aprovecho para clavarlo en su garganta haciendo que toda su sangre caiga sobre mi cuerpo

Podía sentir su sangre caliente sobre mi pecho mientras mis ojos estaban en los suyos, recordando cada movimiento que sus manos trazaron mi cuerpo. Era de las dos personas que odiaría en toda mi vida, la otra era a mi padre, en cuanto el hombre cayó al piso me aparté. Los chicos gruñían una y otra vez, estaba cansada, estaba herida y solo quería limpiarme, pero faltaba otro.

De seguro si el mundo fuera como antes yo a esta edad, por mi gran estado de satisfacción, sería una excelente asesina o una gran policía, sonrió ante mis pensamientos y miro a la nada. Siento a alguien a mi lado, era Emma, ella apoyó su cabeza en el suelo, también estaba cansada y asustada, tomé la otra daga en mi bota y solté las manos de Dominic, y le di el arma a Dom y caminé hacia el hombre.

Sin SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora