CAP. #8

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Carl

Al llegar la noche, yo fui a acostar a Judith ya que se había dormido en brazos de papá, y Gabriela estaba hablando con Lía en mi habitación. Le doy una última mirada a mi hermana y camino lentamente a mi cuarto cuando escucho la plática de las dos chicas.

–Eso significa que tienes miedo, mamá me lo explicó bien. –la menor le explico a su prima

–Eres algo lista sabes –le dice Gabriela–, o yo muy tonta.

–No eres tonta, solo tienes que vencer tu miedo, como tu mami lo hizo cuando enfermó.

–Nena, te extrañé... –le dice la mayor, mientras yo sólo coloco en mi cara una media sonrisa, apoyado en la puerta

–Yo también te extrañe Gaby, sabes que el pirata bueno- –Gabriela la interrumpió riendo

–¿Pirata bueno? –me mira y yo sólo apartó la cara–¿Es por la venda? –la pequeña asiente y yo siento mi cara arder

¿Desde cuándo me sonrojo?

Después de un rato de que la mayor le contará un cuento a Lía, esperamos un poco para que se quedara dormida por completo, ella se sentó en el piso y yo la imité, ella me miro.

–Lindo nombre. –le dije

–Gracias.

–¿Eres esa sombra? –ella me sonrió y asintió

–Si. Y tu él chico de papá –ríe por su propio comentario y luego mira a Lía

–Yo puedo llevarla si quieres... –dije levantándome

Salgo del cuarto y voy al de Judith, dejo a la pequeña en la cama improvisada que Daryl y Carol le hicieron, me aseguro de haber cerrado bien la ventana y puerta, y cuando todo esta listo vuelvo a mi habitación.

–Hola...

Miro preocupado en la ventana de mi habitación, ¿una sombra? En momentos así creo que debo de poner más atención a mi alrededor, ni siquiera la escuché moverse a la ventana.

Conforme me voy acercando a esta puedo ver a Enid sentada en el marco de la ventana–¿Dónde estabas? –pregunta ella

–Lo mismo me estaba preguntando yo. –respondo algo enojado, ya que no la veía hace como dos días

–Salí, de la comunidad. Ahora tú responde. –la mire atónito

–¿Qué hiciste qué? –pregunté

–Mejor cambiemos de tema, dime, ¿quién era esa chica rara que estaba saliendo de la casa? –preguntó curiosa y yo la mire abriendo los ojos

–¿A qué te refieres? –pregunte mirando a todos lados

–¿Qué pasa? ¿Es por ella? –salgo corriendo hacia la sala y abro la puerta, busco en la calle y no la encuentro

¡MIERDA!

–¿Ella salió de la casa? –Enid me mira y asiente–¿Hacia dónde?

–No lo sé ¿Quién es ella? –ella estaba planeando irse desde antes, por esa razón Lía se durmió en la su cama y no me mató cuando me ofrecí a llevarla a su cuarto

Estaba mudo, no sabía cómo responder, ni, si hacerlo. ¿De todas formas que le diría? Que ella es la persona nueva, a la que se suponía que debía cuidar, pero en lugar de hacerlo la dejé escapar...

–Es nueva, estamos intentando agruparla a la comunidad y era mi responsabilidad.

–La buscaremos y encontraremos. Tranquilízate. –no podía, mi corazón iba a mil por hora, llevo mi mano al lado derecho de mi pecho para intentar calmarme, pero siento algo en mi bolsa

"Grimes, volveré lo prometo. Solo cuida a la enana mientras no estoy, y si no vuelvo, búscame en "sm28"" –me dejó una nota y no me di cuenta

–¿Enana?

–Su prima. –hablé caminando hacia uno de los muros, estaba dispuesto a traerla de vuelta

–Dijo que piensa volver –yo me calmé un poco pero no demasiado–, pero nos dio una dirección donde buscar así que quizá ella sabe que es arriesgado. –eso arrancó la calma de mi cuerpo

–Debo ir a buscarla. –ella me detuvo

–Yo iré a buscarla, tú te encargaras de distraer a tu padre hasta que yo vuelva con la chica. Y cuando vuelva aclararemos un par de cosas. Vete y busca una excusa para cuando tu padre despierte mañana y no te vea con ella.

–Tienes doce horas, si no han vuelto mañana a medio día, yo mismo la iré a buscar.

Enid sale de los muros de la comunidad, la pierdo de vista cuando cruza la barrera. Gabriela estaba causando más problemas de los que pensaba. Pero la cubriría con mi padre, una cosa era clara. Tenía que regresar con vida, ya que si ella moría yo estaría acabado.

Omnisciente

Aunque desconocida, se le hacía muy familiar esa manera de mirar, lo que lo hacía preocuparse más. ¿Dónde habrá ido? Se preguntaba el muchacho en su cabeza, mientras se escabullía para poder llegar a su casa.

En tanto Enid le pisaba los talones a Gabriela y cuando por fin logró verla se detuvo cautelosa, buscó su arma y en cuanto se distrajo, Gabriela ya estaba de pie con un arma en la cabeza de la ojiverde–¿Quién eres y por qué me persigues?

–Soy amiga de Carl, quiere que regreses.

–Él no lo entiende, necesito encontrar a alguien. Alguien que me importa mucho.

–Lo sé, yo también necesite salir a buscar a mi familia, pero ahora, entiendo que es peligroso hacerlo sola. Volvamos a Alexandria, yo misma vendré contigo después si es necesario.

Gabriela bajo el arma y Enid volteó, la chica quitó su capa y ambas se miraron y toda rivalidad y desconfianza desapareció, Gabriela sabía bien quien era la chica frente a ella. Sin decir ni una palabra caminaron juntas de nuevo hacia el muro, se conocían de antes pero no eran las mismas niñas tiernas e inocentes.

Carl

Llegué a mi habitación y me lancé a la cama, después de un rato comencé a llorar y lloré sin poder detenerme, sin saber que me pasaba. Quizá la caminante con la cesárea o el hecho de recordar a mi madre, estar a punto de morir, pensar en los muros y en peligro. Simplemente y sin ningún motivo específico lloré, como hace tiempo no lo hacía, sabía que estaba bien hacerlo, mi mamá lo decía siempre, aún recuerdo cuando murió Sofía, lloré y luego me enojé. Comencé a sentir algo como una sensación de presión en el pecho, estaba a punto de sufrir un colapso nervioso, puedo escuchar a alguien irrumpiendo en mi habitación y acercándose.

Tomó el arma junto a mí y apunto sin pensarlo dos veces, sintiendo como el aire abandona mis pulmones poco a poco, miro a la asustada figura de Gabriela de pie junto a mi cama. Coloco el seguro del arma y ella se acerca a mi lentamente, ella intenta calmarme y luego de un tiempo sin aire, puedo volver a sentirlo entrando a mis pulmones, haciéndome recobrar la vida.

Sin SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora