CAP. #30

61 2 0
                                    


Carl

–No tienes que agradecer, lo hice porque la amo –mis puños se contrajeron con mucha fuerza–... ¿Sabes que ella nunca quiso a nadie? ¡Ni siquiera sé qué vio en ti! –Daryl se acercaba sigiloso y precavido, yo por mi parte estaba empezando a enojarme por esos comentarios

–Dominic, escucha-

–No. Escucha tú, niño. Ella es la mejor persona que conozco desde que tengo memoria y jamás nunca había tenido un hombre que la hiciera feliz –ya me había quedado sin palabras–. Estás discapacitado, eres necio, imprudente, idiota, y ahora vas a morirte por una estupidez –me intenté sentar en la camilla, estaba tan enojado que tenía ganas de patearlo–. Y, aun así. ¡A pesar de eso –tome fuerzas al lograr levantarme, pero ya estaba cansado de escucharlo–! Eres fuerte, inteligente y capaz de hacerla sonreír como nadie –estaba impactado por lo que dijo, después de eso se arrodilló frente a mí y me dio una caja pequeña de color marfil–, y te admiro por eso, me alegro que seas tú el que la haga feliz, estoy seguro que eres tú quien debe darle esto... Yo creí que eras un idiota, y lo eres. Pero eres el idiota correcto. Gracias Grimes. –dijo y luego se alejó rápido, las palabras eran tan difíciles de encontrar para describir esto, tanto, que sólo me volví a acostar

Miré en la dirección en que ella se había ido y sonreí, Dom tenía razón en algo, ella es y siempre será la mejor persona que conozco...

Regresa Blake...

Gabriela

Sus palabras habían lastimado mi coraje, aun así, no me detuve, sabía justo lo que tenía que hacer, pero lo haría sola, no llevaría ningún remordimiento conmigo. Lo único que necesitaba eran las ganas de enfrentarme a esa horrible persona.

–Se quedarán aquí. Zoé sígueme por favor. –comenzamos a alejarnos de los otros y fue cuando ella habló

–¿Qué quieres decirme?

–Zoé, desde que te conozco, has hecho tanto por mí y mi familia, tanto que hasta el día de hoy no sabría cómo agradecerte.

–Sólo regresa, quédate y sigue cuidando de todos... No te detengas por esto, la vida es más que sólo un momento y tú eres más que sólo una sombra o un recuerdo...

Me detuve un momento y la miré de frente, ella me imitó–Zoé, lamentó que tú tuvieras que crecer antes, que tuvieras que cambiar muñecas por mascarillas, tardes de películas por, incluso, días enteros en el hospital, que hayas tenido que cuidar de mis primos y de mi cuando estabas ocupada; no imaginas lo mucho que lo agradezco. –ella sólo comenzó a caminar nuevamente

–Gabriela, no tienes que agradecer, sabes que no tenía muchos amigos, además cuando yo lo necesité tú me apoyaste y si podías me protegías también. Y cuándo todo se convirtió en un martirio, ya no era sólo un problema o una persona, éramos nosotras juntas contra el mundo. Cuando pasó lo de Jake tú sabías que algo había cambiado, pero eras tan pequeña para entenderlo. Y esa capa, esa maldita capa, sabes que la odio, me perdí del orgullo de verte crecer y los cambios de tu rostro, ahora sólo veo la vitalidad y felicidad que has perdido desde entonces. Todo nos separó, pero aun así nos reunimos nuevamente y con el disparo en el supermercado, entré en cuenta de quién eras en ese momento de debilidad, y fue mi culpa sin embargo no era mi intención lastimarte, espero lo sepas y lamentó no haberte reconocido antes...

–Bueno, aparentemente volvemos a ser nosotros contra el mundo, pero ahora más grandes y menos frágiles –al mirarla una lágrima resbaló en su mejilla, una de muchas que imagino habían empezado a caer en cuando habló–. Zoé escucha, no llores, sabes que no me gusta ese tipo de fragilidad viniendo de la persona que me dio fortaleza durante tantos años...

–Gaby, sólo quiero que estés bien, que mi madrina esté orgullosa de ti y que nos ayudes a crear el futuro, justo como ella lo hubiera querido...

–¿Ayudes? ¿A quién? ¿A ti y a Daryl –ella sonrió un poco–? No crean que no los vi, sus ojos se comían en ese pequeño espacio. ¿Hay algo que yo deba saber?

–En mi defensa y para tu respuesta, eres muy pequeña para entender algunas cosas –la miré molesta ante su respuesta–. Bien, él sólo se convirtió en alguien tan especial... Y creo que me enamoré de él, desde el primer día hasta la fecha.

–Vaya, debes quererlo mucho para sonreír tanto, y si Daryl es como un padre sobre protector para mí... ¿Tú serías mi madre? Que tráumate.

–Niña estúpida. –dijo juguetona

–Él también me dice así –ambas teníamos una sonrisa, hasta que logramos ver la salida–. Bien –susurré–, debo irme, gracias y adiós.

Miró por los agujeros de la gran placa de metal y veo cuerpos aproximándose por lo que me alejo y retroceso junto con Zoé, la placa comienza a ser removida y un cuerpo comienza a bajar.

–Apunta y dispara, rápido y certero –la chica sólo asiente y vemos un par de botas conocidas bajar–. ¿Michonne? –pregunte lo suficientemente alto para que sólo ella escuchara

Ella bajo rápidamente y en cuanto nos vio intentó abrazarme, pero la evadí de manera tosca para salir corriendo antes de que Rick entrara–¡Gabriela! –dijo la morena

La cara de Rick cuando me vio era muy extraña, debía estar enojado y confundido de que saliera de ese lugar–¿Gabriela?

–Carl. –fue lo único que dije y con un par de palmadas en su hombro salí hacia el lugar en el que estaba la persona más odiada de mi existencia.

Omnisciente
–Yo te explico. –dijo Zoé al ver la cara de la morena al escuchar el nombre del chico

En cuanto la entrada estuvo sellada, los tres alexandrinos comenzaron a correr en dirección a el pequeño campamento bajo tierra, buscando al herido. En tanto, Gabriela lamentaba no poder quedarse con el chico de ojos celestes, ese chico que conoció hace tiempo...

Gabriela
Corrí ágil por las casas en llamas, pasando desapercibida para los salvadores y casi muriendo en varias ocasiones por culpa de las explosiones. Aún había bombas explotando en todos lados, pero era obvio que había un lugar intacto entre las llamas, la casa de los Grimes seguía completamente perfecta.

Corrí rápido y al estar frente a la puerta y toqué un par de veces, quizá el hombre dentro de la casa sabría mejor quién era la persona que estaba por entrar. Me dispongo a abrir la puerta lentamente y a cerrarla de la misma manera.

Camino por el gélido pasillo hasta la sala con mi seguridad comenzando a terminarse a cada paso y los pocos sentimientos en mis manos. Al llegar lo veo, por fin solos y frente a frente, sin Dwight y sin guardias.

–Vaya, mi fiel aprendiz... –dice las palabras en tono de enojo y burla, bajo el gorro de mi capa

Una leve risa se escapa de sus labios y camina un poco hacia mí, su semblante cambia a uno curioso sin perder la sonrisa típica en sus labios–Si estás sola es porque quizás ayudes a la persona que te salvó la vida, vienes a decirme dónde están esos idiotas. Acaso, ¿Sabes a dónde fueron Rick y sus amigos?

Sin SecretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora