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Josh.

2° hacía en este pueblucho desconocido. Sin vecinos, sin tráfico, solo un poco de sol, niebla, animales, campo campo y más campo. Era algo que nunca antes había vivido. Me levanté temprano para poder ensayar con Tyler, y al terminar, teníamos los dos tantas ganas de apuñalarnos el uno al otro que termine aquí. Si, estaba en el techo, con más o menos tres camperas encima y una calza térmica debajo del jean. Así y todo, podía sentir el frío. Era raro, de todas formas, sentir tanto frío en esta zona. Podría ser yo, tal vez.
Tyler estaba abajo mirando tele mientras intentaba corregir sus canciones. "Me gustaría disimular que estoy totalmente enfermo de la cabeza" se decía hablándose a si mismo mientras intentaba reescribir todo justo debajo de lo tachado. Era una bola de estrés. En cambio, yo, que había practicado batería tanto tiempo, no necesitaba más que encontrarle un ritmo a Tyler y pasarlo a mi batería. Costaba, pero no era tan difícil como la tarea de Tyler. ¿Por qué no hacemos covers? Le decía. "Porque los covers son para hipócritas incapaces de tener talento propia" me respondía y me encogía de hombros. Con lo fan de los covers que era yo. 
La neblina no me dejaba ver más allá de la línea de árboles que tenia enfrente. Estaba seguro que allí había un pequeño pueblo, a lo lejos, que nos había mostrado Theo. Todo era dudoso ahora mismo. Tal vez por allá estaba mi casa, o estoy totalmente equivocado y estaba del otro lado. Antes de que se hiciera totalmente de noche, busque la escalera de metal con la que me subí tan alto en esa casa ajena y bajé a buscar a Tyler en nuestro pequeño ambiente con una sola cama. No podíamos quejarnos, de todas formas.
Entré. Todo era silencio. Por algún motivo tenía miedo de prender la luz y tuve que pensarlo dos veces. ¿Por que temia hacerlo, todavía? La prendí. Tyler estaba dormido sobre una montaña de hojas que ya no eran blancas, sino grises. Sus manos, una sobre la mesa y otra colgando, estaban prácticamente negras hasta las muñecas. Me estremecí al pensar que debería despertarlo para avisarle que esta noche teníamos show por contrato. Se veía tan tranquilo, en paz, que hasta se me pasó la idea de que por que no despertarlo justo unos minutos antes de irnos. Corría el  riesgo de muerte si lo hacía.

"Tyler?" Dije susurrando. Le toque el hombro con delicadeza rogando que no me haga daño al despertarse con esos ataques de que alguien quiere matarlo. Tal vez Penny.
Levanto la cara despacio y miro a la nada y a todo al mismo tiempo. Recorrió la habitación y luego a mi. "¿Que hora es?" Me preguntó. Le contesté con la hora exacta: 8:33 pm. De haber sabido el salto que iba a dar, ni le habría dicho. Se levantó de un salto de la silla y se restregó los ojos con los puños, lo que le dejó un rastro de tinta alrededor de los ojos. Tyler el panda. Sonreí mientras el correteaba por todos lados buscando sus botas y algún abrigo que ponerse para ir de camino al bar. "Tranquilo, tenemos que estar ahí a las 9." lo calmé -o eso intenté-. "Podemos ser una banda clásica y llegar tarde." Me miró y rodo los ojos. Me encogí de hombros otra vez. ¿Que pasa conmigo? Nunca habría dejado que alguien haga eso hacia mis chistes o intentos de coqueteo. Probablemente insistiria con uno más hasta que logre hacerlo reír de verdad.
Al cabo de 10 minutos, Tyler estaba abriendo la puerta para salir, sin siquiera esperarme y pasando totalmente por alto que todo el tiempo que estuve ahí sentado fue para que vayamos juntos.

UNA ROSA CONDENA [Joshler] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora