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"Es su último día," dijo Mike rodeado de humo. "¿han disfrutado la quincena?"

Di vuelta mis baquetas y me encogí de hombros. Hace semana y media no decía más de 10 palabras por día. "Ha estado bien" 

Tyler lo miró y sonrió, asintiendo con la cabeza. La comisura de sus labios se curvaron en una mueca que pareció un intento de sonrisa. Me miró, señaló el escenario con la cabeza y camino a mi lado. Asentí y lo seguí. 10:24pm y estabamos cumpliendo la última noche de contrato antes de poder irnos, pero con el doble de público de lo normal. Al parecer, la banda estaba teniendo exito porque todos nos miraban con atención y tarareaban a la par de Tyler.

 No sabíamos exactamente como ibamos a hacer los 100 kilometros hasta la estación, pero creo que Tyler ha hablado con su prima, la abogada que nos metió en esto, e iba a llevarnos por lo menos hasta la estación más cercana. No hemos hablado al respecto, pero lo he escuchado hablar consigo mismo de forma tranquilizadora. Y no solo para tranquilizarse, sino para callar voces. No he dejado que le pase nada, por más enojado que esté con él. Me he quedado despierto a su lado esperando que su respiración se calme, o deje de llorar para volverme a dormir. Siempre dandole la espalda, pero al mismo tiempo siempre haciendole compañía. 

Afuera del bar había una cola de gente esperando para entrar, pero Mike habia dicho que no dejen entrar mas a nadie porque el lugar estaba saturado. Para su desgracia, después de tres canciones exitosas en las que la gente cantaba y se divertía, dos patrulleros se estacionaron fuera del lugar haciendo un ruido incapaz de silenciar. Casi media cancion con el ruido de las sirenas y Tyler dejó de cantar al ruido de otro patrullero estacionando. Mucha gente se levantó de golpe y empezó a salir por la puerta del costado, pero la mayoría de ellos no llegaron a salir porque estaba rodeando el lugar. Tres policias con las armas en alto entraron al lugar y todo el mundo empezó a correr de un lado a otro, escondiendose tras la barra o abajo de las mensas. Nos miramos sin entender que estaba pasando, pero sin pensarlo dos veces me lancé a la idea más loca que había tenido en el mes. 

"Creo que ya terminamos aquí" dije. Lo tomé por el brazo y sin mirar siquiera a Mike, lo empujé para la puerta del baño de hombres. 

"¿Qué vamos a hacer acá? Obviamente van a entrar y..." 

Lo callé con la mano. Me miró con los ojos como platos y a la señal de mi cabeza, miró hacia atrás. Una pequeña ventana justo detrás de los inodoros. Saqué mi mano de su boca. 

"No querrás que pasemos por ahí..." empezó. Dudó varios segundos. "¿Por qué estamos escapando, de todas formas?" se rió nervioso como si lo que estaba a punto de hacer fuera una idea estúpida que para su suerte estaba a punto de evitar. 

"Uno, muñeca, probablemente Mike." me miró arqueando una ceja durante varios segundos hasta que cayó en la cuenta de como Mike lograba darnos tanto dinero en un bar en medio de la ruta. "Y segundo, no quiero ir a la carcel otra vez." me reí.

"¿A qué te refieres con..." lo tomé por el brazo, lo metí en uno de los baños y bajé la tapa del inodoro. Lo empujé un poco y ni siquiera tuve que decirle qué hacer. Se subió al inodoro y me miró desde arriba, de frente.

"Te vas a quedar en esa posición mucho tiempo más?" me reí. Su cintura estaba a la altura de mi cabeza y daba una imagen rara si alguien la veía desde afuera. Tyler se dio cuenta, me miró mal y se dio la vuelta.

La ventana que teniamos que trepar no estaba muy lejos del piso por lo cual el unico inconveniente que tuve yo al pasar, fue mi trasero. 

"Problemas con el relieve?" se rió Tyler. 

"Ya quisieras tener uno así" le solté. 

Segundos después, estabamos corriendo por la ruta agarrados del brazo entre una multitud de gente. 

UNA ROSA CONDENA [Joshler] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora