Rota

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Lyss

Rota. Devastada...no existia una palabra en ninguna lengua para expresar como me sentia en ese momento.
Mi cabeza se negaba a creer que lo que me habia dicho Jon era verdad, asi que no se me ocurrio otra cosa que ir ha hablar con Lord Stark.
Para mi gran suerte le encontre solo en su despacho.
- Mi señor- dije mientras tocaba suavemente su puerta abierta.
- Lyss- dijo mientras levantaba la cabeza de la gran y ruda mesa- pasa, ¿que sucede?
Cerre la puerta tras de mi. Debia utilizar todo mi autocontrol para no romper en llanto, asi que respire profundamente mientras tomaba el asiento que Lord Stark me ofrecio.
- Mi señor, lamento molestarle pero queria saber...- volvi a respirar- porque va a enviar a Jon al muro.
Ya esta. Lo dije, y con solo pronunciar esas simples palabras el mundo se me vino encima.
Ned debio de notarlo porque su rostro mostro comprension y vi tristeza en sus ojos.
- Lyss querida, espero que entiendas que esa decision tambien a sido muy dura para mi. Pero como sabras Jon no puede acompañarme a Desembarco del Rey...
- lo se señor- lo interrumpi- pero pense...pense que se quedaria aqui, en Invernalia con Robb, con...
Conmigo...me resultaba cada vez mas duro. Si Jon partia al muro no habria un conmigo, nunca mas abria un nosotros.
Lord Stark se levanto de su asiento y se situó frente a mi levantando mi cabeza delicadamente.
- Lyss, aveces hay que tomar decisiones duras, por mucho que duela. No pienses que a Jon le resulta fácil, pero sabe que debe hacerlo.
En ese momento entro Lady Stark.
- Lo siento Ned, no sabia que estabas ocupado- me miro- Lyssa ¿estas bien querida?
La mire, y dentro de mi supe que la partida de Jon era culpa suya. Intento tocarme el hombro pero me levante bruscamente conteniendo mis lágrimas que comenzaban a querer huir de mis ojos.
- Si, muy bien. Gracias por su tiempo mi señor- dije inclinandome,- mi señora, con su permiso.
Y me marche de allí sin mas. Una vez que cruce la primera esquina, tome una gran bocanada de aire que ardía como si de fuego se tratase y comencé a correr. Correr sin rumbo, alejándome de los muros del castillo, sin saber a donde iba.

Jon

No estaba en su casa, ni en la torre, ni en las cuadras, ya era de noche y no la había conseguido encontrar.
Tenia que verla, no podía soportar el echo de no estar con ella el poco tiempo que me quedaba.
De todos los que preguntaba nadie la había visto.
Se me ocurrió de pronto el único lugar en el que nadie pensaría buscarla. El bosque de los Dioses.
Allí estaba, ante el gran árbol blanco, abrazada a sus rodillas, llorando.
Me acerque a ella con cuidado para no asustarla.
- Le he pedido mil veces a los dioses que me despierten de esta pesadilla.- dijo sin levantar la mirada del suelo.
- Lyssy- dije acercándome a ella, agachandome a su lado.- te vas a quedar helada.
La puse mi capa por encima.
- Que importa...ya nada importa.
- No digas eso Lyssy.
- Es cierto, mi padre se va, Arya se va, y tu...también te vas.
Coloque mis manos en sus heladas mejillas y me coloque de forma que nuestros ojos se unieran.
- Escucharme Lyssy. Te amo, no dudes jamas eso, no lo olvides.
Varias lagrimas escaparon de sus ojos. Estaban mas oscuros que de costumbre, como el cielo que anuncia tormenta, sin brillo alguno.
- de que sirve que me ames Jon. No volveremos a estar juntos jamas.
- no digas eso Lyss, nuestros caminos volverán a cruzarse, lo se.
-¿por que estas tan seguro?
- por que el amor es mas fuerte que el acero, y el nuestro es así, mas fuerte que el mejor acero valirio.
Una pequeña sonrisa se asomo a sus labios pero enseguida desapareció.
Me levante y la ayude a incorporarse. La tome de las manos y la junte mas a mi.
- Lyssa Cassel- la dije solemnemente- aquí bajo el árbol sagrado te prometo que jamas cambiará lo que siento por ti, y te prometo que siempre te protegeré...
- desde el muro...- me interrumpió.
- desde cualquier parte Lyssy.
Se hizo el silencio.
-Huyamos- dijo con un atisbo de esperanza en la mirada- Huyamos lejos Jon.
La mire con tristeza.
- no puedo y lo sabes.
-¿por que no? ¿Por honor?
- No es eso...
- si, si lo es, prefieres el estúpido honor a estar conmigo.
Intento alejarse pero no se lo permití.
- Sabes que eso no es verdad Lyss.
Volvió a mirar al suelo.
- es por ella ¿verdad? No quiere que te quedes aquí...
No la conteste, sabia a que se refería y ella sabia cual era la respuesta.
Me miro a los ojos mientras se acercaba a mi mas hasta que nuestras respiraciones se unieron.
- ¿me lo prometes?- dijo casi rozando mis labios-¿me prometes que volverás a mi?
- Te lo prometo. Volveremos a estar juntos, y...
-¿y?
La agarre de la cintura quitando el poco espacio que había entre nosotros.
- y te juro ante el gran árbol blanco que bajo el te tomare como mi esposa, cuando vuelva a Invernalia.
-Jon...no prometas lo imposible...
- lo juro por mi honor.
- Jon...
Pero no la deje continuar porque la bese, la bese como si mi vida fuera en ello. La necesitaba y no podría hacerse jamas la idea de cuanto.
Sabia que un hermano juramentado no podía tener ni esposa ni hijos, pero me daba igual encontraría la manera de volver con ella.
Ahora lo único que importaba era ese beso que mostraba lo que nos necesitábamos, lo que nos amábamos.
Ese beso que nos hacia ser uno solo.

Se acerca el inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora