Honor o amor

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Subí las escaleras de la torre y me metí por el agujero, hacia una noche fría, la nieve caia. Al girarme la vi. Ahí estaba ella, mirando la luna, con su pelo ondeando al viento.
- Lyssy- susurré mientras me acercaba a ella.
Lyss se giro y me dedico esa enorme sonrisa suya.
-Jon, por fin has llegado.
La contemple muy cerca, seguía igual de hermosa como la recordaba. Su pelo suelto, sus ojos grises...
- ¿por que me miras tanto Jon?
No dije nada me lance a sus labios como un desesperado.
Ella entrelazo sus brazos en mi cuello, mientras yo la cogía por la cintura y la elevaba.
La necesitaba.
"Pom, pom, pom"
-Jon- dijo Lyss separándose de mis labios- debes abrir.
La mire confundido.
"Pom, pom, pom"
Abrir los ojos. No podía ser. Estaba en mi celda, en el Castillo Negro.
- Nieve, como me hagas llamar otra vez te tiro la puerta abajo.
Creo que es la voz de Edd .
- Ya voy- dije con voz ronca.
No se veía nada así que eso solo significaba cambio de guardia.
Me quede pensando un momento en mi sueño, parecía tan real...la tenia tan cerca...No debía continuar por ese camino, debía olvidarla.
Había pasado mucho tiempo ya desde que nos separamos, tal vez se hubiera marchado de Invernalia. No, no lo creo, Lyssy es norteña, jamas abandonaría su hogar.
Tal vez había tomado un esposo...No. Deseche esa idea de mi mente, no podía ser, no quería ni pensarlo, aunque siendo honesto, ¿que espero? ¿Que me espere? No podía pedirla eso.
Me prepare y salí. Me dirigi a mi puesto en lo alto del muro.
- se te ve cansado Nieve- dijo la voz de Pyp a mi lado.
- No duermo bien- me limite a decir.
La guardia termino y con ella empezaban mis labores de mayordomo al Lord Comandante.
Tal vez Sam hubiera razón después de todo, pero poco me importaba, mi tío Benjen seguía sin aparecer y yo no estaba haciendo nada para encontrarlo.
La puerta de mi celda sonó. Fui a abrirla y me encontré a Sam.
-Sam, tienes mala cara ¿que pasa?
El me miro dudoso y nervioso, algo ocurría.
- No debería contarte esto Jon- me dijo cerrando la puerta- como ayudante del maestre leo el correo que llega al castillo y he leído algo...algo que es importante.
Se callo durante un rato, dudaba si contármelo o no, podía ver el debate que estaba teniendo en su cara.
- me lo vas a decir si o no Sam.
- es sobre Robb Stark- dijo al fin, tan bajo que apenas se le escuchaba pero el nombre me llego claro.
-¿que pasa con mi hermano?
- No es solo el, también es Eddar Stark.
- Sam dime de una vez que ocurre.
- esta bien- tomo aire- tu padre a sido apresado y acusado de traición a la corona, y tu hermano se dirige al sur con los abanderados de tu padre para liberarlo. Dice que va a entrar en guerra contra los Lannister.
Me quede en silencio, no sabia que decir.
Mi padre apresado. Robb comandando un ejercito. No era posible.
-¿y de mis hermanas?-le pregunte-¿ decía algo de ellas la carta?
Sam negó con la cabeza.
- debo irme Jon- se acerco a mi- lo siento mucho. No digas nada pero pensé que deberías saberlo.
- gracias Sam.

La mañana transcurrió muy lenta, no dejaba de darle vueltas a lo que me había contado Sam, había echo mis votos, pero no podía abandonar a mi hermano.
- Jon- me paro Sam- el maestre Aemon me a pedido que te buscara, quiere verte.
- voy, gracias Sam.
Me dedico una pequeña sonrisa y se fue, indicándome antes donde estaba.
Me dirigía a la zona donde estaban los cuervos y lo encontré cortando carne para alimentarlos.
- Sam me a dicho que querías verme- le dije cuando estuve cerca.
- Ah si es, ¿podrias ayudarme?
Cogí el cubo con la carne cruda con la que se alimentaban a los cuervos, mientras en maestre Aemon me hablaba.
- dime Jon, alguna vez te has preguntado porque la guardia de la noche no puede engendrar hijos.
- No- le dije cogiendo un pedazo de carne y dándosela a un cuervo.
- Para que no amen- prosiguio- el amor es la muerte del deber. Si llegara el día en el que tu señor padre debiera elegir entre el honor por un lado, y aquellos a quien ama, por otro. ¿Que es lo que haría?
- Aquello que crellera correcto, sin importar que- conteste sin dudar.
- Entonces Lord Stark es un hombre entre diez mil. La mayoría de nosotros no somos tan fuertes ¿que es el honor en comparación con el amor de una mujer? ¿Que es el deber contra el sentimiento de un hijo recién nacido en tus brazos? ¿O la sonrisa de un hermano?
Pare y me gire levemente sabia porque venia todo esto.
- Sam te lo contó.
- Todos somos humanos- me dijo acercandose- Todos cumplimos nuestro deber cuando no tiene costo. El honor es fácil así. Sin embargo tarde o temprano, en la vida de todos los hombres llega un dia en el cual no es fácil, un día en el que se debe elegir.
Me gire para quedarme cara a cara con el.
- ¿y ese es mi día? ¿Es lo que quieres decir?
La rabia me invadía por dentro.
-  Duele niño, Oh si, lo se.
- ¡Tu no lo sabes!- le grite- nadie lo sabe.
Me di la vuelta y me dispuse a marcharme. Deje de un golpe la comida de los cuervos.
- Puede que sea un bastardo- dije con toda la rabia que había en mi- pero el es mi padre y Robb es mi hermano.
El maestre Aemon se giro sonriendo hacia donde me había movido.
- Los dioses fueron crueles el día que pusieron a prueba mi juramento. Esperaron a que fuera viejo- dijo mientras se acercaba a mi de nuevo-¿que podía hacer cuando los cuervos trajeron la noticia del sur? La ruina de mi casa, la muerte de mi familia. Estaba indefenso, ciego, frágil...- hizo una pauss,su rostro se ensombrecio- pero cuando escuche que habían matado al hijo de mi hermano y a su pobre hijo ¡incluso a los niños! Y a los niños pequeños.
Un breve recuerdo apareció en mi mente. Lyssy me había contado esa historia, o almenos una muy parecida, ella adoraba las historias de batallas y pasábamos largar tardes cuando eramos pequeños, donde ella me hacia una pequeña representación de la historia que su padre le había contado.
En mi mente apareció una pregunta que hice.
-¿quien eres tu?
Se quedo callado durante un momento, como dudando.
- Mi padre era Maekar- dijo -el primero de su nombre, mi hermano Aegon reino después de el, cuando yo había rechazado el trono. Y fue sucedido por su hijo Aerys, a quien llamaron el rey loco.
Si que conocía esa historia, era la llamada la rebelión del Rey Robert, así que eso quería decir...
- Tu eres Aemon Targaryen.
- Soy un maestre de la ciudadela, al servicio del castillo negro y de la Guardia de la noche- se hacerco lo poco que nos separabamos- no te diré que te quedes o te vayas esa decisión debes tomarla por ti mismo,y vivir con ella el resto de tus días...- apollo sus manos en mis hombros para después alejarse- como yo lo he hecho.

***

Cuando fue de noche me dirigí a mi celda donde estaba Fantasma.
En mi cabeza no dejaban de aparecer imágenes de mi hermano llenado a la batalla, de mi padre en una celda, ¿y Jory? ¿Que habría sido de el? Si mi padre estaba preso...eso solo podría significar una cosa, que Jory Cassel estaba muerto, el nunca permitiría que apresaran a mi padre, aparte de ser su jefe de guardia eran grandes amigos.
Me tire en la cama con la imagen de Lyss, sufriendo por la perdida de su padre, y yo no estaba ahí con ella apoyándola, consolandola.
- Maldita sea.
Me ceñí la espada al cinturón.
- Vamos Fantasma.
Fantasma me miro y me siguió.
Fui al establo y cogí un caballo, lo lleve hasta la entrada vacía y abrí la puerta, para después volver a montar el caballo.
- Jon ¿donde vas?.
Era Sam.
- Quita del medio Sam.
Se había puesto frente a mi impidiéndome el paso.
- No, no voy a permitir que te vayas, te acusaran de desertor y sabes lo que eso significa.
Nunca le había visto con tanto valor como ahora, pero me daba igual.
- Sam si no te quitas pasare por encima tuya.
- No, si te vas tendré que avisar.

El no se movió, así que dude un segundo pero espolee al caballo dirigiéndole de modo que pase rozando a Sam, pero sin golpearle.
Comencé a cabalgar con fantasma siguiéndole de cerca entre los arboles.
Sam tenía razón, si me atrapaban me acusarían de traición y me decapitarían, pero debia ir junto a Robb, junto a Lyssy.
Si Sam no abría la boca tenia hasta el amanecer para que notaran mi ausencia, eso me daba bastante margen para acercarme lo mas posible a los gemelos, si mi hermano va al sur a luchar es el único paso.
Aminore la marcha un poco, tampoco quería agotar al caballo. Aun me quedaba bastante camino.
Desmonte un momento, estaba lo bastante alejado del muro. Debía pensar bien la ruta que iba a tomar, por que aldeas pasar. Fantasma vino a mi lado y me miro acusadoramente.
- No me mires así ¿que quieres que haga? ¿Que me quede quieto sin hacer nada?- le dije sentándome en un tocon- no puedo hacer eso, es mi hermano.

Después de unos segundos decidí que seria mejor continuar así que me subí al caballo. Cuando comenzaba a caminar escuche el ruido de varios cascos por el camino que había dejado atras.
Mierda. Tal vez Sam si que lo había dicho.
Pare de nuevo el caballo y lebhice un gesto a Fantasma para que estuviera callado. Seguro que entre tanto árbol pasan de largo.
Cuando los sonidos se hicieron mas cercanos pud darme cuenta que eran tres o cuatro caballos diferentes.
Iban a pasar de largo, pero entonces Fantasma aulló.
- traidor- le dije.
- He oído un auyido- escuche la voz de Edd.
- seguro que es Fantasma- ese era Sam.
No sabia con quien mas vendrían, solo tenia dos opciones o me dejaba atrapar y a saber que pasaba o intentaba huir y seguir mi camino.

Se acerca el inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora