IX - Frank

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#CuandoAlgunasCosasExplotaronParte2

¿Puedes ver cómo lentamente cosas mágicas suceden a tu alrededor? ¿Cómo todo va cambiando?

Nos sentamos en esa biblioteca en completo silencio por aproximadamente 10 minutos antes de que a alguien se le ocurriera hacer un movimiento. Supongo que todos trataban de entender y digerir lo que acaba de suceder: Un profesor nos dejó encerrados a 9 alumnos, que poco tenían en común, en la escuela totalmente solos. Era lo más loco que alguna vez me haya pasado.

Percy Jackson, quien no había de dejado de mover su pierna izquierda de arriba a abajo tanto como Valdez sus dedos sobre la mesa, se paró de repente provocando que todos lo miraran. Él pareció no notarlo y se dirigió hacia la puerta por la que el señor Brunner se había ido minutos antes. Nuestros ojos siguiendo cada paso.

- ¿Qué estás haciendo, Jackson? - Annabeth parecía querer cortarle las piernas para que ya no avanzara.

- Estoy caminando, Chase. - Le contestó con descaro.

- ¿Y se puede saber hacia dónde te diriges? - Ella dijo mientras rodaba sus ojos.

- A la cocina. Brunner dijo que había comida y no sé ustedes, pero yo no desperdiciaré comida gratis cuando la hay.

- ¡Oh, si! - Leo dio un saltó en su lugar, casi tirando la silla al suelo - Me gusta cómo piensas, Jackson. Voy contigo.

- ¡Por supuesto que no! - Annabeth golpeó la mesa con las palmas de sus manos. - Esa comida debe durar hasta mañana. Y para todos.

Percy estaba a punto de replicar pero Jason lo detuvo, haciendo de intermediario con diplomacia.

- No son ni las nueve treinta chicos. Esperaremos un rato y luego todos iremos al comedor.

- Perdona, - Comenzó Percy con clara irritación en su voz. - ¿Quién murió y te nombró el líder del grupo?

El rubio negó con la cabeza, tratando de estar tranquilo:
- Yo solo intento mantener la paz y el orden.

- ¡Oh! - Exclamó él de pelo negro con falsa sorpresa. - Claro que si.

- ¿Qué estas tratando de decir?

- ¿Sabes qué creo? Que eres un maldito controlador, Grace. Quieres manejarlo todo y cuando alguien no te deja usas la escusa de mantener el orden. Quieres que todo luzca tan perfecto como tu y manipulas a todos y todo con tu estúpida perfecta sonrisa. Pero ¡noticia de última hora! - Percy se acercó a Jason, puso sus manos en la mesa y se inclinó hacia él para que sus rostros quedaran a la misma altura. - No me importa tu perfecto mundo. No voy a dejar que me manejes a tu antojo. Entiendo que tu vida es genial y nada malo te pase, pero la mía no, así que no te atrevas a decirme que hacer.

Ninguno de los dos le quitó la mirada al otro. Era una batalla de miradas entre dos personas tan distintas que casi podías ver chispas salir de sus ojos. Y ni Jason ni Percy querían perder.

Personalmente tenía conocimiento sobre las supuestas y frecuentes peleas de Percy Jackson. Al parecer lo único que hacía ese chico era meterse en problemas y terminar con una paliza como premio, al contrario de Jason Grace, el chico de oro que chicos como yo sueñan con ser.

- No sabes nada de mi vida, Jackson. Así que tal vez es mejor que esta vez no hables de más. - Jason se levantó de su silla, ahora ambos estaban de pie con la mesa-escritorio separandolos.

- ¡Que no me digas que hacer! - Percy repitió. Luego dio unos pasos para atrás sin dejar de mirar al rubio.  - ¿Y que no se nada de tu vida? A ver, ¿qué tan difícil puede ser? "Soy Jason Grace, soy el capitán del equipo de futbol de la escuela, el vicepresidente del consejo y por eso creo que puedo controlarlos a todos. Espera, no olvides que soy guapísimo y todas las chicas babean por mi, incluso a la perra de McLean con quien me acosté la semana pasada. ¿A que no soy perfecto?" - Percy había hecho una imitación (burla) de Jason, parándose todo recto y hablando con voz más grave.

Hacerte CambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora