XVI - Thalia

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#CuandoEsperamosDemasiado

Expectativas: Nos construían y nos derrumbaban, solo así.


Dos horas antes del partido.


No podía creer que iba tener que desperdiciar mi sábado en un estúpido partido al cual no quería ir y estar con gente que prefería evitar. Tal vez a la vida le gustaba molestarme.

Mi hermano estaría allí, marcando puntos y siendo el orgullo de toda la escuela mientras yo recibiría todas las extrañas miradas que solo lograban irritarme. Por supuesto no olvidemos la cena que tendría lugar después con Brunner y el resto de los otros niñatos.

Ahí estaba yo, tirada en el piso de mi habitación mirando el techo y quejándome de toda la situación en mi cabeza. Uno de los auriculares se había resbalado de mi oido y estaba enredado en mi pelo pero no le di importancia, no estaba prestando atención a la música de todas formas. Afuera el cielo estaba gris, podía ver por la ventana algunas ramas balancearse de un lado al otro por el viento, los rayos del sol no parecía que iban a ser una molestia ese día.

Escuché pasos acercándose, no era difícil adivinar de quién podían ser. Papá no había llegado la noche anterior y así se cumplieron tres días desde la última vez que lo vi. Eso estaba bien por mí, lo único que hacía el viejo era criticar mi ropa y mi actitud y básicamente todo lo que me rodeaba como si el fuera un tipo de dios perfecto. En cuanto a mamá, era seguro que aún estaba en la cama inconsciente debido a su último ataque de locura. Apuesto que la botella de whisky está a dos centímetros de sus dedos y que el olor a alcohol inunda la habitación. Asi que, siendo así, la única opción que quedaba era Jason.

No me equivoqué.

Él tocó la puerta pidiendo permiso, esperando a mi respuesta la cual fue un quejido bien sonoro. Abrió y se quedó allí en el umbral, si entrar completamente. Sus ojos dieron un viaje por todo el cuarto, observándolo cuidadosa y atentamente, deteniéndose en la pila de ropa al lado del armario, como si esperaba encontrar un cadáver o algo así escondido debajo. Yo solo lo miraba con una expresión aburrida desde el suelo.

- Emm.... Thalia, ya debemos irnos. - Dijo ahora mirandome.

- ¿Qué? ¿Por qué tan temprano? - Diganme ¿Qué mierda iba a hacer hasta que empezara el jodido partido?

- Tengo una practica antes. - Explicó.

Cerre mis ojos fuertemente y lanzé un gruñido que haría orgulloso a cualquier lobo.

- Mierda. Ni siquiera quiero ir a esta cosa y ahora tengo que estar antes. Aag estoy tan cansada. - Suspiré irritada una vez más y decidí levantarme.

- ¿Cansada de qué? - Preguntó Jason incredulo.

- De todo, Jason, de todo. - Dije una vez en mis pies. Agarré la chaqueta de cuero que estaba sobre la cama y me la puse, colocando el teléfono y los auriculares en uno de los bolsillos. Tomé la caja de cigarrillos que de alguna forma habían terminado abajo de la ventana y la metí en el otro. Jason no dejaba de contemplar todos mis movimientos, como si fuera uno de sus libros que estudiar o una de sus jugadas que aprender. Estaba poniendo me nerviosa.

Me di vuelta y lo encaré, uní nuestros ojos, aquellos cuales color era lo único que nos identificaban como hermanos, con una mirada y le pregunté si tenía algo más que decirme. Él negó con la cabeza, bajando su vista a sus zapatos pero luego pareció cambiar de idea.

- Si no quieres ir ahora, puedes tomarte un taxi o algo así más tarde.- Ofreció. Yo solo rodé los ojos.

- No tengo dinero, Jason. Mamá me lo quitó todo. - Me paré en frente de él con los brazos cruzados en mi pecho.

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