VIII - Thalia

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#CuandoAlgunasCosasExplotaronParte1

Dime, dime que va a pasar ahora, dime lo que viene, dime hacia donde vamos, dímelo así puedo destruirlo antes.


Mi cabeza se movia al ritmo de una vieja canción de Green Day que estaba a todo volumen sonando por el estereo. Mi corto pelo se sacudía de un lado a otro  y mis pies descalzos se pegaban al piso de madera de mi habitación. La música a todo volumen acallaba el silencio de una casa vacía y la letra rebotaba en las paredes y de vuelta a mi como balas de cañon que solo me hacían querer gritar.

Un paquete de 20 cigarrillos yacía por la mitad en el suelo junto a la puerta y una bota negra. Ropa oscura por todas partes, la sucia en el piso y la mas o menos limpia arriba de la silla que era para el escritorio, el cual estaba cubierto de porquerías.

Era viernes por la noche, muchos podrían estar cenando y otros preparándose para irse de fiesta ahí. Yo, por el contrario, estaba encerrada en mi cuarto tarareando una buena canción esperando a que algo suceda. Lo presentía en mis venas, esta era la calma antes de la tormenta y solo era cuestión de tiempo para que algo explotara o para que varias cosas lo hicieran. Se acercaban cosas grandes. Cosas grandes que lo cambiarían todo.

El ruido de la puerta de entrada abriéndose hizo que detuviera abruptamente mi pequeño y extraño baile. Pausé la musica y me quedé estática, tratando de escuchar y poder adivinar así quién de los otros tres habitantes acababa de llegar.

Hubo gemidos, unos golpes y una voz que hablaba en murmullos tranquilizadores. Salí de la habitación en cuanto supe quien era, sabía que iba a encontrarme, también sabía que no iba a gustarme.

Jason trataba de hacer varias cosas a la vez, equilibrar su mochila en su espalda, no dejar caer sus llaves, cerrar la puerta y por supuesto, sostener a nuestra inconsciente madre.

Él sintió mi presencia - tal vez una cosa de mellizos, yo que se - y giró su cabeza para verme en la cima de la escalera.

- Un poco de ayuda no estaría mal ¿sabes?

Bajé con una expresión molesta en mi rostro y fui directo hacia la puerta para cerrarla. Luego vi como mi rubio hermano se dirigía a la sala de estar para depositar a mama en uno de los sillones.

Me acerqué a ella, pude oler el alcohol imanando de ella, como un perfume tóxico del que se había puesto demasiado. No podía identificar específicamente a la bebida, y eso era porque probablemente era una mezcla de muchas.

La miré fijamente, estudiando cada facción de lo que había sido un bello rostro, pero que en algún momento del camino se había perdido, como su cordura.

- ¿Donde está papa? - La pregunta de Jason me hizo girar rápidamente para quedar enfrente de él. ¿Lo decía en serio?

- Es viernes por la noche ¿Tu que crees, Jason? - Él solo se me quedó viendo. - Probablemente esté revolcándose con una universitaria en alguna casa de la que no tenemos ni idea. Ese tipo debe tener más acción de lo que tenemos tu y yo con 18 años.

- Dios, Thalia - Negó con la cabeza - No necesitaba eso. Podrías simplemente haber dicho que no estaba y listo.

- ¿De que serviría eso? ¿Para mantener tu cabeza pura? ¡Abre tus ojos, Jason! Estas tratando tan duro en mantener tu perfecta realidad que no vez lo que realmente está pasando. - Él solo terminaba con mi poca paciencia.

- No se de lo que estás hablando. - Se empezó a alejar hacia su habitación.

- ¡Mira a tu alrededor, hermano! Nuestro padre no está nunca. Nuestra madre es una alcohólica que ha perdido todo signo de razón. Dime, la encontraste en la entrada desmayada ¿verdad? - No dijo nada. - ¿Cómo estas tan ciego que no ves lo que sucede?

Hacerte CambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora