#CuandoNoNosGustabamos
Y cuando no te gusta quien eres, ¿Qué es lo que queda?
Toda mi vida me he sentido como si no encajara, ni si quiera en mi propio cuerpo. No se, es difícil de explicar si no habías pasado alguna vez lo mismo, pero a veces creía que era como si me hubieran dado el cuerpo y la vida de otra persona, y que quizás alguien más en alguna parte del mundo tenía lo que me correspondía y tuviera la misma incomodidad que yo. Pienso que el que alguien compartiera esa sensación me hacia sentir menos solo, pero aún así parte de la soledad persistía.
Cuando era pequeño solía llorar mucho sobre mi apariencia física. Los niños se burlaban de mi peso, me ponían apodos referido a ello y me excluían de cada juego. "Solo están siendo niños", muchos adultos dicen, pero la verdad es que los niños podían ser realmente crueles, y aunque parece muy temprano, todas esas viles palabras dejan una marca permanente en uno.
Mi madre cada vez que explicaba lo que me sucedía me decía lo mismo: "No les prestes atención, Frank. Sus opiniones no son relevantes, la única opinión que importa es la tuya, la que tienes sobre ti mismo. Tienes que querer a la persona que eres, aceptarte en cada sentido. Así podrás ser feliz sin importar lo que otros digan". Ella tenía razón, debía quererme, pero decirlo era una cosa y hacerlo una completamente más difícil. Era tan complicado, que incluso a mis 18 años no había podido alcanzar. Quién sabe cuanto más tardaría. Esperaba que no tanto.
Supongo que para algunas personas si es fácil, o al menos pretenden que tienen el arte de quererse dominado. Caminaban por allí con esa auto confianza que yo tanto envidiaba y no entendía cómo lo hacían, cómo les era tan natural. Yo solo andaba pegado a la pared arrastrando mis pies con la cabeza baja tratando de pasar desapercibido. Vivía incomodo en todos lados. Este momento no era la excepción:
- ¡Vamos, niñitas! ¿A eso llaman flexiones? ¡Es una vergüenza! - El entrenador Hedge llevaba gritando unos veinte minutos (desde que comenzó el entrenamiento), nunca se le secaba la garganta.
No llevábamos ni la mitad de la practica pero yo ya estaba totalmente sudado, la fresca brisa del otoño no estaba ayudando, tampoco las nubes que cubrían el sol, aunque estoy seguro de que sería peor si no estuvieran.
- ¡Ahí lo tienen! Todos miren a Grace ¡Él si le pone entusiasmo a todo! - No tenía algo en contra de Jason, pero yo pensaba que lo estaba haciendo igual que el resto, creo. Él sonrió de lado sin mostrar los dientes como cada vez que lo ponían de ejemplo, osea cada día.
- ¡Por supuesto! No quiere que su chica se aburra. - Aulló Dakota. El resto del usual grupo de Jason se rió, a él no le pareció gracioso por la expresión en su rostro.
Sus amigos parecían estar tomándolo de victima. A ninguno les había simpatizado que Piper se haya burlado de ellos, ahora lanzaban su venganza hacia Jason, quien no la había detenido en su momento. Probablemente lo veían como un tipo de traición. No entendía bien como funcionaban las amistades.
- ¡Bien, bailarinas! Dejen sus charlas para hora del té. - El entrenador sonó su silbato. - ¡Vayan a correr!
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En la cuarta vuelta el cansancio empezó a sentirse. La respiración se volvió más irregular y me costaba respirar por la nariz por lo que tomaba las grandes bocanadas de aire por la boca. Mi costado derecho me dolía y mis rodillas gritaban que me detuviera pero no podía, ellos nunca lo olvidarían.
No podía mostrarme débil frente a ellos, era como poner carne fresca en la cara de un león, un mínimo descuido, un pequeño error, y era devorado. Pero aún cuando lo intentaras con todas tus fuerzas, caías de igual forma. Tal vez hay una lección en cada caída, aún cuando no la veamos.

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Hacerte Cambiar
FanfictionAnnabeth se exige demasiado Jason quiere verse perfecto cuando todo se destruye Thalia es violenta Frank es inseguro Hazel está abandonada Leo se siente solo Nico no quiere admitir quien es Piper es una porrista con problemas alimenticios Percy está...