IV - Percy

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#CuandoFingimos

¿Siempre era más fácil fingir que nada pasaba? ¿No terminaba lastimándote más que nadie supiera la verdad?


Bueno, Piper McLean si que sabía como hacer una salida dramática.

Sus últimas palabras resonaron en el salón luego de que diera el golpe a la puerta y se marchara. Creo que nadie esperaba oír aquello y mucho menos Annabeth Chase que se había quedado estática por unos segundos.

Ya no tenía mucho sentido que nos quedáramos ahí al parecer porque Thalia Grace se levantó y dijo que si Piper podía irse entonces ella también y Brunner no la detuvo así que todos la seguimos.

Jason Grace caminó apurado hacia la salida, su hermana se le quedó mirando hasta que se perdió de vista. Vi a Annabeth devolviéndose por los pasillos de la escuela con la mirada perdida, pensando en muchas cosas a la vez supongo, porque eso es lo que siempre parece que hace.

El resto siguió su camino hacia donde sea que fueran, no me importaba en realidad, probablemente era un mejor lugar del que yo iba.

Había estado bastante agradecido de que Brunner me hiciera estar una hora más en la escuela, al menos por un tiempo evitaría la inminente situación a la cual no tenía escapatoria, pero mi suerte no podía durar demasiado y ahora tenía que enfrentarlo.

Sabía perfectamente lo que me esperaba, era jueves y eso significaba que mamá trabajaba hasta tarde, que Gabe y sus estúpidos amigos habían tenido el día libre y no trabajaban por lo que seguramente se habían pasado toda la mañana tomando sus asquerosas cervezas baratas, nada bueno pasaba los jueves.

Tomé una bocanada de aire profunda, me ajusté la mochila en los hombros y salí del lugar que me mantenía seguro por las mañanas y las siestas. El aire helado me golpeó el pecho, era octubre, faltaban un par de semanas para Halloween y el otoño ya empezaba a sentirse en la ciudad. Subí la cremallera de mi sudadera, luego coloqué los auriculares en mis oídos para elegir alguna canción al azar en mi teléfono. Era una forma de desprenderse del mundo pero al mismo tiempo te dejaba involucrarte de diferente manera. Podía observar a todos y ellos no me darían mucha importancia pensando que estaba en mi propia burbuja.

Hacía eso seguido: observar a las personas. Puede sonar un poco aterrador pero yo solo trataba de descifrar cómo eran sus vidas, pero era difícil, el ser humano es un amo de las mentiras, de fingir y aquel que se podía ver bien en realidad no lo estaba, era terriblemente infeliz, pero era bueno pretendiendo que no. Muchos merecemos premios de actuación.

La música resonaba en mi cabeza, pero no le estaba prestando atención a la letra, ni siquiera recordaba el nombre de a canción o quien la cantaba, pero había algo en la melodía que me sumergía, que me hipnotizaba, era como escuchar la banda sonora de tu estado de animo en la película que era mi vida. Y si, porque a veces la vida se sentía así, como una película que veías una y otra vez, podías presenciar todo, pero no se sentía como si en realidad la vivieras.





Desde la escuela hasta mi casa hay exactamente 27 minutos de distancia caminando a mi velocidad. Desearía que fuera más. Desearía no tener que entrar ahora. Desearía que él no estuviera allí.

Para esta hora, toda la calle está oscura, apenas se puede ver gracias a la luz de algunos faroles y a las pequeñas lamparas que pocos vecinos pusieron en la entrada de sus casas. La luna se ve grande hoy, la miro y quisiera poder hacerlo toda la noche. Pero no puedo.

Tengo hambre, no he comido desde el almuerzo y han pasado unas cuantas horas desde eso. No dejo de pensar en el baúl que hay debajo de mi cama, donde escondo algo de comida, no creo que Gabe me deje tener una cena en la cocina.

Hacerte CambiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora