Galen y Ahsoka corrieron con todas sus fuerzas por el largo pasillo de hielo en dirección a la salida de la cueva, la cual ya tenia menos de una cuarta parte de su tamaño original.
Ambos niños tuvieron que agacharse para poder pasar por la pequeña entrada, saliendo poco antes de que se cerrara por completo.
—Aquí estamos, maestro, cumplimos la misión, tenemos nuestros cristales —exclamó orgullosamente Galen, aún jadeando por el cansancio.
Entonces tanto él como Ahsoka sacaron de sus respectivos bolsillos los brillantes cristales Kyber, el cristal verde claro de Ahsoka y los dos de color negro de Galen.
Los demás aprendices se quedaron bastante sorprendidos por el peculiar color de los cristales que había traído Galen, y todos se acercaron para verlos de cerca.
—Vaya cristales más raros tienes ahí —dijo uno.
—¡Son muy brillantes! —exclamó otro.
Entonces el Maestro Yoda, que había permanecido callado hasta el momento, se acercó y examinó los cristales también, un poco sorprendido puesto que no veía un cristal negro desde hace siglos y mucho menos dos juntos.
—Peculiares los cristales que encontraste son, joven Galen. Una gran cantidad de energía saliendo de ellos noto, un signo de tu conexión con la Fuerza probablemente sea, y poderosos sables de luz de ellos nacerán —dijo el Maestro Yoda, bajándose del montículo en el que se hallaba con dirección a la salida—. Vamos, volver a la nave debemos, para la construcción de sus sables poder empezar.
Al salir todos de la cueva, la compuerta de la nave se abrió y el Maestro Plo salió de ella.
—¿Cómo les fue? ¿Obtuvieron todos sus cristales? —preguntó a los niños.
—¡Sí, maestro! —respondieron todos.
—Pues apresúrense a entrar para que puedan iniciar la construcción de sus sables —exclamó el Maestro Plo, volviendo a entrar en la nave, acompañado por el Maestro Yoda—. Huyang se encargará de guiarlos, tanto el Maestro Yoda como yo estaremos en la sala de mandos programando la ruta de regreso a Coruscant.
—¡Bienvenidos, aprendices! Escuché que todos consiguieron sus cristales, ¡me alegra saberlo! —los felicitó el droide arquitecto al ver entrar a todos los jóvenes en la sala en la que estaba—. Ahora me gustaría echarles un vistazo para poder aconsejarlos sobre que materiales utilizar para empezar con la construcción de su noble arma.
Enseguida todos sacaron sus respectivos cristales y se los mostraron al droide, el cual empezó a caminar cerca de cada uno para examinarlos.
—Veamos... —Huyang se detuvo enfrente del primer niño, que tenía un cristal de color azul en mano—. ¡Ah, el color azul de la esperanza, espléndido! Tu sable reflejará la tenacidad y la fuerza que todo Jedi debe tener, por lo cual deberías comenzar por ver las piezas anchas —le dijo, señalando el lugar donde se guardaban dichas piezas.
Así fue pasando por todos los aprendices hasta llegar a Ahsoka, se detuvo y empezó a examinar su pequeño cristal verde.
—Mmmmm, interesante, tu cristal verde es de un color mas claro que otros, lo cual puede denotar que te eligió por tu pureza interior. Con el sable que crearás a partir de este cristal inspirarás una gran confianza y alegría en los que te rodean. Tú deberías empezar por ver las piezas más delicadas que guardamos por aquí —le dijo el droide a Ahsoka, señalando una de las paredes con cajones que había en la sala.
—Gra-gracias —y con una tímida reverencia, la pequeña togruta se dirigió al lugar indicado.
Por fin había llegado el turno de Galen, el cual extendió su mano con los cristales gemelos que había encontrado.
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Por fin te encontré
FanfictionDicen que entre los Jedi no puede haber lazos, no puede haber... amor, pero cuando los sentimientos toman el control, cualquiera es capaz de hacer hasta lo imposible para proteger a los que ama. Esta es la historia que cuenta las aventuras vividas p...