Capítulo IX: Aprendiz

658 44 17
                                    

Galen se encontraba en la cabina de su nave, admirando el espectáculo de luces que ofrecía viajar por el hiperespacio, esta feliz por haber podido rescatar a Ahsoka, ahora solo tendría que ver cómo reaccionaría el Consejo tras enterarse de que había realizado una osada misión de rescate por su cuenta.

Entonces volteó a su derecha, en el asiento de copiloto se encontraba Ahsoka cubierta por una sábana, completamente dormida.

-Haría lo que fuera por ti- pensó Galen mientras miraba a Ahsoka dormir.

-Lastima que no puedas saber lo que siento- volvió a pensar antes de volver a voltear su cabeza hacía la consola de mandos.

Galen estaba perdidamente enamorado de ella, pero sabía que era algo inviable, sobretodo ahora que el era Caballero Jedi y Ahsoka estaba en el camino de convertirse en una también.

Galen sabía que aún faltaban algunas horas para llegar a Coruscant por lo que se dispuso a meditar, tanto Ahsoka como los otros dos jóvenes que había rescatado estaban dormidos así que no había nadie que lo molestara.

Activó el piloto automático de la nave y se retiró al cuarto de atrás, no era muy espacioso pero cumpliría su cometido.

Galen se sentó en el suelo,  sacó uno de sus sables de luz, cerró los ojos y lo elevó con la Fuerza. El sable comenzó a desarmarse y armarse en un ciclo que se repetía mientras Galen permanencia inmóvil frente a el.

-Estás listo Galen- comenzó a escuchar en su mente.

-¡No Maestro! ¡No me dejes!- gritó Galen en su mente, pero no era él, si no más bien la voz de un recuerdo.

Galen sintió un escalofrío mientras empezaba a recordar la misión donde todo se torció, dónde perdió una parte muy importante para el, de pronto las piezas del sable comenzaron a desestabilizarse mientras Galen revivía estas Memorias.

6 meses antes...

Galen y su Maestro habían sido enviados al planeta Ryloth, pues se sabía que el General Grievous dirigía una fábrica de prueba de armas de los Separatistas en la zona, los espías de la Republica habían informado que Grievous planeaba utilizar las aldeas de Twi'leks como campos de pruebas para sus nuevas armas, por lo cual el Consejo Jedi decidió enviar a Kento Marek y a su aprendiz junto con la Legión 127 de clones, que servían bajo el mando de Kento.

Llegaron al planeta a bordo del crucero Revelación, que venía acompañado de otros dos cruceros de la misma clase.

Apenas entrar en la atmósfera del planeta, los cruceros empezaron a ser bombardeados por las grandes baterías de cañones Separatistas, además de empezar a liberar cazas pues empezaban a ser atacados por droides buitre, tras esto Galen y su Maestro llegaron a las cañoneras LAAT junto con varios escuadrones de Clones, listos para salir y ser desplegados en tierra aprovechando la conmoción del combate aéreo que se estaba llevando a cabo.

-Nuestras órdenes son simples, tenemos que infiltrarnos en la fábrica de armas y colocar explosivos en el núcleo central para destruir la zona completamente, esperen fuerte resistencia y la posible presencia del General Griveous en el área, en caso de encontrarlo recuerden que la Republica lo necesita vivo, así que solo usen munición incapacitadora- dijo Kento a los clones que se encontraban con el en la nave, Galen estaba en la cañonera vecina, pero el mensaje de su Maestro estaba siendo transmitido a todas las naves.

-Nos dividiremos en 2 grupos de ataque, el primero lo dirigiré yo y se encargará de distraer al enemigo con un ataque frontal en la entrada principal de la base, el segundo grupo lo dirigirá Galen y el Comandante Letho, ellos se encargarán de atacar por la zona trasera de la base, donde habrá menor resistencia y se podrán infiltrar para colocar los explosivos, tras esto nos reuniremos en la entrada principal para terminar con las fuerzas Separatistas y salir corriendo de aquí antes de que todo explote, buena suerte- dijo Kento antes de cortar comunicación.

Por fin te encontré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora