Capítulo 7: Nos veremos pronto

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¡TOC! ¡TOC! ¡TOC!


Ash oyó los golpes de la puerta, su corazón comenzó a latir nerviosamente. Intentó permanecer calmada y se acercó a ella con precaución. Cerca de la puerta había una silla, la tomó y la acercó a ella, esto con la intención de poder ver por la mirilla quien había golpeado. Eso no era algo que hacía con frecuencia, de hecho, casi nunca lo hacía, pero simplemente por precaución lo había hecho, Para evitar visitas indeseables nuevamente.


Al ver que era el repartidor de pizzas se calmó.


La llamada a la pizzería había sido la segunda llamada que había hecho en ese rato, aunque ya había pasado una media hora después de haberla hecho, antes de eso hizo esa otra llamada, una llamada que por fin había hecho, luego de tanto tiempo aplazándola.


Unos segundos de silencio ocurrieron luego del saludo de Ash.

- ... ¿Ashley?

- Si... soy yo mamá – se encontraba notoriamente emocionada

- ¡Ashley! – oyó ella, una voz que sonaba demasiado sorprendida – ¡Qué lindo que llamas!


Sentir la voz de su madre, la cual no había oído desde hacía más de un año, causó que sus piernas temblaran, y ella cayera lentamente al suelo. El impacto de sentir su voz, más la voz que denotaba alegría de parte de ella, causaron que quedara completamente paralizada, dejando de sentir el control en sus piernas. Sintió que su espalda se apoyaba contra el refrigerador, debajo del calendario.

- Mamá – exclamó Ash colocándose a sollozar - ... lo siento... lo siento mucho


Sostenía el auricular del teléfono con su mano derecha, y con su mano izquierda se limpiaba las nuevas lágrimas que salían de sus ojos, tuvo cuidado de no tocarse mucho su ojo derecho. Durante un par de segundos lo único que oyó su madre fueron sus sollozos y gimoteos.

- ¿Ash? ¿Está todo bien? – preguntó con un tono más de preocupación – Ash... ¿Qué tienes?

- ¡LO SIENTO! – exclamó antes de cubrir su rostro debajo de su brazo izquierdo – Siento no haberlos llamado en todo este tiempo


Ash se sentía como una pésima hija, ésa era la razón principal por la que lloraba, sentía que su madre no querría hablar con ella o que terminaría la llamada de inmediato al sentir su voz. La voz de emoción de su madre le hizo demostrar lo contrario, pero a pesar de sentir que su madre no estaba enojada con ella, igual se sentía una mala hija; más de un año sin haber querido ni atreverse a llamar. Su madre, apenas habiendo dicho unas pocas palabras, causó que nuevamente se emocionara hasta las lágrimas.

- Hija – oyó de pronto Ash, entre todos sus propios sollozos – no te preocupes por eso. Todos aquí te seguimos amando... Me alegra mucho que hayas vuelto a acordarte de nosotros


Para Ash, ese llanto y esas palabras de su madre fueron algo liberador, sentir las palabras de consuelo, al mismo tiempo que se desahogaba, la hicieron sentir mucho mejor, sin embargo, siguió llorando un rato más. La madre de Ash intentaba calmarla como podía desde allá.

- Tranquila, hija mía... todo estará bien... tranquila


Durante largo tiempo Ash permaneció sentada sobre el piso, acurrucada contra el refrigerador mientras oía las palabras reconfortantes de su madre. Ella aún la amaba, lo mismo que Ash a ella. Su llanto fue de varias etapas, primero fue un llanto de tristeza, al considerarse una mala hija, luego fue de desahogo, y luego de emoción, para el tercer llanto ya volvió a ponerse de pie.

Sing: Ash y Johnny, una impensada relaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora