¡Los cabos!

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¡Los cabos!


–Paola seguía detenida con la declaración de Julián y las pruebas donde demostró los depósitos que ella le había realizado todo apuntaba a su culpabilidad y una pequeña condena, a pesar de tratar de involucrarla en el secuestro de los niños, Julián dijo que ella no estaba involucrada que la autora intelectual era Martha Villaseñor, la cual no había dado señales de vida y eso preocupaba a Rafael, no se sentía seguro vivía con miedo a pesar que al lado de sus hijos sus angustias se iban–

–Mi amor viniste –Paola se levantó emocionada de la silla en la sala de visita cuando observó cómo Rafael entraba–

–No me toques –Rafael la empujó cuando ella trato de acercarse–

–Por favor Rafael escúchame yo no sabía nada de los niños –lo miró con los ojos llenos de lágrimas– fue Martha

– ¡Tú madre! –Paola lo miró– ¿por qué hacerme tanto daño? –Preguntó Rafael con rabia–

–Yo –lo observó y vio en su mirada odio– te amo –Rafael negó– me enamore de ti, de tu forma de ser de la manera que la tratabas, Rafael tú dabas tu vida por ella, eras detallista, tenían una familia perfecta, tú padre me trataba mal, aparte era un –Rafael la interrumpió furioso–

–Un viejo pero tú lo escogiste, y no daba mi vida por Ariana la doy, por ella soy capaz de cualquier cosa –Paola bajó la mirada– tú eres una maldita perra envidiosa

–No Rafael no me digas eso –sus ojos se llenaron de lágrimas, Rafael la observó con furia y se dio cuenta de los golpes que tenía en la cara– ¿Qué necesitas que haga para demostrarte que te amo?

–¿Dónde está tú madre? –Paola negó–

–No lo sé –no podía dejar de llorar– Rafael te juró que no lo sé

–Si me amas cómo dice dime ¡Donde mierda está tú madre! –Grito recargándose en la mesa, Paola nunca lo había visto tan furioso–

–No lo sé –lloraba con el rostro agachado–

–Mírame –exigió Rafael– Dime ¿dónde está? –ella negó llorando–

–Te lo juro que no lo sé, Rafael creme –Alberto se acercó a Rafael–

–Paola tengo algo que proponerte –Paola lo observo limpiándose las lágrimas–

–No me interesa

–Sí nos ayudas a detener a Martha podemos hacer que reduzcas condena y puedas salir libre bajo fianza –Paola negó– ella mato a tu padre y creemos que también enveneno al mío –Paola frunció el ceño– me imaginó que ese era tu plan matarlo para quedarte con todo

–No yo no tengo nada que ver en eso –Rafael sonrió sin creerle– lo único que hice fue para separarte de Ariana

–No puedo seguir aquí –Rafael se dio la media vuelta–

–No Rafael no te vayas –gritó Paola desesperada– yo los voy a ayudar –Rafael giró y la miró incrédulo–

–Sólo necesito tiempo

–Una semana es lo que te doy –fue lo último que dijo Rafael antes de irse, Paola observaba cómo salía de la sala y sintió un gran vacío–

– ¿entonces? –Paola observó a Alberto–

–Los voy a ayudar –Albero sonrió mientras Paola bajó la mirada–



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