Me Soltaste

Te amo Bonita

Te amo Bonita

–La puerta del lugar se abrió interrumpiendo a Rafael–

– ¡Rafael! –Paola se acercó– te estaba buscando

– ¿qué haces aquí?

–Mónica –Paola estaba alarmada–

– ¿qué pasa con Mónica?

–Se desmayó y no reacciona, necesito que me acompañes –tomó la mano de él jalándolo para salir–

–Tabata se estaba desesperando de esperar a Yuliana, sacó su celular y suspiro fastidiada–

–Me encanta lo bondadoso que es el destino conmigo –Tabata rodó los ojos al escuchar la voz de Alberto–

–No puede ser acaso me estás siguiendo –lo miro molesta–

–Eso quisieras pero no, necesito hablar algo con Yuliana

–Salió pero espera tu turno que estoy yo aquí –Alberto sonrió–

–No sabes lo lindo que es esperarla a tu lado –jalo la silla y la puso al lado de donde Tabata estaba– ¿Qué es esto? –Alberto vio las copias del expediente del caso de Ariana–

–Nada –Alberto la miró–

–No puedo creer que la convenciste –Tabata lo miro–

–Por favor Alberto no digas nada, yo no he podido revocar la personalidad de Pavel y –Alberto sonrió–

–Una sola forma para qué esta –señalo su boca con los dedos– se quede callada –Tabata alzó las cejas–

– ¿cuál? –Alberto se acercó a ella y encima de sus labios le susurró–

–Que la calles a besos –Tabata trato de alejarse pero él no lo permitió, coloco su mano en su nuca jalándola hacía él y rosando sus labios a los de ella–

–Rafael salió a toda prisa con Paola, Ariana solo observó cómo se alejaba, toco su vientre y suspiro–

– ¿Qué pasa? –pregunto Mónica cuando se despertaba sintiéndose desorientada–

–Tranquila en unos momentos sabremos qué pasa, te hicimos unas pruebas de sangre y en cuanto estén los resultados sabremos tu diagnostico

–Gracias Rafael –Mónica le dio una sonrisa–

–Mónica ¿te has sentido mal antes?

–Sí, en algunas ocasiones, pero porque ¿es algo grave?

–No, es solo que ¿tú te cuidas? –Mónica lo observo sorprendida– digo tú y Alberto se protegen

–No siempre –dijo Mónica apenada y Rafael sonrió– ¿crees que? –Rafael asintió–

–Sí creo que puede ser eso –Mónica suspiro– voy a decirle a Paola que entre

–Sí, Rafael –este volteo– Gracias

–Yuliana entró a su oficina y sonrió al ver a Tabata y Alberto besándose–