. Día 12 .

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CONVIERTE A ALGUIEN QUE CONOCES Y QUIERES EN UN PERSONAJE. ESCRIBE SOBRE ÉL, DALE VIDA FICTICIA.


Sus ojos lilas brillaron ante la luz de la luna, sus pupilas grises emitieron un destello siniestro y a la vez puro. La piel pálida pareció perder color, aunque parecía imposible de lo blanco que ya se encontraba.

Pronto sus miradas se encontraron, Sebastián sonrío con avidez mientras terminaba de bajar los escalones que lo separaban de ella, lo último que les separaba ahora; si bien antes no podían alejarse el uno del otro, los distanciaba tremendamente la vida y la muerte.

Mientras uno vivía sus días envejeciendo poco a poco, el otro poseía una vida eterna—aunque irónicamente se encontraba muerto—. Ahora que ambos descansaban en el mundo de los muertos, no podían sentirse más felices, más llenos de vida.

El hombre le extendió el brazo a la mujer, aunque por alguna razón ésta retrocedió con un poco de temor.

  — ¿Qué puedes temerme ahora?

Una sonrisa se dibujó poco a poco en sus labios pálidos y marchitos, siempre había querido estar junto a él, había esperado una eternidad por él, pero ahora que estaba enganchada a él de por vida, no sabía si era lo que en realidad quería, ¿qué tal si se había tratado de sólo un capricho?, al poco tiempo terminarían aburriéndose el uno del otro, y la eternidad no sería más que eso, eternidad.

 Miró entonces sus ojos lilas, llenos de amor y felicidad. Tendría el tiempo suficiente para saber si se había tratado de sólo un capricho , si lo era, pasaría la eternidad lamentándolo, y si no, no sentiría el tiempo pasar.


DESAFÍOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora