DESAFÍOS

. 03 .

INCESTUM.

Fase 2. Clash of Terror.

1vs1.YahirMaeris. (1er Escrito)

—Gabriel, espérame.

Sonrío un poco mientras lo alcanzo y acomodo mejor la canasta en mi brazo. Aunque la felicidad abandona mi rostro tan pronto me doy cuenta que el señor Thompson está observándome con una mirada penetrante.

—Vayamos ya a casa, ya hemos juntado todo lo que madre necesitaba.

Presiono con sutileza el codo de mi hermano y se da cuenta inmediatamente de lo que me incomoda.

Aquel hombre al que me han prometido. Aparentemente soy la mujer soltera más grande en la ciudad, y cuando mi madre se percató de ello, se encargó ella misma de solucionar el problema, aunque yo no diría que ha sido una buena elección.

Gabriel coloca una mano en mi espalda protectoramente. Me sacudo con delicadeza para que suba más el brazo hasta mis hombros, debemos ser precavidos cuando andamos fuera de casa, y ahora más con mi prometido cerca, que nunca despega los ojos de mí.

—Vamos, Sarah.

Caminamos con paso lento, de reojo puedo notar que en la cara del señor Thompson se dibuja una expresión extraña, pero no puede ser, él no puede saberlo.

No puedo sacarlo de mi cabeza durante todo el recorrido a casa. No quiero ni imaginarme qué sería de nosotros si se llegasen a enterar.

Apenas diviso nuestro hogar y a madre regando sus petunias, me invade un aire de comodidad, estoy en casa.

Madre se cubre con la mano derecha contra el sol y nos saluda amorosamente con la otra. Cuando continúa con su labor, nos damos cuenta que se le ha quedado marcada una línea delgada de tierra sobre la frente, y entonces reímos. Disfruto dentro de mí la melodía de su carcajada varonil, mientras busca mi mano la suya. Esto es lo único que necesito.

...

El chirrido del metal me despierta, he estado teniendo algunos recuerdos. El ambiente está extrañamente helado, no puedo evitar tener un escalofrío en todo el cuerpo, pero nada más me retuerzo al principio siento una punzada de dolor en la espalda y los brazos.

Suelto una exhalación y observo cómo una nube de vapor abandona mis labios, no ha sido parte de mi imaginación, este lugar está realmente frío.

Observo la habitación en la que me encuentro, parece un sótano viejo y descuidado, la puerta rechina un poco y centro mi atención en ella.

Se ha abierto un poco y la luz de la habitación contigua se filtra sobre el suelo mohoso.

—¿Quién eres?, ¿puedes decirme dónde me encuentro?

Se escuchan unos susurros ininteligibles y luego se cierra violentamente, privándome de la luz, dejándome de nuevo en la profunda oscuridad.

Intento pararme de un movimiento rápido, pero algo me lo impide, y entonces siento profundo dolor, no puedo ocultarlo y mis gritos resuenan en ecos en la pequeña habitación.

—¡¿Qué es esto?!, ¡alguien ayúdeme...Gabriel!

No paro de gritar hasta que abren la puerta precipitadamente.

Siento los ojos arder con toda la luz entrando en mis pupilas dilatadas. Bajo la mirada instintivamente y entonces me doy cuenta. Mis gritos vuelven a sonar esta vez con más intensidad y desesperación.