. Día 18.

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INVENTA UN MONSTRUO


Me observa con ojos asqueados, ¿qué le he hecho yo para merecer tal trato? Su mirada desciende hasta mis pies descalzos y luego vuelve a ascender hasta mi rostro.

Escucho que me dice cosas hirientes, pero estoy demasiado concentrada en su mirada que no puedo entender a qué se refiere.

"Eres una gorda", "¿Cómo no hiciste nada cuando esa perra nos llamó foca?"

Siento las lágrimas descender sobre mis mejillas, un mano comienza a pellizcar con violencia mi estómago. Siempre he sabido que no tengo un cuerpo de envidia, pero a veces logro olvidarlo unos momentos hasta que las personas me lo echan en cara.

"No deberías comer más panecillos, desde ahora están vetados para tí"

Me siento asquerosa, me hace sentir asquerosa.

De pronto descubro que también está llorando y se abraza de una manera desconsolada, como si se encontrara herida.

  — Paola, es hora de irnos.

La voz de mi madre me saca de mis pensamientos. El espejo está un poco sucio, tendré que limpiarlo una vez que vuelva del colegio.

Mientras me retiro de mi alcoba, me despido de mis demonios. Sé que una vez que regrese a casa y me mire frente al vidrio, volverán mis monstruos. 

DESAFÍOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora