Empecemos.
Me dirigía hacia la escuela. Los árboles que pasaban por la ventana del autobús se me hacían simples sombras alrededor, su presencia era parte de mi ignorancia hacia el ambiente que me rodeaba. O el que deseaba.
Al bajarme y caminar tres simples pasos, me recuerdo lo de ayer ¿Qué pensará Shadow de mí? Tenía un poco de miedo. Me había abierto hacia una persona con la que normalmente casi nunca me hablaba, menos de cosas de ese estilo. ¡Demonios! Entré tan nerviosa y pensativa, que no vi a la persona que me acompañaba en mi trayecto al salón.-Oye, ¡Amy!
-¿Eh...?- Me detuve en seco y miré a la persona al lado mío- Alex, ¿Qué tal?
- Amy, ¿Qué ocurre? Tu no eres tan despistada.
-Estemm... No ocurre nada, no te preocupes. Está todo bien.
-Esa frase no es buena y creo que tú ya lo sabes. A ti te pasa algo, no voy a parar de molestarte hasta que me digas. - Se pone delante mío y me impide el paso. Un poco harta de esta situación, trato de esquivarlo, mas me es imposible. Maldigo a los hombres altos y fuertes, bueno, quizá no tanto.
( AbrilBerenstein)
-Dijo que la dejes pasar.- Una chica, de largos cabellos, con anteojos, ojos del color de las avellanas, se posicionaba al lado nuestro. Su rostro reflejaba decisión, una nueva manera de ver las cosas. -Déjala pasar.-¿Y qué sí no quiero? -Alex de manera retadora, cruzando sus brazos, se pone frente a ella. Al ser más alto, ella lo tiene que mirar inclinando su cabeza hacia arriba. Yo ya me sentía fuera de lugar.
-No lo diré más... Déjala pasar al salón.- Esa chica tenía mucha seguridad en sí misma, la que a mi me faltaba.
-No quiero ni puedo.
-Tu te lo buscaste.- Se dio la vuelta y con sus dos manos a los costados de su boca- ¡¡¡ESTE CHICO ESTÁ ACOSÁNDOLA!!! ¡ALGUIEN, AYUDA!
Alex inmediatamente le tapó la boca, rojo de la vergüenza y un poco desesperado, ¿Yo existo en esta conversación?
-Chicos, por favor, dejemos esto para otro día, tengo que llegar al salón.- Mencioné viendo la hora.
-Oh, lo lamento.- Dijo esa chica- Soy Florencia, un placer, ¿Y tú?
-Amy, Amy Rose.- Dije dándole la mano- Mas bien, Amelia Rose.
-Bien, ahora tú, chico intruso.-Dijo Florencia señalando a Alex.
-Hmp, Soy Alex.
-Un placer... Bueno ya he de irme. Tú, pequeño Alex, no molestes a mi amiga Amy, sino te las verás conmigo.
-Adiós, vuelve al campo, Florecilla.- Dijo Alex con burla.
-¡Alex!, no digas eso. Dios, compórtate.- Lo reté haciéndole cerrar su boca enseguida. -Me voy a mi salón, nos vemos, Flor.
-Hasta luego, Amy.
Seguí caminando por el pasillo para, por fin, llegar a mi bendito salón. Aunque, otro retraso me mantuvo en la puerta, ¿No podría haberme dejado pasar y ya?
-Por favor, Amy. Promete que me dirás lo que te pasa, estoy preocupado. Somos buenos amigos, puedes confiar en mí.
(>:D I friendzo... Okno xD)-Ya te he dicho, no sucede nada, ¿Sí? Confía en mí.
No lo dejé responder y entré a mi salón, Ari y May me estaban esperando en la primera fila de asientos. Nos sentamos y tocó timbre, con toda la vagancia del mundo salimos a formar. Al volver a entrar, me crucé con Shadow. Las miradas hablan, o al menos eso me dijo un amigo hace mucho tiempo. Demasiado tiempo ya. Quería que dejará de mirarme, pero no podía decirlo, me moriría de la vergüenza el hablar con él luego de lo de ayer. Evité mirar más a toda costa, sino, me volvería loca y le iría a preguntar si sucedía algo con lo que pasó ayer. De verdad no soy buena para evitar personas, no podía evitar mirarlo, mientras las dudas entraban a mi cabeza.
Toda la maldita hora de Matemática me la pase tratando de esquivar las misteriosas e imponentes miradas de Shadow, me ponían nerviosa y algo sofocada, mas no podía. Sinceramente había algo que me decía "Háblale, pierde el sentido del tiempo" y al mismo tiempo yo quería seguir ese pensamiento repentino que aparecía en medio de mi mente.-Mis queridos Alumnos.- Llamó nuestra atención la profesora- A partir de ahora y en este mismo momento, tendremos una compañera nueva que nos acompañará por el resto del año. Trátenla bien.
-Hola, Soy Flor Salaberry, me gusta tocar el piano, ballet y espero llevarme bien con todos. Por favor, llámenme Florcita o Flor, detesto mi nombre. - La sinceridad en sus palabras no se hizo a esperar, dando a entender la seriedad del asunto sobre su nombre, aunque, ¿Por qué a mi me lo habrá dicho tal y como es?
-Puedes sentarte donde gustes.- Señaló con su mano la profesora los lugares vacíos.
-Aquel.- Con su dedo índice indicó que se sentaría dos filas atrás de la mía, teniendo en cuenta que las filas son horizontales y son de a dos o tres personas. Al pasar frente a mí, me miró y luego se tiró a abrazarme. - ¡Amy, qué alegría tenerte aquí en esta clase! No quería pasar el resto de mi vida sola.
-Sí, soy yo Flor.- Dije un poco sorprendida por su repentina acción, poco a poco ir correspondiendole con un leve apretón en sus brazos. -Bienvenida.
-Gracias, avísame cuando ese pervertido vuelva a molestarte.- Mencionó entusiasta, casi gritándolo, y se fue a su lugar. La clase me miró y yo no sabía donde meterme, así que me oculte en el hombre de Ari, la cual me tapó la cara para que nadie vea mi cara de tomate por la vergüenza de sus miradas encima mío.
-¿Qué es eso de que te persigue un pervertido?- Ari atacó con su pregunta en el momento preciso y yo, pues, yo me convertí en mi misma estando sola.
-No preocupeishon, el seguidor pervertido era Alex. Y no me estaba persiguiendo, me estaba tratando de sacar información.- Dije con un puchero a mi mejor amiga.
-¿Información sobre...? - Es mi mejor amiga, ¿Le debo de contar?
-Ayer fui al supermercado, y me crucé con Shadow.- Al recordar un poco, busque una dirección en la que no se notara mi preocupación sobre su reacción al escuchar mi relato... o la mía al desesperarme por respuestas.- Me ayudó en mi paseo por el mercado, porque la verdad que parecía más un paseo que una salida de compras, pasamos a la caja. Hasta ahí todo normal.- Suspire y volví a tomar aire- Me acompañó a casa. Él llevaba las bolsas, ya que eran muy pesadas. Por cierto, ahora que me doy cuenta, él no ha comprado nada, ¿Para qué se encontraba ahí?.
-Prosigue, Amy, tu te vas por las ramas.
Supongo que le preguntaré luego, si es que hablamos- Bueno, al llegar a casa, el presenció una de las típicas peleas de mis padres. Fue muy vergonzoso y... Me largue a llorar. Él me abrazó y estuvimos así un rato hasta que me calmé. Luego, de un momento para otro, se volvió frío y distante. Eso me dejó desconcertada, realmente no se que le habrá pasado. Me devolvió las compras y me dijo un simple "Hasta luego, Rose". -Dije tratando de imitar la voz del susodicho.- Hoy Alex lo notó y no me dejaba de atosigar con el tema, eso es todo. Luego, Flor le dijo que me dejará y pues, bueno. Aquí me ves.
-Así que tus padres pelearon de nuevo, eh.
-Si, lo habitual...- La verdad no me apetecía hablar sobre eso.
-Ya todo va a mejorar, debes preocuparte por la escuela y por tu hermanita, lo demás no importa.
- Pero... ¿Y Shadow?- Mi tono de preocupación hizo que mi mejor amiga tomará un poco más de atención de la que debía.
-¿Acaso te gusta?- Me miró a los ojos, odio que hagan eso, me ponen nerviosa.
-No.- Lo dije tan segura, que hasta a mi me sorprendió, luego miré a otro lado, debería ser segura más seguido. Me vendría bien.
-Okay, supongamos que no es así.- El tono pícaro salía de su boca con el afán de simplemente avergonzarme.- Creo que tú más que nadie, sabes lo que es equivocarse, pero deberías aprender a levantarte y enfrentar esos miedos que te carcome por dentro. Te conozco y se lo que estas sufriendo por ese error.
Si existieran los ángeles, aquí habría uno, sentado frente a mi. ¡Dios! Como me conoce.
-Lo voy a intentar...
Pesado y exhausto día de escuela, por fin volví a mi casa. Tiré mi mochila en el sofá y me fui a la cocina a buscar un aperitivo, tenía mucha hambre. Aunque me haría mal comer en este estado tan deprimente, no importaba, enserio tenía mucha hambre.
Luego de un rato, el sueño me ganó y me dormí sentada, con ni cabeza en la mesa.
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Amancay. (Shadamy)
Rastgele¿Haz visto que tu amor se va de a poco y con cada decepción? Nada es lo que parece, y cuando todo es feliz, algo viene y arruina esa felicidad que antes te ponía una hermosa sonrisa. El amor verdadero se esconde atrás de una máscara para salir a la...