Not Alone ➳ R D G

13

Día de salida al campamento
Madrid
6:00am

Me subí al autobús y me fui al final del todo junto a la ventana. Más tarde vino Alex, con Mangel, cogidos de la mano. Sonreí al ver a mi amiga tan feliz. Hablé con ellos sobre su realición, no eran novios, pero querían probar que surgía .

Llegó Rubén, pero con Natalia de la mano. Él se sentó delante mío junto a ella, no quise preguntar nada, pero igual me acabé enterando. Rubén ya se lo había contado a Mangel asique él se lo contó a Alex, Rubén y Natalia era novios.

Algo dentro de mi se rompió al escuchar eso. El autobús arrancó y me puse los cascos. Realmente eso me había dolido, todo el viaje lo pasé escuchando música.

Al llegar al campamento vi el mar, hace muchoqnue no lo veía y eso me provocaba calma, esa calma que escadamente podía obtener. Evité la mirada de Rubén a pesar de que el me mirase todo el tiempo.

Llegó el tiempo de asignar las cabañas y yo crucé los dedos porque me tocase con buenas personas. Me dieron una hoja con el nombre de mi cabaña: galácticas. Cada cabaña tenía su nombre pues a mi me daba un poco igual eso, solo me importaban las personas.

Cuándo entré vi a Alex y corrí a abrazarla, no ne creía mi suerte. Más tarde vi salir a Mia, aquella chica que había visto con Mangel aquel día. Jessica llegó mas tarde a la cabaña y también me alegré de verla.

Más tarde entraron otras dos chicas a la cabaña, eran de mi clase, asique no les dije nada por miedo. Me coloqué en una de las camas de la ventana. Cuando estaba sacando mis cosas llegó una monitora diciendo que nos diesemos prisa, que era la hora de comer.

Toda la cabaña se dirigió al comedor dónde ya había un par de personas.

(...)

Después de comer teníamos tiempo libre que yo decidí utilizar para ir a ver la playa. Me quité mis zapatillas y sentí la suave arena de la playa, no quemaba pero si estaba caliente, siendo asi agradable andar por ella.

Caminé hacia el mar y cuando sentí en el agua rozar mis dedos me estremecí. Era una sensación increíble y se sentía genial.

Pasados unos cinco minutos me dispuse a volver a la cabaña. Cuando volvía vi a Rubén, con Natalia. Un gran nudo se formó en mi garganta y mis ojos se cristalizaron. Corrí a la cabaña antes de que me vieran.

Cuando entré en la cabaña solo estaban las dos chicas que no recordaba el nombre.

— Claudia, que te pasa en el brazo? — dijo una de ellas.

Me miré el brazo rápido y vi en mi chaqueta algo de sangre. Corrí al baño de la cabaña a limpiarmelo y poner unas vendad. Cuando salí las dos me miraban serias. Una de ellas se acercó a mi y subió mi manga, su expresión era de gran sorpresa y miró a su amiga, incrédula.

— Por qué? — me preguntó mientras yo me soltaba de su agarre.

Mantube silencio y una pocas lágrimas cayeron de mis ojos. Las dos se acercaron y me abrazaron, yo atónita les correspondí el abrazo.

— Perdonanos — susurraron las dos al unísono.

(...)

Hablé seriamente con las chicas y les supliqué que nos elo dijeran a nadie, ellas aceptaron, al parecer parecían arrepentidas d eloqnue me habían hecho.

— Soy Rebecca — dijo la pelirroja.

— Soy Emma — dijo la morena.

Pasado un rato fuimos a las actividades asignadas por grupos y yo tube una suerte penosa de que me tocase con Rubén. Mientras caminabamos a una sala de actividades Rubén se acercó a mi.

— Que taal? — alargó la a.

— Que? Humm, bien, si bien — dije algo nerviosa.

— Haremos como que me lo creo — rió — no, venga dime que pasa.

— Desde cuando estás con Natalia? — pregunté tímida.

— Desde el nartes de la semana pasada... — dijo — y porque lobquieres saber? — dijo burlón — celosa? — rió.

— No, quería saberlo, además no me lo has dicho antes asique tengo que informarme — me excusé nerviosa.

Pareció rendirse y yo disimuladamente solté todo el aire que tenía dentro. Entramos en una sala que parecía el estudio de MasterChef.

— Como veis esto va a ser un concurso de cocina, soloq ue esta vez, solo vais ha haver pan — rió el monitor — como sois muchos para hacerlo idividualmente, lo vais a hacer por parejas.

Me dirigí hacia Jessica, que estaba en mi grupo, pero alguien agrarró mi muñeca y tiró de mi. Me dí la vuelta y vi un rostro conocido, pero me costaba saber de quien era... Jaime!

— Hola Jaime, que tal? — saludé al chico que me había encontrado en la fiesta de hace dos semanas.

— Hola, bien, tienes pareja? — me preguntó mirando el alrededor.

— Si — en su cara vi desilusión — a ti — reí.

Nos dirigimos a uno de los puestos riendo, ya no me acordaba de lo gracioso que era aquel chico. Rubén apareció a mi lado con cara retante.

— Puedes ser muy buena cocinera, pero no mejor que yo — se burló.

Reí cínica — Ya lo veremos — levanté el mentón orgullosa, que igual sirvió en vano ya que el era las alto que yo — Jaime y yo lo lograremos — cogí a Jaime de la mano viendo como Rubén se tensaba.

— Que gane el mejor — me tendió su mano.

— Si, que gane el mejor — acepté el reto.

El cronómetro sonó y Jaime y yo corriamos de un lado para otro, pero igual riendo.

— No, Natalia, no hagas eso! — escuché a Rubén detrás mío.

Reí victoriosa y seguí colaborando, metimos el pan en el horno, nos quedaba treinta min para acabar y en ese tiempo el pan tenía tiempo a hacerse.

F

altando unos segundos para que se acabase el tiempo, sacamos el pan. No era el mejor pan del mundo pero espero que quedemos entre los tres primeros.

El monitor el el jurado, sonreí a Jaime para tranquilizarle y el a mí. El monitor pasaba de mesa en mesa hasta que se puso en frente de todos.

— Me ha sido muy difícil elegir los puestos, pero al fin los tengo — sonrió el monitor — primer lugar, la mesa 5 — señaló a dos muchachas — segundo lugar, mesa 3 — apuntó hacia una muchacho y muchacha — el tercer lugar, la mesa 7 — nos señaló a mi y a Jaime.

Yo feliz lo abracé y pude oir un gruñido de Rubén detrás mío lo que me dio más gloria.