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Rubén acariciaba mi pelo suavamente mientras estabamos tumbados en la cama de aquella caseta frente a la presa. Todo era silencio ha que ninguno sabía que decir después de lo ocurrido, pero yo me armé de valor.

- ¿Cuándo fue tu primera vez? - solté avergonzada.

Sentí sus sorpresa pero él no paró de acariciar mi pelo en ningún momento.

- Unos días antes de mudarme aquí, con la que por ese entonces era mi novia - dijo.

Sentí celos, ni siquiera conocía a aquella chica y ya estaba celosa.

- No lo he vuelto a hacer, es la segunda vez... Y ha sido mucho mejor que la primera - me susurró esto último.

Sentí el color subir a mis mejillas y me giré para mirarlo. Le di un beso y sentí como me rodeaba con su brazo, me sentía bien, y así, quedé dormida.

(...)

2 meses después...

Las cosas habían vuelto a la normalidad, yo volvía a tener una vida completa. A veces ocurría algún traspiés, pero siempre conseguía recuperarme. Pero había algo eztraño en mis padres, constantemente salían de viaje o estaban muy atareados.

Llegué a casa y encontré a toda mi familia sentada en el salón, al parecer esperándome.

- Hola - me acerqué a ellos -¿que hacéis aquí todos reunidos?

- Porque necesitamos hablar - dijo mi padre.

Recorrí con la mirada a mi padre, a mi madre y por último a Dani, y este asintió.

Me senté frente a ellos y después de algunas miradas preocupadas mi madre empezó a hablar.

- Desde hace mucho tiempo hemos estado pensando una cosa... Que creemos conveniente para ti - dijo despacio, preocupada.

Yo fruncí en ceño y asentí, esprando a que continuase.

- Después de ver todo lo mal que los pasaste - miró mis muñecas descubiertas, donde había cicatrices.

Bajé la mirada y seguí escuchando - Asique para ayudarte hemos decidido... Mudarnos, a Galicia, lejos de aquí...

Dejé de escuchar lo que mi madre decía, solo escuchaba un murmullo muy lejano. Cuando este dejó de sonar alcé la cabeza para mirar a mis familiares que esperaban mi respuesta, pero yo no encontraba las palabras.

- ¿Qué?- balbuceé.

Volví a bajar la mirada mientras sentía las lágrimas arder en mis ojos.

- No nos vamos ahora, te ddjaremls acabar la ESO aquí, en julio nos vamos - continuó mi padre.

Sentía el peso del mundo en mis hombros, la presión en el pecho. Yo no me podía ir, no podía dejar a Rubén y a mis amigas.

- No me puedo ir, yo estoy bien aquí - levanté la mirada - el dolor es pasado, soy feliz ahora.

- Claudia, no sabemos si eso va a volver, este pasado puede perseguirte y nosotros no queremos eso -dijo mi madre - ya está todo listo, en dos meses tenemos que desalojar esta caza pafa irnos a la otra.

Not Alone ➳ R D GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora