3/3
Mis ojeras eran notables y mis ojos rojos e hinchados dejaban claro que había estado llorando toda la noche. Lavé mi cara y bajé a la cocina intentando aparentar lo más normal posible.
Cuando llegué me encontré a todos en silencio, solo se escuchaban los cubiertos.
— Hola — dije llamando la atención de todos.
— Hola cariño... — mi madre bajó la vista.
Todos me saludaron de manera monótona, lo que me parecía extraño.
— Que pasa? — pregunté preocupada.
Ellos intercambiaron miradas, miradas que no me gustaban y que causaban más preocupación en mi.
— Sientate, creo que sera mejor — dijo mi padre.
Miré la silla pero me quedé firme en mi lugar esperando imponer y qu eme dijesen ya lonque estaba pasando, mi padre bufó.
— Nos ha llamado la madre de Rubén... — hizo una pausa, y yo me empecé a deseperar, más aún tratandose de un tema relacionado con Rubén — a tenido un accidente con la moto, y está internado...
Dejé de escuchar lo que mi madre decía, solo era una voz en la lejanía, mi mundo se acababa de derrumbar. A pesar de las borrosas lágrimas que estaban en mis ojos pude ver a mi padre acercarse a mi y sentirle rodeandome con los brazos.
Lloré en su hombro, pero no por mucho tiempo.
— Irás al instituto y después de clase... — empezó a decir mi madre.
— No — la miré hundida — no mamá, boy a ir ahora a verle... — traté de sonar segura, a pesar de que sabía que noe ra así, que en ese momento solo parecía un cervatillo asustado.
— Claudia... — mi padre intervino.
— No, durante estos meses a sido lo único que me a sostenido en este mundo — comencé a decir con mucha difucultad — es la única razón, por la que no me he ido aún — dije temblorosa — y si él me falta, no podré seguir, porque él es el único que me ayuda a seguir — decía deseperada — por favor... — acabé con apenas un hilo de voz.
Mis padres me miraron con pena, pero yo no necesitaba sus miradas de pena, lo que yo necesitaba ahora era ver a Rubén. Después de unos segundos mis padres asintieron.
— La llevo yo — se ofreció Dani — vosotris tenéis trabajo y yo realmente no tengo nada que hacer.
Mis padres aceptaron a la propuesta de Dani.
(...)
Antes de irme Isma me llamó.
— Claudia, solo quería decirte que, los dos sois fuertes, y que los dos superaréis esto juntos — dijo acariciando mi mano.
— Gracias — le abracé antes de salir.
Mientras iba en aquel coche con Dani, mi mente vagaba por esos buenos momentos que había pasado con Rubén. Si él se iba, se iba a llevar un pedazo de mi alma con él, porque yo le entregué mi alma en el momento en el que le vi por primera vez, sin darme cuenta.
Dani cogió mi mano.
— Ya hemos llegado — me miró a los ojos — el va a estar bien, te lo prometo — sonrió transmitiéndome tranquilidad.
Asentí — Gracias, de verdad — le abracé.
Salimos del coche y nos dirigimos a la puerta del hospital, que a cada paso que daba, un nudi cada vez más grande se formaba en mi garganta y me dificultaba la respiración.
Pasamos a recepción y pedimos el número de habitación, que al principio tubo problema, ya que no eramos de la familia.
Me dirigí a aquella habitación a toda velocidad, deseanado verle, saber que estaba bien. A través del cristal pude verle tumbado, enganchado a miles de cables, en aquella habitacion, completamente blanca. Junto a él estaba la señora Doblas, su madre. Ella al verme me invitó a pasar, Dani se quedó fuera, esperando.
Rubén al verme sonrió, y yo también, con lágrimas de alegría en los ojos. Me acerqué a el y me senté en uno de los taburetes.
— No puede hablar, pero, con que estes aquí, él está feliz y no necesita oalabaras oara expresarlo — dijo la señora Doblas sentandose en un sillón que estaba al otro lado de la sala.
Asentí y miré a Rubén, su expresión parecía cansada y le entendía. Empecé a acariciar su mano suavemente, no se cuantos minutos estube así, hasta Rubén empezó a toser muy fuerte.
— Tranquilo, respira tranquilo — acaricié su hombro.
De repente de su nariz empezó a salir sangre, mucha sangre. Pude apreciar que de sus orejas también salía sangre y sin pensarlo llamé al doctor. La habitación se llenó de pitidos de la máquina que estaba cnectada a Rubén. El doctor llegó corriendo y nos echó de la sala.
Cerraron la cortina impidiendo la visión de algo, mi mundo se estaba volviendo gris de nuevo y de nuevi, sentía esa presión en el pecho. Sin pensarlo ne lancé a los brazos de Dani a llorar, persiendo la noción del tiempo.
(...)
Escuché la puerta abrirse, y me levanté de inmediato, eran las 00:04 de la noche y yo no quería dejar a Rubén.
El doctor que hace unas horas me había hechado de la sala salió.
— Se había peoducido una hemorragia interna, pero hemos podido controlarla — dijo el dctor mirando sus documentos — pero, después de esto está en coma, estamos seguros de que despertará durante está semana, pero no sabemos la fecha exacta.
La información era mala, pero igualmente un peso calló de mi corazón. Solo podía entrar una persona a la sala en ese momento asique dejé pasar primero a la señora Doblas a pesar de que tubiese unas ganas enormes de entrar a verle lo antes posible.
Me volví a sentar, esta vez sola, Dani se habia ido a casa a asearse, pero dijo que volvía a por mi en cuanto acabase.
Los recuerdos invadían mi mente, saturandola, destrozandome por dentro. Sentía que era mi culpa, que por mi culpa Rubén había tenido el accidente, todo por ser una estúpida y no cumplir mi promesa, por dejarle ir en ese momento.
Pasó más de media hora y la señora Doblas salió de la sala, invitandome a pasar y yo entré a toda velocidad a aquella sala.
Su tez estaba mucho más pálida que antes, haciendo sus ojeras más marcadas. Sus ojos estaban cerrados y en su bica había una mascara para respirar. Me acerqué lentamente a él, sentándome en el misma taburete que la anterior vez.
Acaricié su mano y la besé.
— Perdoname Rubén — sollocé antes de quedarme dormida junto a él, en aquel taburete de hospital.
#Depresión
Soy mala, pero mala.
Pobre tito Rubius, que ha tenido un accidente.
Espero que hayáis disfrutado del maratón.
Cjau casi guapos <3

ESTÁS LEYENDO
Not Alone ➳ R D G
Random❝ It's hard to find the light in the dark if you're alone...❞