Not Alone ➳ R D G

20

El tiempo en el instituto parecía pasar demasiado lento. Ahora no solo era Natalia la que me andaba molestando. Eran todos aquellos que desde que salía con Rubén me ignoraban. Parecía que todo había vuelto tiempo atrás, antes de que Rubén siquiera llegase.

Lo que aún me parecía raro era el comportamiento de Rebecca ya que me evitaba, le había preguntado a Emma para ver si ella sabía algo, pero la única respuesta que había recibido de ella era que llevaba unos días así, que incluso a ella la ignoraba.

El timbre de salida sonó y solté todo el aire que había como contenido durante casi todo el día. Salía plr la puerta en dirección hacía una pequeño grupo que había allí, mis amigas. Pero derepente algo me paró de un empujón, llamando la atención de todos. Me giré y vi a Natalia, Pamela y... Rebecca?

— Uiss, la mocosa es tan gorda que quita espacio vital a las personas — dijo Natalia riendo.

— Uiss, no la insultes que se puede sentir mal — dijo Pamela sarcásticamente.

Habían captado la atencion de todo el mundo, incluso de mis amigas, que no hacían nada al respecto. Natalia miró a Rebecca y directamente después de eso, me empujó haciendo que yo callese al suelo. La zona estalló en risas, la gente seguía viniendo, yo solo me dejé hacer, como siempre...

Mis amigas no reaccionaban, nadie reaccionaba. Me lanzaban insultos sobre mi peso y de vez en cuando me daban una patada, aguntaba las lágrimas presionando puertemente mis ojos, no me iba a dar el placer de llorar en frente de ellos. Escuché que la puerta por la que anteriormente había salido se abría.

Derepente todos callaron, una mano me levantó del suelo, una profesora. En ese momento mis amigas se acercaron a mi pero yo, con mi movimiento brusco me liberé del brazo de la profesora y salí corriendo de aquel lugar, esta vez si, dejando que todas las lágrimas acumuladas en mis ojos saliesen.

Con respiracion entrecortada llegué al parque abandonado, desplomandome en el suelo. Sentía presión en el pecho, una que no disminuía, un ataque de pánico. Intenté tranquilizar mis respiración pero no podía, en ese momento vino a mi mente la información de que si aguantabas la respiración podías acabar un ataque de pánico.

Dejé de respirar, pero eso no me ayudaba, simplemente me sentía indefensa, me sentía como años atrás, cuando Rubén no estaba aún en mi vida. La presión se hizo más fuerte, mi vista empezó a ponerse nublada y en cuestión de segundos, todo negro, había perdido el conocimiento...

(...)

S

entía un dolor punzante en mi cabeza y me levanté lentamente. Estaba en el parque, a diferencia de que ya había anochecido. Me levanté en un gemido, mi cuerpo dolía y sentía un peso sobre el corazón, algo que me dificultaba la respiración.

Suspiré agotada y colgué la mochila en mi hombro. Me dirigí a casa para encontrarme en la puerta, un montón de papeles pegados en ella. Comencé a recogerlos a leer uno por uno.

Gorda.

A nadie le importas.

Ahora que no está tu novio, eres débil? Como se nota que dependes de él.

Rubén, está contigo por pena, nadie quiere a una chica como tú, si tu murieses, nadie se daría cuenta.

Me tragué mis lágrimas y entré en casa tirando todo aquello a la basura. Mis padres edtaban sentados en el salón con unos semblantes serios.

— Hola — dije fingiendo una sonrisa.

— Hola cariño — mi madre me miró con cara de pena.

— Hola... Ven, sientate un momento — dijo mi padre palmeando el sofá.

— Que pasa? — dije preocupada, intentado alejar mis problemas.

— Nos han llamado del instituto — dijo mi madre triste — si necesitas...

— Estoy bien — dije intentando sonar neutral, sabiendo que en algún momento mi voz se quebraría.

— No hija, lo que te han hecho no está bien — intervino mi padre — he pensado en llamar a un psicólogo...

— Que?! No, vais a llamar a nadie, estoy bien! — me esforcé en no quebrarme.

— Estás segura? La profesora dice que no es la primera vez que ha tenido que intervenir...

— He dicho que estoy bien! — mi voz se quebró — simplemente no os metáis en esto — apreté los puños — simplemente estoy bien... — dije con apenas un hilo de voz.

Me levanté y me fuí a mi habitación dejando escapar ese dolor que había contenido durante todo el día. Cerré la puerta detrás de mi y y fui al baño para desvestirme lentamente. Las lágrimas salían de mis ojos sin control alguno. Me miré al espejo viendo mi figura, detestandola por completo. Estaba lleno de moratones por lo que había sicedido durante el día, más aquello que sobraba de mi.

Sin pensar introducí dos dedos en mi boca provocandome arcadas. Me agaché sobre el váter y expulsé todo lo que había comido durante el día. Me miré al espejo de nuevo y más odio me provocó, me metí bajo la ducha en busca de calma.

La lluvia artificial caía sobre mi mezclandose con mis lágrimas, escapandose por el desagüe.

Después de largis diez minutos bajo la ducha salí secándome y poniendome el pijama. Me metí directamente bajo la sabanas dispuesta a dormir. Mientras dormía, era el único momento en el que yo, me sentía en paz, porque nada dolía.

Escuché unos nudillos golpenado mi puerta, después, la dulce voz de mi madre, pidiéndome que abra la puerta, cosa que yo ignoré por completo.

Poco a poco me fui sumiendo en un sueño profundo.

(...)

Desperté de un salto ante aquella pesadilla. Era la repetición de todo el día, de todo lo que había pasado. Al darme cuenta que había estado llorando en sueños me levanté al baño.

Al verme en el espejo me di asco. Yo no era como las demás chicas, yo era diferente, por eso, nadie me comprendía. Me merecía el dolor, simplemente me lo merecía, por ser como soy.

Frustrada cogí una esfera de cristal que había de decoración y la tiré contra el espejo rompiéndolo en pedazos, al igual que a la esfera.

Cogí uno de los fragmentos del espejo y subí la manga de mi pijama empecé a rasagar mi piel, sin pensarblas consecuencias.

Veía la sangre brotar de mis brazo y solté un suspiro, después d etanto tiempo había vuelto ha hacerlo, había vuelto a sustituir el dolor físico, por el emocional. En ese momento empecé empecé a sentir un peso sobre el corazón, uno que me dificultaba la respiración.

En ese momento me di cuenta, en ese momento me di cuenta que había roto mi promesa.

Capítulo depresivo.
Me fue un pici difícil escribir el capítulo ya que, coño, estoy describiendo el sufrimineto de una persona, y eso no es fácil.
Era esl xd.
Chjau <3