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Entré en clase y todos se callaron, lo de siempre...


Caminé hasta mi sitio ecuchando los susurros y risitas de mis compañeros de clase, que cada día me hacían la vida imposible.
De repente me caigo a causa de un empujón fuerte. Natalia...

- Que pasa Claudia ? Otra vez abrazando a tu unico amigo el suelo? - dijo mi "rival" riéndose de mi.

Se ecucharon risitas de mis compañeros.

Cerré los puños y me levanté, iba a ir directa a sentarme en mi lugar, pero decidí girarme mirando su odiosa sonrisa.

- Incluso el suelo es mejor amigo que tú, y sobre todo, vale más la pena.

(N/A: wooooo, Turn Down for What?!)

Era la primera vez que le plantaba cara, siempre me había encerrado en mi misma dejandome hacer y ahora, por una vez en mi vida me siento algo superior a ella.
Natalia me miró con rabia y yo le devolví una sonrisa cínica.

Mi momento de gloria fue interrumpido por la profesora entrando en clase con un chico castaño y muy alto.

- Hola chicos os quería presentar a Rubén vuestro nuevo compañero - dijo la profesora señalando al chico que ahora tenía nombre - Rubén, cuentanos algo sobre ti.

Relamió sus labios - Hola, soy Rubén, soy medio noruego y tengo 16 años igual que la mayoría de aquí - dijo seguro.

La profesora le mandó sentarse donde quisiese, y obviamente Natalia ya le había cogido sitio.

No me gustaba mucho la idea que se juntase desde el principio con Natalia porque eso podría significar que se uniese al grupo de gente que me insultaba.

- Dicen que le han expulsado de 5 institutos - dijo mi única amiga Alex.

Me giré para mirarla con él ceño fruncido - En serio?

- Hombre si es en serio.

- Pues entonces que malote no?- dije soltando una risilla junto a mi amiga antes de volver a atender a la clase.

(...)

Salí de la última clase del día agotadísima... Había tenido que aguantar otro día más de burlas e insultos, no era nada nuevo, pero hoy por algún motivo todo me afecto más.

Estaba caminando por el patio del colegio hacia la salida cuando escuché a Natalia hablando a Rubén.

- Mira a esa pringada, se llama Claudia, pero llamala como te de la gana, no te juntes con ella, nadie lo hace.

Cerré los puños y me di más prisa para salir, para no llorar en frente de todo el mundo. Lo que no quería que pasase acababa de suceder, Rubén, que no había hablado con él ni un segundo y ya me odiaba.

Cuando llegué a casa no había nadie, subí corriendo las escaleras de mi casa. Yo vivía en un desván remodelado, convertido en mi cuarto con un baño, e incluso una ventana bastante grande, que daba a la calle.

Cerré la puerta con cerrojo y fui al baño, cerrandolo tambien con cerrojo por si acaso.

Saqué una de mis cuchillas y la acaricié suavemente mientras las lágrimas caían por mis pómulos. Después la puse suavemente sobre mi muñeca y presioné levemente para no hacer la herida muy profunda y la fuí pasando por lo ancho de mi muñeca, asi a lo largo de todo mi brazo.

Vi como la sangre caía al suelo y me sentí algo mejor. Me cortaba desde que tenía 13, y llevo haciéndolo durante 2 años, es decir hasta ahora.

Después de acabar limpié todos los rastros de sangre e intenté curar lo más posible mis heridas, para que dejasen de sangrar.

Salí de baño y empecé a hacer las tareas que habia recogido durante el día.

(...)

Unos minutos después de acabar las tareas sonó la puerta de mi cuarto. No me sorprendió ver a mi hermano mayor en la puerta.

- Daniel! (N/A: Senpai 8cho!)- dije lanzandome a los brazos de una de las unicas personas que confiaba.

- Que tal? - dijo pasando a mi cuarto.

- Supongo que bien....

- Y eso?

Durante unos segundos reflexioné en decírselo o no.

-Él estrés de los exámenes.

Me miró con duda reflejada en sus ojos.

- Bueno, tu tranquila, no te encierres ahira que va a venira a venir Raúl (N/A: Auronplay puto gordo).

Me tiré en mi cama esperando a Raúl, el mejor amigo de mi hermano desde antes de que yo naciera. Era como mi otro hermano.

Pasaron unos minutos cuando alguien llamó a mi puerta. Me levanté rápido gritando un pase .

- Hola enana - dijo mi hermano de otra madre.

Me lancé a sus brazos - Hola gigante - nos llamábamos así desde una vez que él se puso unos zancos raros y me sacaba casi dos cabezas

- Que tal vas?

- Bien, tu?

- Bien, te tengo un regalo.

Sacó una cajita azul turquesa con un lazo blanco. La cogí delicadamente y la abrí. Un cisne se cristal, delicado y hermoso.

- Me encanta - dije dejándolo suavemente sobre la mesa para abrazarle de nuevo.

- Me alegra que te guste -dijo rascándose la nuca - ahora me voy con tu hermano que me esta esperando.

Antes de irse me dio un beso en la mejilla probocando un leve sonrojo color carmesí sobre mis mejillas. A pesar de que era como mi hermano, no estaba acostumbrada a recibir cariño de hombres que no fuesen mi hermano y mi padre.

Miré la hora, 19:02. Se me había pasado la tarde algo rápido a causa de los estudios, y no había comido nada.

Me fuí al baño y me empecé a desnudar para meterme bajo la ducha. Cuando la lluvia artificial empezó a caer sobre mí, nose porque motivo, me vinieron las palabras de Natalia a la cabeza.

«Mira a esa pringada, se llama Claudia, pero llamala como te de la gana, no te juntes con ella, nadie lo hace»

Mi lágrimas empezaron a mezclarse con el agua que de la ducha escapandose por el desagüe. Yo no nunca le había echo nada, pero simplemente me trataba así.

Salí de la ducha secando mi pelo y mi cuerpo. Después de aquello enrollé la toalla en mi cuerpo dirigiendome de nuevo a mi cuarto. Me paré en frente del espejo soltando la toalla, dejandl al descubierto mi cuerpo.

No estaba obesa, pero si, sobraba barriga, sobraba. No tenía senos ni culo espectacular, encima gorda... Normal que nadie me quisiese.

Me puse mi pijama y bajé a cenar.

He estado corigiendo este capítulo un millón de veces, y espero que el resultado os guste mucho.

Not Alone ➳ R D GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora