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Me puse la chaqueta y salí de casa para ver a Rubén apoyadoe n el árbol que había en la entrada de mi casa.

Le saludé con un abrazo y le seguí mientras el caminaba.

— Ha dónde vamos? — pregunté curiosa.

— Ya lo veras — dijo riendo.

(...)

Entramos dentro del local y el olor a café se coló en mis fosas nasales. Cogió suavemente mi muñeca y me llevó a una mesa en la que ya había dos personas. Cuando me acerqué pude distinguir que el muchacho era Mangel, pero no pude reconocer a la chica.

Nos sentamos y saludamos a los presentes. Conocí a la chica, se llamaba Mia, parecían novios, pero no me atreví a preguntar por ello. Rubén a cada momento me hacía reír todo el tiempo y yo reía.

Mangel y Rubén se fueron a pedir algo y yo me quedé a solas con Mia. Había un silencio incómodo que no pude soportar y hablé.

— Mangel y tu, tenéis una relación?

— Bueno, una relación amistosa, el está enamorado de otra chica — me miró triste — fue con ella el otro día a la fiesta — me sorprendí, esa chica era Alex — él nunca me mirará como la mira a ella...

— Mira, el amor es una mierda — reí — siempre de alguna u otra forma acaba siendo una mierda — me miró extrañada — mira, lo que tu tienes que pensar es: que tu vida puede seguir adelante sin el amor.

Entonces llegaron a la mesa Rubén y Mangel.

— De que habláis? — preguntó Mangel con sus acento pequliar.

— De nada, tranqui — dijo Mia.

— Lo descubriré — aseguró Rubén y todos reímos.

(...)

Pasamos una tarde increíble, pero ya había anochecido asique tocaba volver a casa. Con Rubén caminabamos tranquilos charlando de diversas cosas, era muy divertido hablar con él.

Llegamos al cruce del las dos calles.

— Estas segura que no quieres que te acompañe? — preguntó Rubén.

— Si, estoy segura, vuelve a casa seguro — le sonreí dándole un beso en la mejilla.

— Ten cuidado — me miró serio.

— Vale papá — me reí.

— No, Claudia, lo digo en serio —me miró a los ojos.

— Si, Rubén, lo se — sonreí.

Nos despedimos y cada uno se fue por su camino. Iba caminando y a lo lejos vi a Mark Molina, el chico que me había gustado el año pasado, pero me dejó de gustar por la reputación de drogadicto que tenía. A medida que me acercaba vi que tenía un cigarro en la mano, y que estaba borracho.

Med dio miedo asique caminé al otro ladi de la acera, para estar lo más lejos posible de él.

— Anda, mira, si es Claudia — dijo riendi burlón a lo que yo le ignoré — que me haga scaso zorra de mierda — me agarró fuertemente de la muñeca.

Me giró bruscamente y me miró con una mirada lasciva que hizo que me estremeziera del miedo. Apretó más fuerte mi muñeca y cada vez dolía más.

— Sueltame, me estas haciendo daño — intenté soltarme, pero hizo efecto, el era dos años mayor que yo.

Rió — No antes de que me divierta — me cogió la otra muñeca y me pegó a la pared.

— No, sueltame — me revolví, pero el no me hacía caso — Ayuda! — grité lo más fuerte que pude.

— Callate zorra de mierda! — apretó más mis muñecas.

Quitó el cuello de mi chaquta y dejo al descubierto todo mi cuello. Se acercó y cuando estaba por hacer, yo se que cosa, una figura alta lo empujó separándolo de mi.

Lo miré y era Rubén, el me escondió detrás de su gran figura. Sus ojos verdes profundos habían sido sustituidos por unos oscuros. Tenía una sonrisa siniestra, ahora Rubén me daba miedo.

— Claudia, corre a casa, no te pares — dijo con voz ronca y yo me quedé parada — te he dicho que corras...

Le hice caso y les dejé ahí. Corrí y corrí hasta llegar a casa.

Corrí rápidamente hacia mi cuarto y nada más llegar a mi ciarto cerré y me eché a llorar. No podía creer lo débil que era...

Miré mis dolidas miñecas, algo amoratonadas por culpa de Mark. Entré al baño, busqué mi cuchilla y me arrodillé cuando la encontré.

En mi cabeza hubo una vaga idea de no hacerlo, pero, el dolor me ganó y comencé a cortar mi piel.

(...)

Me levanté de la cama y me vestí para bajar a desayunar.

Una vez echo esto salí de casa en dirección al instituto junto a Isma. A pesar de que estubiese con Isma me probocaba cierta inseguridad ir pir la calle, por culpa de Mark.

Isma me hablaba entusiasmado sin darse cuenta de lo mal que estaba, fingía estar contenta junto a él, pero a veces costaba demasiado hacerlo.
A un ritmo rápido llegamos al instituto y nos despedimos.

Cuando estaba en mi taquilla vi a Mark pasando por mi lado, tenía toda la cara toda golpeada y evitó mi mirada. Al principio pensé que se lo merecía, por lo que me había hecho ayer... Pero quien le había hecho eso.

Le quité importancia y seguí a lo mío.  Pegué un brinco cuando alguien articulo un BUUU! detrás mío.

— Rubén! — le di un leve golpe en el hombro.

El rió y se apoyo en la taquilla de al lado.

— Que ta...? — vi sus nudillos heridos y cogí su mano — que te ha pasado? — le pregunté acariciendoselos.

— Ehmm.. Que, esto... — se puso nervioso y lo miré insistente.

El timbré sonó interrumpiendo.

— Voy a clase — se alejó nervioso.

— No, Rubén — le dije, pero el no se dio la vuelta y siguió su camino.

Bufé y cerré mi taquilla para ir a clase.

(...)

Toda la clase la pasé pensando en los nudillos de Rubén. Como pudo haberselos hecho? Hasta que llegué a la conclusión.

Rubén pegó a Mark y es por eso que Mark está tan golpeado y Rubén tien los nudillos así, pero... Rubén lo pegó por mi...?

Wuuuuuu, hello papagena.
Maratón, yes, pq mucha gente me lo pide por privado.
Asique ns cuantos capítulos va a tener el maratón, pero, ya veremos.

Not Alone ➳ R D GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora